Ayuda en Acción, el Banco Mundial y el gobierno de Japón han iniciado un proyecto conjunto para promover actividades productivas y mejorar las condiciones de vida de dos mil personas de comunidades indígenas en la región de La Muskitia en Honduras. El proyecto será financiado por una donación de 2,3 millones de euros del Fondo Japonés de Desarrollo Social (JSDF, por sus siglas en inglés).
El proyecto “Mejorando los medios de vida de los pueblos indígenas miskitos en La Muskitia” será implementado por Ayuda en Acción y su objetivo es contribuir al desarrollo y fortalecimiento de las capacidades productivas de las comunidades miskitas en los territorios de Katainasta, Auhya Yari, Bamiasta y Finzmos, en el departamento de Gracias a Dios.
Para tal fin, el proyecto proveerá de recursos financieros y asistencia técnica a las poblaciones beneficiarias para apoyar la producción agrícola y la crianza de aves de corral, así como la producción de herramientas y equipos para prácticas pesqueras y otras actividades como la agroforestería.
“Desde 2016 Ayuda en Acción trabaja en Gracias a Dios focalizándose en proyectos que generan oportunidades de empleo e ingresos a la comunidad miskita haciendo alianzas con gobiernos municipales, concejos territoriales, asociaciones de productores indígenas y trabajando de la mano con nuestro socio local CASM. Todas las acciones han sido enmarcadas en la Alianza para el Desarrollo de La Muskitia que tiene como objetivo llevar a la población a un desarrollo social y económico inclusivo con gobernanza compartida”, expresó Roberto Bussi, director de Ayuda en Acción en Honduras.
Las subvenciones, que contarán con una contrapartida de al menos un 20% por parte de las personas beneficiarias, servirán para diversificar la producción de alimentos en las comunidades, adaptar sus métodos de cultivo y mejorar sus medios de vida. Las personas beneficiarias podrán contribuir en especie con materiales o mano de obra y se buscará que el proceso de participación comunitaria garantice la inclusión social, la perspectiva de género y la participación de poblaciones marginadas o vulnerables.
“Este proyecto tiene un enfoque de desarrollo impulsado por la comunidad, por lo que las poblaciones miskitas serán protagonistas en todo el proceso y decidirán sobre las actividades productivas elegibles a ser financiadas. Este enfoque participativo fomenta la inclusión de la población indígenas, además de generar más oportunidades para aumentar sus ingresos y mejorar sus condiciones de vida”, aseguró Boris Weber, representante residente del Banco Mundial en Honduras.
Por su parte, el embajador del Japón en Honduras, Norio Fukuta, destacó: “El Gobierno del Japón está muy contento de apoyar lo más posible los esfuerzos de desarrollo de Honduras y, muy en especial, cooperar con las familias hondureñas vulnerables para mejorar las condiciones de vida. Estoy seguro de que este proyecto se implementará exitosamente en la comunidad miskita y representará un símbolo de los lazos de amistad entre el Japón y la República de Honduras para continuar buscando unidos un futuro de bienestar inclusivo y colectivo”.