Coincidiendo con el Día Mundial de la Alimentación, hoy se presenta en Bruselas el Global Hunger Index 2018 (GHI), el documento global líder en la evaluación de las tasas de hambre por países y regiones, y de los avances y retrocesos para reducir el hambre crónica en el mundo. Este informe proporciona una evaluación experta sobre el nivel de hambre en países en desarrollo, en un formato accesible, con el fin de facilitar la sensibilización y conciencia pública del hambre y la necesidad de tomar medidas para alcanzar el ODS 2 de la ONU: Hambre Cero. Tiene carácter anual y este 2018 suma 13 ediciones.
El informe GHI está elaborado y liderado por Concern Worldwide y Welthungerlife, con el apoyo de todas las organizaciones miembro de la plataforma de ONG europeas Alliance2015, entre las que se encuentra Ayuda en Acción desde el pasado mes de septiembre. Junto a las mencionadas, la plataforma está formada por ACTED, Cesvi, Helvetas, Hivos y People in Need.
“Trabajando de la mano de estas organizaciones sumamos para conseguir acciones más eficaces en el nivel europeo, tanto a través de campañas enfocadas a público en Europa, como en el nivel político de cara a conseguir, cada vez más, una Unión Europea comprometida en el discurso y en sus políticas con la lucha contra la pobreza y la exclusión”, afirma Fernando Mudarra, director general de Ayuda en Acción.
Conclusiones del GHI 2018
Además de un análisis de la situación global del hambre y de los 119 países de los que hay datos disponibles, la temática del GHI de este año es la relación entre el hambre y las migraciones forzadas. Los resultados obtenidos en el GHI 2018 provienen de una medición multidimensional del hambre –subnutrición, desnutrición y mortalidad infantil– y muestran que, si bien el mundo ha avanzado en la reducción de las tasas de hambre desde el año 2000, no estamos en la senda correcta para alcanzar el ODS 2 previsto para 2030. También, que el hambre es tanto una causa como una consecuencia de la migración forzada.
Con niveles de hambre en estado “alarmante” en 51 países del mundo, el informe también ofrece recomendaciones a nivel político para hacer del Hambre Cero una realidad. El objetivo es motivar a los responsables políticos a actuar y proporcionarles datos y herramientas que les hagan tomar las medidas necesarias. Como líder en la lucha contra el hambre, la Unión Europea debe garantizar que todas las formas de hambre se aborden de manera adecuada y que las poblaciones desplazadas reciban un mayor apoyo para que nadie se quede atrás.
Se ha progresado en la reducción del hambre, pero el progreso ha sido demasiado lento y ahora se ven amenazados los logros obtenidos
- Si el progreso en la reducción del hambre y la desnutrición continúa su trayectoria actual, se estima que 50 países no lograrán alcanzar el ODS 2 – Hambre Cero para 2030.
- El hambre aumenta por tercer año consecutivo: el número absoluto de personas desnutridas ha aumentado a casi 821 millones en 2017, desde alrededor de 784 millones en 2014. Esto representa un retroceso a las tasas de desnutrición existentes en 2010.
El hambre es una amenaza persistente en la vida de los desplazados forzosos
- De entre la histórica cifra de 70 millones de personas desplazadas de forma forzosa en el mundo por diferentes motivos, el hambre ocupa un lugar destacado como causa de estos desplazamientos.
- Muchos de los países con mayor incidencia de hambre en el GHI 2018 también son lugares afectados por conflictos, violencia política y desplazamiento de la población. El hambre es a menudo una causa y una consecuencia del desplazamiento.
- Los conflictos violentos, los disturbios políticos y/o la pobreza extrema han provocado flujos sustanciales de migración forzada, que están estrechamente relacionados con la inseguridad alimentaria.
Es necesario hacer más para abordar las causas políticas de la migración forzada y el hambre, proporcionando soluciones a largo plazo para las personas desplazadas y sus lugares de acogida
- Los desastres naturales (sequías, inundaciones y eventos climáticos severos) provocan hambre y desplazamientos importantes de población solo cuando los gobiernos no están preparados o no están dispuestos a responder.
- El 85% de las personas desplazadas se encuentran en países de ingresos bajos y medios. Es necesario poner el foco de la acción internacional en aquellas regiones del mundo en donde hay mayor número de desplazados, ya que el desplazamiento puede acarrear inseguridad alimentaria.
- Hacen falta más políticas encaminadas a la prevención de conflictos y a la construcción de paz, así como que refuercen la responsabilidad y transparencia de los gobiernos.
- Las soluciones a largo plazo son vitales, dado que la mayoría de las migraciones forzosas se prolongan durante años o generaciones. La asistencia humanitaria no está diseñada para apoyar a las personas a largo plazo y la financiación para apoyar el desarrollo de las personas víctimas de un desplazamiento forzado prolongado –durante más de 5 años–, es escasa.
El GHI 2018 está disponible para descarga en el siguiente enlace; en el mismo se pueden consultar datos por regiones y países, así como el estudio en profundidad de los casos de Etiopía y Bangladesh.