La población joven es una de las más castigadas por la crisis económica de la COVID-19, por lo que debe situarse en el centro de la recuperación. Con motivo del próximo Día Internacional del Trabajo, queremos reivindicar el papel de una juventud activa y comprometida que, lejos de resignarse, se abre paso en medio de un panorama laboral incierto y marcado por la precariedad, la informalidad y la falta de oportunidades.
“Los focos mediáticos y el debate público a menudo se centran en una minoría de jóvenes irresponsables y pasivos ante la pandemia. Sin embargo, en Ayuda en Acción creemos que este discurso está distorsionado y no refleja la realidad mayoritaria de una juventud comprometida con la sociedad actual y fundamental para salir de la crisis sin dejar a nadie atrás”, asegura Alberto Casado, director de incidencia de Ayuda en Acción.
Si no se adoptan medidas urgentes, en 2021 podría haber 273 millones de jóvenes ninis en todo el mundo, seis millones más que en 2019. Para evitar que las peores previsiones se cumplan, en Ayuda en Acción trabajamos generando oportunidades de empleo digno entre la juventud en situación de pobreza y vulnerabilidad de más de 20 países, incluida España.
Impacto de la COVID-19 en el empleo juvenil
La pandemia no ha hecho sino agravar un escenario, el del desempleo juvenil, donde ya habían comenzado a saltar las alarmas. En regiones como Latinoamérica, el desempleo entre jóvenes alcanzaba casi el 18% en 2019, la cifra más alta del siglo. Tras la COVID-19, la cifra asciende a más de un 26%, según la Organización Internacional del Trabajo.
Entre los efectos de esta crisis en el empleo juvenil destacan la interrupción de la educación durante los meses más duros de la pandemia; la falta de apoyos económicos y familiares para la creación de emprendimientos; el empeoramiento de las condiciones laborales o la mayor desigualdad de género, teniendo las mujeres que hacer frente mayoritariamente al trabajo doméstico y/o de cuidados.
Nuestras recomendaciones para fomentar la juventud activa
Para contribuir al cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 8, sobre empleo decente, entre la juventud, Ayuda en Acción recomienda a los estados:
Invertir en una educación de calidad: la educación es un derecho y también una valiosa herramienta para acceder a oportunidades de empleo.
- Potenciar la formación y capacitación en el ámbito digital, clave para acceder al mercado laboral actual y futuro.
- Apoyar la economía rural: es importante generar oportunidades laborales de calidad para la juventud que contribuyan a frenar la despoblación rural.
- Apostar por el “empleo verde”: para 2030 se calcula que habrá 60 millones de nuevos empleos directamente relacionados con la sostenibilidad y la protección del medio ambiente.
- Promover el empleo y el auto emprendimiento entre jóvenes, favoreciendo el acceso al crédito y la tecnología, así como facilitando los trámites administrativos necesarios.
- Potenciar políticas que favorezcan la transición de una economía informal a una formal.
- Diseñar medidas y recursos específicos para la juventud en situación de vulnerabilidad, como la migrante, desplazada, refugiada o que vive en países en conflicto.
Potenciar la integración laboral de las mujeres jóvenes, poniendo especial foco en las medidas de conciliación, la formación para romper estereotipos de género en el trabajo, los empleos seguros y libres de violencia, así como el acceso al crédito, la tecnología y la tierra.