La juventud valenciana prefiere convertir la ecoansiedad en acción por el planeta. Esta es una de las principales conclusiones del informe que Ayuda en Acción ha lanzado hoy en colaboración con la Universidad de Alicante. El estudio analiza si las preocupaciones medioambientales paralizan o motivan a la acción climática de las generaciones más jóvenes, al tiempo que propone recomendaciones para lograr acciones constructivas y positivas frente al reto climático.
Como señala Carla Rodríguez, profesora Titular en el Departamento de Marketing de la Universidad de Alicante y directora de la investigación, aunque la preocupación y concienciación medioambiental de la juventud valenciana es elevada, la ecoansiedad es mayoritariamente moderada, con sólo un 20,7% de los participantes experimentando ecoansiedad alta. El estudio cualitativo revela que esta preocupación es transitoria, activándose principalmente por "señales" externas (p. ej., noticias en televisión). Los factores que más influyen en la ecoansiedad son la confianza en el gobierno, la responsabilidad personal y la incertidumbre sobre las consecuencias del cambio climático, todos con una relación positiva.
Los resultados también muestran que las emociones predominantes asociadas al cambio climático son preocupación, impotencia y tristeza, y que a medida que aumenta la ecoansiedad, las y los jóvenes tienden a asumir más responsabilidad individual y culpan menos a actores sociales amplios. Sin embargo, en los grupos focales, los participantes señalan principalmente a gobiernos y empresas como los mayores responsables, y los perciben como agentes externos en los que no tienen ningún control evidenciando una notable falta de sentido de responsabilidad personal. En cuanto al comportamiento, realizan más acciones proambientales a nivel privado que público, y estos comportamientos están positivamente relacionados con la ecoansiedad. Así, la ecoansiedad no sólo sensibiliza sobre las cuestiones ambientales, sino que también motiva a actuar de manera congruente con ese conocimiento, funcionando como un catalizador emocional para contribuir positivamente al medio ambiente.
María Elena Oliveros, responsable de Educación para el desarrollo y la ciudadanía global de Ayuda en Acción, recuerda que “estamos ante la última generación capaz de evitar los peores escenarios del cambio climático. Necesitamos asegurar su participación real y efectiva en la búsqueda de soluciones, sin olvidarnos tampoco de un enfoque integrado que incluya educación, políticas de apoyo y estrategias de comunicación efectivas”.
Conclusiones del informe
El estudio, financiado por la Generalitat Valenciana, se centra en jóvenes de entre 15 y 30 años de la Comunidad Valenciana.
Muestra que las personas jóvenes valencianas tienen un alto nivel de preocupación y concienciación sobre los problemas medioambientales. También detecta que, en este grupo de edad, la ecoansiedad se manifiesta en niveles moderados.
Con respecto a si los problemas del planeta paralizan o movilizan, parece que a la juventud valenciana la ecoansiedad la impulsa a actuar. Los datos cuantitativos muestran que aquellas personas que experimentan mayores niveles de ecoansiedad son también las más propensas a participar en actividades como reciclaje, activismo y defensa del medio ambiente.
También se han identificado varios factores que influyen en la ecoansiedad. Los factores cognitivos, como el nivel de conocimiento sobre el cambio climático y su percepción de los riesgos asociados, juegan un papel crucial. Las y los jóvenes más informados sobre el cambio climático tienden a experimentar mayores niveles de ecoansiedad, lo que a su vez puede impulsar una mayor implicación en comportamientos sostenibles. Los factores emocionales, como la respuesta personal al estrés ambiental y la sensibilidad hacia la justicia climática, también son determinantes en cómo la ecoansiedad afecta a los individuos. El comportamiento proambiental muestra una correlación positiva con la ecoansiedad, lo que desafía la noción de que la ansiedad siempre conduce a la inacción. Esta tendencia subraya la importancia de canalizar adecuadamente la ecoansiedad hacia acciones constructivas y positivas.
Recomendaciones frente a la ecoansiedad
La primera recomendación es promover la educación medioambiental “equilibrada”. Es necesario desarrollar programas educativos que informen sobre los desafíos medioambientales al tiempo que enseñan estrategias de afrontamiento y resiliencia para gestionar mejor la ansiedad relacionada con las consecuencias negativas del cambio climático.
En segundo lugar, se recomienda fomentar espacios de diálogo y apoyo psicosocial donde la juventud pueda expresar sus preocupaciones medioambientales y recibir apoyo psicológico.
También es clave incentivar la participación activa y el empoderamiento juvenil. Involucrar a las y los jóvenes en la toma de decisiones medioambientales y en proyectos de sostenibilidad contribuye a aumentar su sentido de eficacia y responsabilidad.
Por último, el estudio también recomienda desarrollar campañas de comunicación positiva. Deberían realizarse principalmente en las redes sociales más populares entre la juventud, así como equilibrar la presentación de los desafíos con historias de éxito y acciones efectivas para fomentar la esperanza y la motivación.
El informe se ha presentado hoy en el salón de actos del edificio Germán Bernácer de la Universidad de Alicante. Moderado por la periodista Caterina Ferrero, ha contado con la participación de Carla Rodríguez, directora del informe e investigadora de la Universidad de Alicante; Irene Baños, periodista especializada en cambio climático y ecoansiedad; Inés Luján, periodista especializada en DDHH y ecoansiedad; y Maria Elena Oliveros, coordinadora de Educación para el Desarrollo y la Ciudadanía Global de Ayuda en Acción.
El informe forma parte del proyecto de Ayuda en Acción Education4ThePlanet, dirigido a fomentar el compromiso y la ciudadanía activa de la juventud valenciana frente a la crisis climática. Asimismo, se enmarca dentro de la campaña “Personas que rompen récords. Récords que rompen personas”, donde la ONG busca sensibilizar frente a las consecuencias del cambio climático en las comunidades más afectadas del mundo.