Con 8 años, Pedrito vivía solo en las calles de Quito. Esnifaba pegamento y aprendió a hacer malabares para poder comer.


Gracias al Proyecto Salesiano Chicos de la calle, al que apoya Ayuda en Acción desde 2002 en Ecuador, Pedrito fue rescatado de la calle y trasladado al albergue Mi Caleta, donde además de alojamiento ha recibido apoyo y refuerzo escolar.


A lo largo del día son más de 200 niños y niñas los que reciben apoyo social, nutricional o educativo en el albergue. Pedrito es uno de los 19 niños que se alojan allí. Sonríe al entrar en su habitación y da una voltereta en su cama para mostrar dónde duerme. Es un chico tímido con una gran habilidad para las matemáticas, la asignatura que más le gusta y la que le ha ayudado a descubrir que todo es diferente porque puede “estudiar”. Todavía es pequeño para resolver ecuaciones, pero se ha tenido que hacer mayor para sobrevivir solo en la calle. Su mirada se pierde en el infinito cuando le preguntan por su pasado y le atormenta la remota posibilidad de tener que volver a la calle algún día. “Yo no”, dice. Él ya está bien, a él ya no le toca, y no le debería tocar a ninguno más.


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Pedrito fue el pequeño amigo que hizo José Coronado en 2009. El actor viajó con Ayuda en Acción para conocer algunos de los proyectos que impulsamos en Ecuador. En la comunidad de Chillogallo tuvo la oportunidad de visitar el albergue Mi Caleta en el norte de Quito. Este es uno de los denominados “Centros de Referencia”, donde se atiende a los chicos trabajadores en la calle, una población vulnerable que vive en pobreza y exclusión.


El proyecto salesiano lleva 45 años trabajando con la esperanza de no tener que atender a más niños en las calles de Ecuador. Gracias a la solidaridad española, Ayuda en Acción se sumó a este proyecto que llega a atender a más de 5.000 niños y niñas y cerca de 3.000 familias.


Hoy Pedrito tiene 15 años, estudia secundaria y sigue siendo bueno en matemáticas. Vive con sus padres y sus hermanos y acude al albergue Mi Caleta para apoyar a otros niños con dificultades.


Pedrito salió de la calle, pero todavía hay muchos niños y niñas que huyen de sus hogares por problemas familiares, la mayor parte de las veces relacionados con dificultades económicas. Si apadrinas consigues que uno de estos niños tenga una oportunidad de salir de la pobreza, le abres la puerta a recibir una educación y mejoras su vida.