Dos semanas después, los datos de la emergencia en Perú no dejan de aumentar. Hasta la fecha, ya son 101 los fallecidos y hay más de 141.000 personas damnificadas, más de 205.000 personas han perdido sus viviendas y casi 2.000 centros educativos están inhabilitados. Ayuda en Acción se movilizó desde el primer día para dar respuesta a esta emergencia con el reparto de 8 toneladas de ayuda humanitaria: alimentos, artículos de higiene básica y kits potabilizadores de agua.


Las fuertes lluvias que asolaron el país en tan sólo unos días son fruto del agravamiento del fenómeno climático conocido como El Niño Costero. Éste consiste en un calentamiento anómalo del mar, en este caso del Océano Pacífico, que ha incrementó su temperatura en los últimos meses de 23ºC a 29ºC; dicho calentamiento produjo un aumento de la humedad lo que desencadenó el aguacero y causó el desbordamiento de ríos, inundaciones y aluviones.


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Pero este fenómeno climatológico no ha sucedido de forma aislada sino que vino precedido de una fuerte sequía que comenzó en diciembre de 2016. Por ello, a las cifras de la emergencia en Perú hay que sumar casi un millón de personas afectadas en todo el país, más de 53.000 hectáreas de cultivos afectadas y otras 20.600 hectáreas que se han perdido definitivamente. Este dato ya es bastante grave de por sí, pero lo es aún más si lo contextualizamos en un país el que aproximadamente el 20% de la población más pobre vive en las zonas rurales y tiene grandes dificultades para tener una vivienda digna, con acceso a luz eléctrica o agua potable.


Anaís y la emergencia en Perú


Dentro de ese 20% de la población más vulnerable de Perú encontramos a la familia de Anaís, una niña de 8 años a la que conocimos en mayo de 2016 en la provincia de Gran Chimú, ubicada en la región La Libertad y una de las tres más afectadas por la emergencia en Perú junto con las regiones de Piura y Lambayeque. Anaís es la protagonista de nuestra campaña Vidas Paralelas con la que queremos concienciar sobre la diferencia de oportunidades a las que tienen acceso los niñas y niñas en el mundo en función del lugar y la familia en la que nacen.


Tras el caos de los primeros días y a pesar de que con las inundaciones más de 2.400 km de carreteras y más de 10.300 km de caminos rurales han quedado completamente inaccesibles, hemos conseguido localizar a Anaís y a su familia. Si antes de la emergencia ya vivían en una grave situación de pobreza y vulnerabilidad, ahora no tienen nada. Lamentablemente, los medios de comunicación ya no se hacen eco de lo que sucede en Perú pero el país se enfrenta en este momento a un reto mucho mayor que sobrevivir a una emergencia, la reconstrucción. Perú necesita tu ayuda.