Tras los acontecimientos de estos últimos días en la frontera greco-turca, Ayuda en Acción, como miembro de la Coordinadora de ONG de Desarrollo, se suma a la carta abierta que la Comisión española de Ayuda al Refugiado (CEAR), Amnistía Internacional y Médicos Sin Fronteras han dirigido al Gobierno de España.
Ante la decisión del Gobierno turco de permitir la libre salida hacia Grecia y Bulgaria de miles de migrantes y refugiados provenientes en su mayoría del conflicto sirio, el Gobierno griego -con total apoyo de la Unión Europea- ha suspendido por un mes el cumplimiento de la Convención de los Refugiados, poniendo en peligro la vida de quienes huyen.
Esta suspensión, condenada por el Relator de Naciones Unidas para los derechos de los Migrantes, supone un grave incumplimiento de las responsabilidades de Grecia en materia de derechos humanos y contraviene la propia legislación europea en su Tratado de Funcionamiento, así como el derecho internacional humanitario.
Carta abierta al Gobierno
En esta carta abierta -dirigida al Gobierno a través de su Ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, y su Ministro del Interior-, las organizaciones firmantes mostramos al Gobierno español nuestra profunda preocupación ante la situación que están viviendo miles de personas que intentan atravesar la frontera griega desde Turquía, la mayoría de ellas, personas refugiadas que escapan de la violencia y el conflicto en Siria.
Solicitamos que se impulse en el seno de la UE una respuesta solidaria y respetuosa con la Convención de Ginebra y su Protocolo, y que se adopten las medidas oportunas para ayudar al Gobierno griego a tramitar las solicitudes de asilo, crear centros adecuados de acogida y evacuar de manera urgente, en el resto de países europeos, a quienes solicitan asilo.
La manera más eficaz de eliminar o atenuar los flujos de población originados por la violencia y los conflictos es llevar a cabo una política exterior común que contribuya a la solución de los mismos como, por ejemplo, obligar al cumplimiento de los tratados internacionales que prohíben la venta de armas a países en conflicto. Por otro lado, las medidas de seguridad centradas en el cierre de fronteras, lejos de solucionar el problema de origen (las causas de la huida), no solo ponen en mayor peligro a las personas que huyen, sino que fomentan la xenofobia y el racismo entre la ciudadanía europea que, por otro lado, la propia Unión Europea combate en su discurso y en sus leyes.
El trabajo de Ayuda en Acción en las fronteras
Desde Ayuda en Acción no desarrollamos proyectos en la frontera de greco-turca, pero operamos en contextos similares asistiendo a población desplazada y en tránsito, así como a los habitantes más vulnerables de los países de acogida, que ven cómo tienen que compartir recursos muy escasos con la población refugiada y migrante. Nuestra experiencia en Centroamérica con las personas que huyen de la miseria y la violencia de las “maras”, en el Cuerno de África donde la pobreza y los conflictos convierten a esta zona del mundo en la que más refugiados acoge, o en la frontera de Colombia con Venezuela donde la inestabilidad política ha obligado a millones de desplazamientos nos dice que las personas que dejan sus países lo hacen por motivos de fuerza mayor porque el riesgo de permanecer en sus lugares de origen pone en peligro directo sus vidas y la de sus familias.
Cualquier persona puede verse en una situación parecida en algún momento de su vida. En Ayuda en Acción nuestro posicionamiento es claro: todos tenemos el deber de fomentar, promover y exigir a nuestros Gobiernos la obligación moral de ayudar a los más vulnerables y cumplir con los compromisos legales vigentes. Los Estados tienen derecho a controlar sus fronteras, pero no deben hacerlo a costa de erosionar los derechos humanos y el derecho internacional humanitario. Eliminar el derecho de asilo no debe ser una opción para ninguno de los Estados de la UE, que fundan sus valores en la solidaridad y la justicia.