Somos Inma y Marina, somos madre e hija y llevamos 24 años apadrinando con Ayuda en Acción, enviando y recibiendo cartas de aquellas personitas a quienes intentábamos ayudar con nuestra colaboración. Sin embargo, el verano pasado fue la primera vez que nos decidimos a conocer la realidad desde cerca: ¡por fin íbamos a poder visitar al niño que ahora tenemos apadrinado! Es una de las posibilidades que Ayuda en Acción ofrece cuando apadrinas, y la propia organización (junto con su socio local, el Instituto Politécnico Tomás Katari) nos ayudó a organizar el viaje, que conjugó turismo y sobre todo, solidaridad.


Llegamos a la Comunidad de Media Luna, donde nos instalaron en un aula del centro de secundaria, que adaptaron con todas las comodidades que pudieron: ¡teníamos casi de todo, aunque no nos hacía falta mucho para ser felices! Allí pudimos visitar a Aneso, nuestro niño apadrinado, y a su familia, compuesta del matrimonio y ocho hijos. Ellos sin duda fueron los protagonistas de nuestra experiencia en Bolivia.


Nuestra labor allí consistió en contarles cómo vivíamos en nuestro país: nuestras costumbres, fiestas, gastronomía… pero también contamos tanto en Media Luna como en Collpa Mayu (una comunidad cercana), qué nos movía a colaborar con Ayuda en Acción. En una de nuestras intervenciones tuvimos la inmensa suerte de hablar sobre los derechos de las mujeres, que sin duda levantó muchos comentarios y polémica. Nunca nadie antes les había hablado de este tema. Vino mucha gente de la comunidad a conocernos y a escucharnos, pese a los grandes esfuerzos de traducción, ya que la mayoría de sus habitantes hablan quechua.


Gracias a la Fiesta Intercultural que organizaron en el colegio de Media Luna pudimos conocer de cerca todo el trabajo que realiza Ayuda en Acción con el aporte de colaboradoras como nosotras: los agricultores están recibiendo semillas que les permiten mejorar sus cosechas, el centro médico tiene más medios y la escuela ha mejorado sus instalaciones. Pudimos comprender, de primera mano, aquello de que lo que llega a un niño, se traduce en ayuda para toda la comunidad.



263 millones de niños y jóvenes en el mundo no pueden ir al colegio.



Contestad sus cartitas


Todo lo que vivimos en Bolivia, conociendo estas y otras comunidades, sus gentes, sus costumbres, fue una experiencia inolvidable, no solo para nosotras sino también (sobre todo) para Aneso, nuestro niño apadrinado que pudo comprobar que todas sus cartitas habían llegado a sus destinatarias, que entre ellas y él se había establecido a lo largo de los años, logrando establecer una fuerte relación con alguien que vive lejos , pero que no es tan diferente.


Ojalá cada padrino o madrina, cada persona socia de Ayuda en Acción, pudieran compartir una experiencia como la que vivimos nosotras, porque sin duda es inolvidable. Es un tipo de viaje diferente en el que puedes descubrir que, a pesar de la distancia y de las distintas formas de vivir, realmente son las mismas cosas las que nos preocupan: la salud, la familia, las relaciones, la educación y la prosperidad. ¡Y Ayuda en Acción nos lo pone fácil para hacerlo!


Pero sabemos también que hay muchas personas que no pueden viajar por diferentes motivos. Tanto a quienes que puedan vivir la experiencia como a quienes no, queremos lanzar desde aquí un mensaje: no dejéis de contestar sus cartitas, como ellos dicen. No sabéis lo importante que es que su amigo o amiga de España les conteste y les cuente alguna cosa de su vida, por pequeña que sea. ¡Las cartas o las fotos de sus padrinos o madrinas son tesoros para ellos!


Los profesores y Ayuda en Acción hacen un gran esfuerzo para conseguir que se escriban las miles de cartas de niños y niñas apadrinados y son muy pocos quienes reciben respuesta. Ahora, además, es mucho más fácil, porque se puede contestar por correo electrónico (mirad el informe que os llega junto con la carta).