Ahora más que nunca, la educación es fundamental para forjar el futuro que queremos. El futuro que esperamos. El futuro que merecemos. La educación reduce la pobreza, combate las enfermedades, impulsa el crecimiento económico y la equidad, fortalece a las comunidades y nos permitirá dotar a las generaciones futuras de líderes capaces de construir un mundo más seguro y pacífico. Además, todos los países del mundo se han comprometido, a través del cuarto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todas las personas durante toda la vida”, un compromiso que deben cumplir para el año 2030.
Sin embargo, las actuales tendencias indican que no será hasta finales de este siglo cuando todos los niños y niñas que viven en países de renta baja puedan terminar la educación primaria y que, para 2030, sólo uno de cada diez jóvenes podrá adquirir las capacidades básicas de la educación secundaria. Para revertir esta tendencia, cumplir con sus compromisos internacionales y hacer realidad ese futuro que queremos, los líderes mundiales deben incrementar significativamente los fondos destinados a educación. Esta necesidad aplica tanto a los propios países en desarrollo, que deben llegar a destinar a educación hasta el 20% de su gasto público, como a los países desarrollados, que deberían aportar hasta 3.100 millones de dólares entre 2018 y 2020.
El 8 de febrero de 2018 dará comienzo la Conferencia de Dakar, organizada por los Gobiernos de Francia y Senegal, y marcará el inicio del tercer periodo de reposición de la Alianza Mundial por la Educación (AME), con el que dará comienzo una nueva etapa de avance en el cumplimiento de la Agenda 2030 de educación. La AME es el principal mecanismo multilateral de financiación de la educación en países en desarrollo, que funciona con las aportaciones económicas de los países desarrollados, y que permite apoyar a los países de renta baja y media-baja para que puedan garantizar el derecho a una educación para todas las personas. El objetivo es que la AME alcance los USD 2000 millones anuales para 2020, tal como recomendó la Comisión de Educación. Para alcanzar este objetivo, la AME está solicitando para su próxima recaudación de fondos que los donantes contribuyan un total de USD 3100 millones durante los tres años que van de 2018 a 2020. Con las nuevas inversiones de los donantes desde 2018 a 2020, la AME apoyará a 89 países en desarrollo para impulsar la mejora de la calidad y el acceso a la educación para 870 millones de niños y jóvenes.
Por eso, desde la Coalición Española de la Campaña Mundial por la Educación nos unimos al resto de coaliciones presentes en más de 120 países de todo el mundo para exigir a nuestros Gobiernos, a través de la campaña “Financiar la educación, forjar el futuro” a que contribuyan a forjar el futuro de nuestro mundo y se comprometan a aportar financiación necesaria para garantizar el cumplimiento del ODS4. Hasta el momento, España ha aportado el 7,73% del total de los fondos que ha recibido la AME desde su creación, aunque su última contribución se remonta a 2013 y no comprometió ninguna cantidad durante el último periodo de reposición (2015 – 2018). Desde la CME pedimos al Gobierno español que revierta esta tendencia y aproveche esta oportunidad para que nuestro país contribuya también a forjar el futuro de todos y todas, comprometiéndose a reanudar sus aportaciones a la AME en este nuevo periodo de reposición.
Invertir en educación es invertir en la sociedad en su conjunto, y garantizar un futuro más justo, pacífico y próspero para todos y todas. Debemos aprovechar esta oportunidad, ya que el futuro de casi 90 millones de niños, niñas y jóvenes está en nuestras manos.