El ámbito del derecho tiene distintos campos de aplicación. Uno de los más importantes es la protección del ser humano frente a cualquier tipo de vulnerabilidad en forma de desigualdad social. Los derechos sociales son aquellos que están alineados con la infinita dignidad del ser humano. Es decir, defienden la importancia de la integración personal a través de objetivos importantes como el acceso al mercado laboral, el derecho a la sanidad o a la educación.


La importancia de defender los derechos sociales


¿Y por qué es tan importante luchar por estos derechos en el siglo XXI? Porque todavía existen situaciones de riesgo en donde las personas no pueden cumplir estos objetivos. Por ejemplo, hay lugares del mundo en los que una dolencia que en un país desarrollado ha sido perfectamente superada gracias a la mejora de las condiciones de vida, puede tener una intensa gravedad por la falta de recursos médicos.


Igualmente, la educación es uno de los valores más importantes para dotar a los seres humanos de recursos de conocimiento orientados a mejorar su vida. La rutina escolar representa el ideal de felicidad de los niños y sus familias. Sin embargo, existen lugares en los que no existe esta garantía de acceso a la formación universal.


Algo que no solo produce un impacto negativo en la vida durante la infancia, sino también, en su futuro, puesto que la falta de formación y de capacitación reduce las posibilidades de acceso a un buen empleo en el futuro. La falta de formación perpetúa la posición de fragilidad de esa persona dentro del sistema social del que forma parte.


Por esta razón, al derecho a la alimentación que forma parte del bienestar físico y psicológico, también conviene sumar el derecho a la educación como alimento de la mente.


los derechos sociales de las mujeres


En definitiva, el ser humano tiene derecho a crecer y desarrollarse como persona. Para ello, necesita de los recursos externos de la sociedad de la que forma parte. Un entorno que respeta los derechos sociales pone al servicio del bien común la principal riqueza: recursos de formación, cultura, medicina, trabajo y ocio. La sociedad está formada por muchas personas distintas.


Por esta razón, el principal valor de la normativa aplicable en torno a los derechos sociales es que se evitan las desigualdades, defendiendo el bien común de los individuos. Los derechos sociales son aplicados desde una visión en donde la sociedad vela por el bienestar de las personas que constituyen esa comunidad para  el progreso del grupo general.


El ser humano necesita tener sus necesidades básicas cubiertas y, también, otras necesidades espirituales para sentirse pleno realmente. Estos derechos sociales buscan esa plenitud a través de la regulación del derecho público orientado a la defensa de la dignidad individual del sujeto, y también, en relación con la protección general de la sociedad.


De este modo, gracias a esta protección por parte del sistema, el individuo es cuidado por el entorno, algo que aumenta su propia capacidad de resiliencia frente al riesgo de vulnerabilidad que generan las dificultades.


Ayuda en Acción muestra su compromiso constante con los derechos sociales a través de iniciativas específicas. ¿Cuáles son? ¡Descúbrelo a continuación porque tú también puedes colaborar como protagonista activo de este proceso de transformación social tan solidario e inspirador!



Cómo trabajar en defensa del derecho social



  1. Programa de voluntariado. Por medio de una iniciativa de estas características puedes participar como voluntario dedicando una parte de tu tiempo libre a un proyecto en el que crees.

    Puedes experimentar la satisfacción de trabajar por una causa noble. En ese caso, por medio de tu implicación, tu generosidad y tu constancia durante tu tiempo libre puedes lograr este objetivo.

    En tu experiencia como voluntario puedes descubrir que recibes mucho más que lo que das. Y, también, por medio de la vivencia de un voluntariado internacional tienes la oportunidad de descubrir las costumbres, tradiciones y la cultura del lugar de destino.



  1. Ayuda económica. El tiempo es un factor económico muy importante en términos temporales, sin embargo, existen momentos y circunstancias en los que tal vez no tengas la disponibilidad de tiempo para implicarte con una causa social. Existen otras formas de ayuda y colaboración desinteresada. Por ejemplo, hacer un donativo económico concretando una cantidad específica. Lo más importante es que incluso las ayudas más pequeñas son valiosas para sumar valor en la defensa del bien social.

    Por ejemplo, puedes donar una cantidad económica concreta con motivo del cumpleaños de un amigo ya que este gesto es un verdadero regalo para quien lo recibe como protagonista, pero también, para la propia sociedad.

  2. Defensa de los valores. Allí donde estés puedes ser un embajador del humanismo a través de tus acciones, palabras y pensamientos. Es decir, un referente ético y moral en una sociedad que necesita de personas que inspiren la importancia de la práctica del bien como verdadera causa de felicidad.

  3. Lista de bodas solidaria. Algunas parejas que se casan piden a sus invitados que en lugar de comprar un regalo específico hagan un pequeño donativo en una entidad social.

  4. Ser solidario en casa. Es una buena forma de entrenar los valores sociales desde el propio hogar para después proyectar esta actitud más allá de la propia casa.

  5. Dar voz a las situaciones de injusticia o a aquellas campañas destinadas a favorecer la evitación de las desigualdades. Por ejemplo, a través de un blog personal o las redes sociales. Desde tu propia posición tienes la autoridad de informar sobre estas cuestiones.


El apadrinamiento


Una de las fórmulas habituales de defensa de los derechos sociales de los niños es el apadrinamiento. Una idea que propicia el vínculo emocional entre aquel que apadrina y la persona que recibe este apoyo.


La infancia es una de las etapas de la vida más importantes. Por esta razón, cuando apoyas a un niño o niña, estás acompañando a toda su familia en su proceso de superación y progreso.