El Congreso de los Diputados ha aprobado con amplísima mayoría la Ley de Cooperación para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global. Como parte del órgano directivo de La Coordinadora, Ayuda en Acción ha participado durante estos dos últimos años en el desarrollo del trabajo y diálogo con el Gobierno y los diferentes grupos políticos. Con esta ley, la cooperación española inicia una etapa en la que cuenta con mejores herramientas para dar respuesta a los complejos retos globales que vivimos.
Para Fernando Mudarra, director general de Ayuda en Acción, “la aprobación de la Ley de Cooperación al Desarrollo es una gran noticia. Es una ley que tiene muchas virtudes, una de ellas es destacar casi 25 años de reivindicaciones para hacer una cooperación más moderna y nos da una expectativa muy buena”.
Según la Coordinadora de ONGD, "las organizaciones de desarrollo celebramos la aprobación de esta Ley y valoramos positivamente que el proceso para su elaboración se haya abierto a la participación."
El texto incluye la histórica petición de que los fondos destinados a cooperación alcancen, antes de 2030, el 0,7% de la renta nacional bruta. Además, marca el compromiso de alcanzar el 10% del total de la Ayuda Oficial al Desarrollo para acción humanitaria. Aspectos destacados son también la visión feminista, ecologista y de derechos humanos e infancia que deberá impregnar las políticas públicas.
Es una ley que mira al futuro exigiendo una cooperación eficaz y con un enfoque adecuado tanto técnico como político.
Las claves de la ley
Según recoge la Coordinadora en este documento, la nueva ley de cooperación recoge los siguientes avances:
- Se compromete con el incremento progresivo de la ayuda oficial al desarrollo para alcanzar, al menos, el 0,7% en 2030, lo que supone casi triplicar la actual.
- Se abre a la promoción de la coherencia de políticas y al análisis de sus impactos internacionales.
- Incluye los enfoques feministas y ecologistas en sus intervenciones.
- Reconoce la importancia de la educación para la ciudadanía global.
- Fortalece y facilita las articulaciones con la cooperación descentralizada.
- Se alinea nítidamente con la Agenda 2030 y los compromisos multilaterales.
- Plantea la integración de la cooperación financiera en el conjunto del sistema de cooperación alineándose a sus objetivos, estándares y formas de operar.
- Reconoce a la sociedad civil como actor fundamental y normaliza su contribución en espacios de consulta, decisión y ejecución.
- Facilitar la burocracia de los procesos de subvenciones.
- Reconoce las particularidades de la acción humanitaria, flexibiliza la territorialización de su intervención y compromete al menos un 10% del presupuesto para ello.
- Muestra una especial atención y sensibilidad por la infancia, la niñez y la adolescencia como sujetos de cooperación y transformación.
- Se compromete con una reforma en profundidad de la AECID, colocándola en el centro del sistema de cooperación y fortaleciendo sus capacidades.
- Refuerza las herramientas de planificación, seguimiento y evaluación de las políticas e intervenciones de la cooperación.
- Incluye a la sociedad civil local en los procesos de elaboración de los Marcos de Asociación País.
- Anuncia un mayor reconocimiento de las personas cooperantes y una mejora de sus condiciones laborales, o la de sus voluntariados.