Los chicos y chicas de Vitoria que participan en nuestro proyecto El Ensayadero están de estreno. Gibson Gives ha donado 18 guitarras y bajos que les permitirá seguir avanzando en su formación musical. Esta fundación pertenece a la empresa Gibson, una de las más importantes del mundo dedicadas a la fabricación de este tipo de instrumentos.
En Ayuda en Acción arrancábamos hace cuatro años este proyecto de innovación educativa en un colegio de Madrid. En él, utilizamos la música como herramienta para combatir el abandono escolar, romper las barreras de género, promover la integración y generar oportunidades para el alumnado en situación de vulnerabilidad. Más tarde, pudimos escalarlo a otros dos centros educativos de Vitoria y Alicante.
Debido a las medidas decretadas para detener la expansión de la COVID-19, actualmente solo tenemos activo el de Vitoria. Durante todo el curso escolar, y gracias al apoyo de Fundación Doble Sonrisa y la Fundación Vital, alumnos y alumnas de 13 y 14 años del Colegio Samaniego de Vitoria adquieren habilidades musicales y creativas. Al mismo tiempo, trabajamos para que desarrollen sus competencias sociales, utilizando una metodología propia basada en la educación en valores y con enfoque de género. Lo hacen en El Ensayadero, una sala de ensayo que habilitamos en el centro y que este curso escolar hemos tenido que trasladar al Talde Gune, ubicado a las afueras de la ciudad.
Una visita muy especial
Raquel Collar y Aitor Rioja, de la empresa Gibson, viajaron hasta Vitoria a principios de diciembre para entregar los instrumentos donados. Durante su visita, asistieron al ensayo de una de las bandas y pudieron comprobar in situ todos sus avances. Los chicos y chicas no solo estrenaron las guitarras y los bajos, sino que también pudieron conocer de primera mano cómo trabaja una empresa dedicada a la música.
Antes del ensayo, los representantes de Gibson se reunieron con la directora del colegio Samaniego, el centro educativo al que pertenecen los chicos y chicas. Acompañados de Iban Askasibar, de la delegación de Euskadi de Ayuda en Acción; e Itziar Grajales, de la Fundación Doble Sonrisa, descubrieron los retos a los que se enfrentan las familias y las fortalezas de toda la comunidad educativa tras la COVID-19.