El baloncesto no es un deporte muy popular en Perú. Encontrar una cancha en alguna escuela para practicarlo es misión casi imposible. Hasta hoy. Carlos Albert Valbuena se ha encargado de ello. Su reciente viaje para visitar al grupo de niños y niñas que el CEIP Torreblanca tiene apadrinados/as con Ayuda en Acción en Ollantaytambo ha culminado con un regalo de Navidad inesperado para la comunidad: una canasta de baloncesto y balones necesarios para jugar.
A la vuelta de su viaje, hemos hablado con Carlos y queremos invitarte a ver la entrevista. ¿Tienes 12 minutos? ¡Quédate a verla! Si no puedes, abajo te dejamos un resumen de lo que hemos hablado con él.
El viaje de Carlos a Ollantaytambo
El colegio de educación primaria Torreblanca lleva 15 años colaborando con Ayuda en Acción. En este tiempo han sido muchos los niños y niñas a los que han ayudado. La ilusión de la comunidad educativa siempre fue poder viajar para conocer de primera mano el proyecto que apoyan. Tras varios intentos fallidos fue Carlos, hijo de la recién jubilada directora del centro, el afortunado que pudo llegar hasta allí. De su visita de dos días destaca el increíble cariño con el que le han tratado en la comunidad y cómo su generosidad sobrepasa sus posibilidades.
De los más pequeños se queda “con sus ganas de jugar, con su vitalidad”. Carlos tiene claro que se merecen una oportunidad porque solo su lugar de nacimiento no puede marcar el resto de sus vidas. De los mayores, destaca “sus ganas de progresar, de salir adelante y mejorar en familia”.
Una cuestión de confianza
Aunque a su confianza en la organización le avalan 15 años de apoyo, Carlos ha comprobado en persona que con Ayuda en Acción el dinero llega y transforma vidas. Destaca que a las familias no se les hace una donación sin más, sino que se les forma y capacita para sacar rendimiento a los microcréditos, materiales o ganado que la organización les facilita: “no se trata de caridad sino de un empujón para que puedan subsistir por ellos mismos en poco tiempo”, dice.
De su visita a la escuela le sorprendió que no es solo un centro donde aprender o enseñar. Es el epicentro de la vida de la comunidad. Es también el lugar donde socializar y donde la juventud recupera la voz a través de un programa de radio en el que exponen semanalmente los problemas a los que se enfrentan.
Desde el otro lado…
Carlos habla con cariño de las actividades, tan esperadas por pequeños y mayores, que se realizan cada año en el Colegio Torreblanca: el mercado solidario, la carrera solidaria, la chocolatada… Todas ellas van creando un vínculo entre la infancia de Castellón y la de Ollantaytambo y cada año, por estas fechas, los niños y niñas recuerdan a sus amigos/as del otro lado del océano, que siguen necesitando su apoyo. Se trata de un vínculo que les enseña valores imprescindibles para formarse como personas aquí y allí.
Esa es la huella que esta colaboración les deja en sus vidas y que perdurará con el tiempo. Como también lo hará esa canasta de baloncesto que podrán disfrutar en la escuela de Ollantaytambo dentro de poco. Es sin duda un regalo de Navidad que hermana aún más a dos comunidades separadas por miles de kilómetros. Pero para la solidaridad no hay distancias.