El riesgo de una gran crisis humanitaria en Níger es una de las preocupaciones de todas las organizaciones internacionales que trabajamos en el país. En respuesta a los acontecimientos del 26 de julio de 2023, donde el Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria (CNSP) anunció la destitución del actual Presidente Mohamed Bazoum y su gobierno en Níger, parte de la comunidad internacional ha impuesto sanciones individuales y colectivas, que incluyen el cierre de fronteras terrestres y aéreas, la suspensión de parte de la ayuda al desarrollo, la interrupción de transacciones financieras y comerciales, y la congelación de activos de la República de Níger y ciertos nigerianos.
En este contexto, hasta 45 organizaciones nos hemos unido para firmar este documento y expresar nuestra preocupación ante esta situación. Para evitar una crisis peor, recomendamos tres medidas cruciales.
1- Exenciones humanitarias
Ante la necesidad de garantizar la asistencia humanitaria a poblaciones vulnerables en Níger, proponemos la implementación de exenciones humanitarias en todas las sanciones colectivas adoptadas. Actualmente, más de 700.000 personas han sido desplazadas en Níger, incluyendo 400.000 desplazados internos, 251.000 personas refugiadas y 50.000 solicitantes de asilo.
Sin embargo, las restricciones actuales están obstaculizando la entrega de suministros esenciales. Esto afecta incluso a las reservas de emergencia para abordar la crisis nutricional que afecta a más de 400.000 niños. Instamos a que se aprueben exenciones humanitarias antes del 1 de septiembre de 2023 para asegurar el acceso a tratamientos para los niños nigerianos malnutridos.
2- Revisar las sanciones adoptadas
Es esencial aplicar el principio de "No Causar Daño" a cualquier medida adoptada contra Níger. Esto es fundamental para proteger a la población y minimizar el impacto negativo en sus condiciones de vida.
Las sanciones actuales han limitado significativamente el acceso a la asistencia humanitaria. Un hecho que podría agravar los problemas de protección, incluida la violencia de género y la protección infantil. Estas medidas podrían aumentar las tensiones y agravar la inseguridad alimentaria, con el riesgo de violaciones de derechos humanos y desplazamientos de población.
3- Nuevos mecanismos de financiación
La suspensión de la ayuda al desarrollo tendrá consecuencias significativas en el acceso de la población nigeriana a servicios sociales básicos, como la educación y la salud. Es fundamental que los donantes humanitarios proporcionen la financiación necesaria para satisfacer al menos las necesidades expresadas en el plan de respuesta humanitaria. Asimismo, se debe alentar el fortalecimiento de la capacidad local y la resiliencia de las comunidades para enfrentar las consecuencias de las sanciones.
El trabajo de Ayuda en Acción en Níger
Ayuda en Acción mantiene sus trabajos de seguridad alimentaria que desarrolla en Tahoua con el proyecto Nex4Food, un programa financiado por la Generalitat Valenciana con enfoque ‘triple nexo’, es decir, de acción humanitaria, construcción de paz y desarrollo.
El proyecto persigue mejorar la seguridad alimentaria y nutricional de poblaciones vulnerables. Las actividades se centran en el fortalecimiento de capacidades, la identificación de casos de malnutrición y facilitar el acceso a alimentos fortificados. Igualmente se fomenta la producción sostenible de alimentos que contribuyan a disminuir los casos de desnutrición, y aumenten la productividad, con técnicas agroecológicas y de producción más innovadoras y resilientes a los efectos del cambio climático.