La crisis migratoria en México es ya una de las principales crisis humanitarias del momento. Así lo ha podido comprobar un equipo de la cadena de televisión Antena 3 en su viaje reciente para conocer nuestro proyecto sobre migraciones en este país, financiado por la Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo.
Durante la semana pasada, este medio de comunicación ha podido visitar La Sagrada Familia, nuestro albergue de migrantes en Apizaco, al centro del país. Allí ha podido conocer los testimonios de familias migrantes, refugiadas y desplazadas que llegan al centro. También acercarse a las vías de La Bestia, el peligroso tren de mercancías al que muchos migrantes se suben para cruzar el país hasta llegar a la frontera con Estados Unidos. El viaje ha finalizado en Ciudad Juárez, al norte de México para documentar la realidad que se vive en la frontera. Ramón Márquez, responsable del proyecto en Ayuda en Acción México, nos traslada los siguientes hallazgo del viaje:
Crisis migratoria en México: aumentan los operativos de contención
Durante la visita al albergue, los días 14 y 15 de abril, nuestro equipo fue testigo directo del importante descenso en el número de personas migrantes que viajaban a bordo del tren y que llegaban al centro. Los testimonios recabados por Ayuda en Acción México entre las propias personas migrantes y del personal de Casas del Migrante más al sur nos alertaban sobre el fuerte incremento de operativos de detención migratoria, principalmente en trenes y carreteras, en puntos estratégicos de la ruta migratoria como Coatzacoalcos, Tierra Blanca y Apizaco. "Durante la visita vimos llegar cinco trenes, algunos con un máximo 20 personas, otro completamente vacíos, cuando días antes llegaban contingentes de 80 a 150 personas", asegura Márquez. En contraste, durante el mes de marzo, La Sagrada Familia había brindado atención humanitaria a 2053 personas migrantes solo en ese mes, la cifra más alta en sus diez años de existencia. "Esto pone de manifiesto cómo el fuerte muro de contención migratoria en el sur de México estaba dando sus primeros resultados", añade.
Algunas familias albergadas narraron al equipo sus experiencias de detención en operativos migratorios. Al viajar con menores de edad, y ante la prohibición de detención en estaciones migratorias, se les había permitido continuar su camino, sin recibir ninguna atención de la procuraduría del menor, sin garantías de seguridad o regularización por razones humanitarias.
Dificultad de identificar menores no acompañados en la ruta
En la travesía del centro al norte de México, la presencia de los menores migrantes no acompañados se difumina, lo que hace casi imposible seguir su rastro en la frontera norte. En el albergue, nuestro equipo tuvo la oportunidad de hablar con tres menores migrantes que viajaban sin padres ni tutores, el más joven de 14 años. Uno de ellos manifestaba claramente su intención de entregarse a la patrulla fronteriza de los EE. UU. para reunificarse con su familia en California. En la actualidad hay aproximadamente 23.000 menores bajo custodia federal de los EE. UU. Según las autoridades de este país, más del 40% de los menores no acompañados liberados cuentan con al menos uno de sus progenitores en el país.
En Anapra, colonia aledaña a Ciudad Juárez, y donde hace unas tres semanas unos traficantes arrojaron a dos niñas ecuatorianas desde lo alto del muro, Márquez y el equipo de Antena 3 fueron testigos de una de las experiencias más impactantes del viaje: la recepción de una niña y un niño de unos siete y cuatro años solos en medio del Río Bravo por un agente de la guardia fronteriza.
Ese momento ejemplifica la crisis migratoria de la frontera sur de Estados Unidos, donde el pasado marzo fueron aprehendidos casi 19.000 menores migrantes no acompañados, la cifra más alta desde que existen registros.
Retornos masivos desde Estados Unidos y negación de solicitudes de asilo
Se estima que unas 250 personas migrantes son retornadas a diario en el área de Ciudad Juárez bajo el Título 42, impuesto por el gobierno de Trump en el contexto de la contingencia sanitaria por COVID-19, y mantenido por el gobierno de Biden. Desde marzo, un promedio de 100 personas migrantes que ingresaron a Texas por Tamaulipas son trasladadas en avión a El Paso -a más de 1000 km de distancia- para ser expulsadas por el Puente Internacional de Stanton a Ciudad Juárez.
La mayoría de las personas retornadas durante la visita de Antena 3 a Ciudad Juárez constituían núcleos familiares con niños de corta edad. Entrevistaron a varias madres y a un padre, con niñas y niños de dos a cinco años. Aseguraban que la patrulla fronteriza de los EE. UU. (CBP) no les había dado ninguna información sobre su situación. No sabían dónde estaban.
Nos contaron que les habían tirado todas sus pertenecías, incluyendo los pañales de sus hijos, regresándolos a México con una bolsa de plástico. Las autoridades mexicanas que los recibían eran quienes les informaban de donde se encontraban y qué había pasado. Todas las personas que entrevistamos mostraban un alto grado de vulnerabilidad, con una notoria desorientación, desesperación y estrés emocional.
Me llamó mucho la atención que del grupo de 100 personas sólo unas 20 solicitaron ayuda para ser albergadas. Al ser liberadas por la autoridad mexicana, una vez ya en la calle, casi todas las personas que vimos se pusieron a hablar por sus celulares y, poco a poco, empezaron a llegar coches para recogerlos. Lo más probable es que estuvieran contactando nuevamente a sus coyotes para pedir instrucciones y apoyo. Observé entonces a quien podría ser un informante del crimen organizado. Las mafias siguen con mucha atención todo lo que sucede, incluyendo el trabajo de Ayuda en Acción.