Socia de Ayuda en Acción desde 1996, Lidy García comenzó su colaboración apadrinando a una niña del departamento de Piura, en Perú, a quien tuvo la oportunidad de conocer en persona. Una experiencia “inenarrable”, tal y como ella misma indica. 


Dos años después de comenzar a apadrinar, Lidy viajó al país andino, donde pudo ver los proyectos que Ayuda en Acción había puesto en marcha y conocer de cerca la realidad de su niña apadrinada. Tras esta experiencia, nos cuenta que a su vuelta tuvo sentimientos encontrados. “Pude ver cómo esta niña, gracias a nuestra colaboración, podía ir a la escuela”, señala. “Volví llena de tristeza, pero también contenta por saber que mi humilde ayuda estaba haciendo mucho bien”, concluye.


En la actualidad, Lidy participa apoyando un proyecto en Waslala, Nicaragua.


¿Qué es para ti apadrinar?


Para mí apadrinar es ayudar a un proyecto de Ayuda en Acción.


¿En qué momento de tu vida te planteas ayudar a otras personas? ¿Por qué decidiste apadrinar?


Hace aproximadamente 20 años comencé a apadrinar a una niña de Perú. Fue una decisión que tomé porque quería ayudar y colaborar con algún proyecto solidario.


¿Por qué nos elegiste?


La razón principal fue que me gustó, y más todavía cuando pude ver la labor que se realiza in situ. Mi elección fue Perú por la posibilidad de ir a ver a la niña que tenía apadrinada.


¿Recuerdas el momento en el que recibiste su primera carta?


Me emocionó mucho recibir mi primera carta de la niña, que se llamaba Rosa. Guardo su foto y sus cartas, que siempre contesté, incluso yo también le mandé mis fotografías para que me conociera.


¿Qué es lo que más te gusta de lo que te cuenta en sus cartas?


Lo que más me gustó fue ver hecha realidad mi pequeña aportación. El viaje de ida, a pesar de los muchos contratiempos, lo hicimos con mucha ilusión, ya que vería a mi niña apadrinada. Ver el lugar donde vivía, sus circunstancias y pobreza, y la alegría de saber que con la ayuda que recibían por parte de Ayuda en Acción y gracias a nuestra colaboración al menos podía ir a la escuela. Los sentimientos fueron inenarrables.  El cariño de su familia es muy importante.


¿Dónde guardas sus cartas?


Guardo todas las cartas de los distintos niños y niñas con sus fotos. Me llama mucho la atención cómo cuentan sus vidas y cómo, con el paso del tiempo, su letra va mejorando.


¿Qué le intentas comunicar en tus cartas?


En mis cartas les daba ánimos para seguir estudiando.


 ¿Crees que es importante el vínculo que se crea con el niño?


Creo que es muy importante mantener el contacto, pues es un gran estímulo para ellos para continuar.


¿A qué te gustaría que llegase tu niño apadrinado en el futuro?


Me gustaría que ese niño o niña aprendiera lo suficiente para poder defenderse en la vida y cuanto más aprenda mucho mejor. Y sobre todo para vivir en su entorno.


¿Si tuvieras que recomendar a alguien el apadrinamiento qué le dirías?


Que colaborasen; yo he comprobado que nuestra aportación está llegando y que muchos proyectos finalizan y se realizan al completo. De hecho, a mí me cambiaron a otro proyecto, ya que en el que participaba había concluido.


¡Muchas gracias, Lidy, por tu apoyo incondicional durante tantos años!