Un famoso sismólogo peruano decía “no es el terremoto que te mata, sino la casa que te cae encima”. Esto se debe a que la casa ha sido construida sobre un terreno no edificable y, por tanto, más expuestos a una amenaza. O puede ser consecuencia de que no hayan sido utilizados los materiales adecuados para ello, lo que aumenta el riesgo de vulnerabilidad. Tanto la amenaza como la vulnerabilidad aumenta el riesgo. Pero, ¿cómo se revierte esta situación? Para comprenderlo, hemos escrito este post sobre gestión de riesgos de desastres.

Amenaza, vulnerabilidad y riesgo: ¿quién es quién?


Antes de empezar con la definición de gestión de riesgos de desastres necesitamos primero entender qué quieren decir amenaza, vulnerabilidad y riesgo.

Con amenaza se entiende un factor de riesgo externo de un sistema o de un sujeto expuesto, que se expresa como la probabilidad de ocurrencia de un evento con una cierta intensidad, en un sitio especifico y en un periodo de tiempo. En gestión de riesgos de desastres medimos la exposición a una amenaza.

Con vulnerabilidad se hace referencia a las características y circunstancias de una comunidad o sistema o bien qué los hacen susceptibles a los efectos dañinos de una amenaza. Tras esta noción se encuentra la predisposición tanto física como económica, política y social de ser afectados o sufrir daños considerables en función de un fenómeno desestabilizador (esta y otras definiciones sobre esta temática puedes encontrarlas aquí).

Por su parte, el riesgo es la combinación de la probabilidad de que se produzca un evento y sus consecuencias negativas: a mayor vulnerabilidad y mayor exposición, mayor será el riesgo de ser afectados por eventos adversos o amenaza.

Para minimizar los efectos de posibles desastres naturales o eventos adversos se deben poner en marcha un conjunto de acciones que disminuyan nuestra exposición a una posible amenaza y también reduzcan nuestra vulnerabilidad. Aquí es donde interviene la gestión de riesgos de desastres.

¿Qué es la gestión de riesgos de desastres?


Podemos definir gestión de riesgos de desastres como el conjunto de medidas orientadas a limitar la probabilidad de que ocurran daños producidos por fenómenos adversos a un nivel en el que las necesidades puedan ser cubiertas con los recursos de la propia comunidad afectada.

Esto se logra mediante la eliminación (prevención) o la reducción (mitigación) de la amenaza, la vulnerabilidad o ambas. Pero también se logra mejorando la capacidad de respuesta de la comunidad, esto es, la preparación.

Cuando se habla de gestión de riesgo, comúnmente se asocia a los riesgos y desastres naturales como terremotos, sismos, inundaciones, tormentas, huracanes, etc. Pero la verdad es que este sector no se limita a los desastres naturales, ya que abarca todos aquellos eventos adversos que implican un cambio en la población de interés. Esos eventos adversos podrían ser la violencia, la entrada repentina de muchas personas migrantes por una frontera, etc.

Gestión de riesgos de desastres en Perú y Costa Rica


Las experiencias más características de Ayuda en Acción en la gestión de riesgos han sido en Perú y en Costa Rica, donde se ha trabajado este tema de forma distinta y con diferentes beneficiarios.

En Perú, Ayuda en Acción es una de las organizaciones internacionales referentes en gestión de riesgos de desastres para las diferentes instituciones públicas que trabajan en el sector: INDECI (que se encarda de preparación, respuesta y rehabilitación) y CENEPRED (se encarga de estimación, prevención, reducción y reconstrucción). Acompañamos a instituciones locales en el reforzamiento de capacidades y conocimientos sobre sistemas de alertas tempranas frente a diferentes tipos de desastres naturales (inundaciones, derrumbes o huaicos o derretimiento de glaciares, entre otros). En las comunidades mayormente expuestas a riesgos entregamos e implementamos los sistemas de alerta temprana, reduciendo así la vulnerabilidad de las poblaciones.



En la provincia de Alajuela, en el norte de Costa Rica, trabajamos de la mano con la población de los cantones de Upala, La Cruz y Los Chiles para mejorar la capacidad de respuesta de la población frente a posibles desastres (en particular inundaciones, lluvias intensas y volcanes) y también frente a posibles eventos adversos que puedan afectar la población.



En esta zona se han realizado sensibilizaciones importantes a la población, presentando instrumentos como el “violentómetro” o la ruta del refugio. Son instrumentos tanto para personas migrantes como para la población de acogida que sirven, sin duda, para evitar conflictos y facilitar procesos de cohesión social. A partir de ellos hemos conseguido obtener importantes resultados de empoderamiento de la población y activar, además, procesos de coordinación comunitaria, principalmente a través de comités de emergencias comunitarios y de la Comisión Nacional de prevención de riesgos y atención de emergencias.

A nivel internacional, ¿quién lidera la gestión de riesgos de desastres?


El UNISDR (Estrategia Internacional para la Reducción de Riesgos de Desastres de las Naciones Unidas – UNDRR en inglés) es la institución de Naciones Unidas que proporciona liderazgo y apoyo para acelerar los esfuerzos mundiales en la reducción del riesgo de desastres con el fin de  lograr un desarrollo sostenible inclusivo. UNISDR es también la institución que todos los años (desde 2009) define el tema principal sobre que centrarán las celebraciones del Día Internacional de la Gestión de Riesgos que se celebra todos los 13 de octubre. Para 2022 el tema principal es "aumentar sustancialmente la disponibilidad y el acceso de las personas a los sistemas de alerta temprana de peligros múltiples y a la información y evaluación del riesgo de desastres para 2030". El tema propuesto para el 2022 se alinea con la Meta G del Marco de Sendai, el acuerdo principal de la agenda de desarrollo posterior a 2015 que ofrece a los Estados miembros una serie de acciones concretas que se pueden tomar para proteger los beneficios del desarrollo contra el riesgo de desastres.

 

*Artículo escrito por Giulia Tieni (departamento de ayuda humanitaria de Ayuda en Acción)