El desarrollo de un país está estrechamente relacionado con la salud de sus poderes públicos y el Estado de derecho. Ambos se condicionan mutuamente, de ahí que el ODS 16 ponga el foco en este aspecto.


Más concretamente, en la violencia sexual, la trata de personas o la explotación infantil, problemas que debemos atajar de manera urgente. Son cuestiones esenciales para construir sociedades pacíficas e inclusivas. A ello se suma la corrupción, una amenaza global que afecta especialmente a la policía y el poder judicial, y que supone un importante coste económico para los estados. De hecho, el soborno, el robo y la evasión impositiva representan alrededor de 1,26 billones de dólares al año para los países en desarrollo. Es una cantidad que, obviamente, podría suponer una importante diferencia para muchos de sus habitantes, que viven en situación de pobreza.


Los conflictos armados son, además, los responsables de apartar de la escuela a más de 28 millones de niños y niñas. En algunos casos por la imposibilidad de llegar a las aulas o la falta de profesores, en muchos otros porque son obligados a luchar, convertidos en niños soldado. De acuerdo con los últimos datos de UNICEF, en la actualidad el mundo está inmerso en más conflictos bélicos que en cualquier otro momento de los últimos 30 años.  Además, en este contexto, actualmente un alto porcentaje de presos cumplen condena sin que exista una sentencia.


 ¿Qué hace falta para alcanzar el ODS 16?


Debemos afrontarlo como lo que es, un problema en el que se mezclan muchos temas, aparentemente inconexos, pero con puntos en común. Así, la corrupción policial y judicial implica, muchas veces, la impunidad de quienes ejercen la violencia sexual o de quienes utilizan mano de obra infantil. Del mismo modo, los conflictos armados son el caldo de cultivo para esos y otros delitos.


Entonces, ¿cómo atajar el problema? UNICEF, en su informe 'Acción Humanitaria para la Infancia', estima en unos 3 400 millones de euros la inversión necesaria para proteger a este colectivo en un panorama convulso. Además, podemos avanzar hacia el ODS 16 fortaleciendo las instituciones y los mecanismos nacionales e internacionales de control de las desviaciones. Por ejemplo, vigilando de manera más intensa los movimientos financieros y el tráfico ilegal de armas, y apoyando la recuperación y devolución de los activos robados. 


Por otro lado, es importante conseguir que todos los nacimientos sean adecuadamente registrados y se garantice el acceso de la infancia a una identidad jurídica desde el momento de su nacimiento, un mecanismo de transparencia que puede ser de enorme ayuda.


¿Cómo contribuye Ayuda en Acción al ODS 16?


Trabajamos intensamente en favor de los derechos de las mujeres y la infancia, colectivos que sufren una especial vulnerabilidad. Y lo hacemos en distintos frentes, con la educación como principal herramienta. Esta nos ha servido para luchar activamente en contra de la mutilación genital femenina en países como Kenia o Etiopía, lugares donde el trabajo en colaboración con organizaciones locales nos ha permitido reducir la práctica de esta tradición, una de las formas de violencia de género más agresivas. 


La educación también ha sido clave en países como Nepal, donde contamos con tres casas de prevención en las que proporcionamos formación y refugio a supervivientes de la violencia doméstica y adolescentes en riesgo de caer en la trata.  Darles un oficio o los conocimientos necesarios para emprender su propio negocio es la mejor forma de mantenerlas alejadas de esas redes. Además, hemos conseguido que se condene a más de 1 000 traficantes, pero no hay que bajar la guardia: cada año más de 20 millones de personas son víctimas de trata, y un tercio de ellas son menores. 


¿Qué puedes hacer tú por el ODS 16?


El primer paso es tomar conciencia del problema y, al mismo tiempo, del papel que como ciudadanía podemos desempeñar en favor del ODS 16. Infórmate sobre las actuaciones de tu Gobierno, exige transparencia por su parte y utiliza los medios cívicos a tu alcance para protestar ante los casos de corrupción.


Además, hay otras formas de trabajar en favor de la paz y la justicia en tu día a día: si en tu grupo de amigos o tu entorno hay quien acude servicios de prostitución, explícale lo que supone; si  conoces algún caso de maltrato, no lo silencies, presta tu apoyo a quién lo necesite y denúncialo; si quieres que tu ayuda cruce con fronteras, además, puedes colaborar con nosotros en alguno de nuestros proyectos en favor de los derechos de mujeres y niños en todo el mundo.


Recuerda, los ODS son cosa de todos y todas, porque #SomosAyuda.