Desde que comenzó el conflicto en Ucrania millones de personas han salido del país. La mayoría lo han hecho por carretera, saliendo por los países limítrofes. Moldavia es uno de ellos, y además, uno de los que más presión migratoria soporta (15% de la población total del país son personas refugiadas provenientes de Ucrania). Moldavia es, también, uno de los países en los que interviene Ayuda en Acción. Hoy te contamos cuál es nuestro trabajo allí.
Almacén de ayuda humanitaria en Chisinau
En Ayuda en Acción nos pusimos manos a la obra desde el primer momento de esta crisis. Desde hace años pertenecemos a la red de ONG europeas Alliance2015. Son parte de ella organizaciones que llevan desde 2014, cuando se produjo el último estallido violento en Ucrania, trabajando en la región.
Nuestra campaña de recaudación de fondos de ayuda de emergencia y los 100 000 euros que desde la organización hemos aportado como fondos propios ha hecho posible que a día de hoy podamos seguir distribuyendo ayuda humanitaria desde los almacenes centrales de Chisinau, la capital moldava.
Allí Ayuda en Acción nos encargamos, junto con organizaciones como ACTED, de almacenar las ayudas directas que llegan desde toda Europa para atender a la población refugiada ucraniana. También la clasificamos y finalmente, la distribuimos, tanto entre particulares que acuden al propio almacén como entre centros habilitados por el gobierno moldavo para apoyar a la población ucraniana.

¿En qué consiste la ayuda?
El almacén central de Chisinau está lleno de alimentos (la mayoría no perecederos), pero también de útiles higiénico sanitarios e incluso de otros objetos como juguetes (no olvidemos que el 48% de las personas refugiadas de Ucrania son menores de edad). Principalmente distribuimos:
- Kits de alimentación: en él hay latas de conserva, arroz, aceite, cereales, azúcar, harinas o fruta deshidratada. Con ello se pretende asegurar una alimentación básica para las personas refugiadas en Moldavia.
- Kits higiénico-sanitarios: en él hay papel higiénico, toallitas húmedas, detergente, jabón, gel hidroalcohólico o compresas, en el caso de las mujeres.
- Kits especiales: hace unos días fue la pascua ortodoxa y se prepararon unos kits especiales en el que había elementos como chocolate. Es importante, a pesar de la situación, atender también otras cuestiones de ámbito cultural y social para fomentar el arraigo.
Palanca: centro de primera atención
En el sur de Moldavia se encuentra Palanca, uno de los principales puntos fronterizos para personas ucranianas que salen del país y piden refugio. En este centro son nuestros socios de la ONG francesa ACTED, que pertenece también a Alliance2015.

¿Qué hay en este centro?
En el centro de primera atención hemos habilitado varios espacios con un único fin: ayudar a las personas refugiadas que huyen de Ucrania para seguir su camino.
- Hay espacios lúdicos para que los niños y niñas tengan espacios dignos en los que jugar. Por a pesar de la guerra, la infancia no debe perder sus derechos.
- Encontramos también puntos de información y transporte para orientar a personas refugiadas sobre rutas seguras. Hemos habilitado buses que transportan a las personas para llegar a otros lugares del país o incluso en otros países. Otra de las actividades que desarrollamos es la atención psicosocial a personas refugiadas: les ayudamos desde algo tan simple como poner una tarjeta SIM en un móvil a darles apoyo psicológico para intentar pasar el trauma de la separación de su hogar.
- Infraestructuras de agua e higiene para que las personas puedan lavarse tras un largo viaje o hacer sus necesidades. Hemos instalado una zona de baños móviles y lavamanos que cada día utilizan cientos de personas.
Cauçeni: la solidaridad de Moldavia por encima de todo
En Cauçeni, a medio camino entre Chisinau y Palanca, trabajamos con Helvetas, ONG suiza perteneciente también a Alliance2015 y que lleva trabajando años en Moldavia. El proyecto de emergencia en este apartado nos llena de emoción.
Hemos podido visitar a familias de acogida que, a pesar de las dificultades que ya tienen en Moldavia, han decidido apostar por la solidaridad. Las ONG nos ocupamos de la acogida y acompañamiento a familias refugiadas: colaboramos en el proceso de asignación de familias, hacemos valoración psicosocial, acompañamos a ambas partes… Siempre buscamos un presente digno y un futuro con oportunidades.
La historia de Zina

Hemos conocido a Zina Ursu, de 70 años. Junto con su nieta, que también se llama Zina, ha decidido acoger a una familia refugiada de cinco personas, con tres niños a los que la guerra ha privado de poder seguir estudiando. Por el momento, no tienen tablets para continuar con su educación ni tampoco acceso a Internet. Prefiere que no entremos en su casa: le da vergüenza porque es pobre. Sin embargo, podemos decir que es rica en solidaridad. Su nieta, la pequeña Zina, crecerá sabiendo el significado de esa palabra.
La historia de Olga

También hemos conocido a Olga, una joven psicóloga cuyos padres fallecieron. Por eso tiene dos casas, la suya y la de sus padres. En esta última ha decidido acoger a una familia refugiada. No fue una decisión fácil, porque acomodar la casa supuso tener que realizar una inversión. Sin embargo, los beneficios son mucho más valiosos. En su casa se queda Svetlana, de Odessa. Ha huido con parte de su familia, pero en su país han tenido que quedarse su hijo, su padre, su yerno… Sobreviven gracias al apoyo de las familias de acogida, a quienes apoyamos a su vez las ONG. Vive con Anna, su hija, y el hijo de esta, Vania, de tan solo ocho años. Olga no les ha dejado la casa y se ha ido: les acompaña en cada momento: sus hijos juegan juntos y ella, gracias a su profesión, ha podido dar un apoyo extra a la familia ucraniana.
Con tu ayuda podremos seguir apoyando a la población refugiada, pero también a la que acoge. Ahora más que nunca es importante estrechar lazos, porque son muchas más cosas las que nos unen que los kilómetros que nos separan.