Cada 5 de octubre se celebra el día del docente y cada año solemos fijarnos en maestros y maestras que lo dan todo por su alumnado. Este año, sin embargo, queremos centrar nuestra atención en quienes serán los docentes del futuro. Son niños y niñas que en América Latina se esfuerzan cada día para crear un mañana con más educación y más oportunidades.


En marzo de 2021 solo ocho países de la región tenían sus aulas totalmente abiertas, frente a 18 donde aún había restricciones. Ha sido la región donde ha sido más largo el periodo sin escuelas como consecuencia de la COVID-19.


La dedicación del profesorado durante todo este tiempo ha hecho que hoy sea una de las profesiones más valoradas, aunque es necesario seguir invirtiendo cada vez más para mejorar sus condiciones. Así lo hacemos desde Ayuda en Acción en las comunidades donde trabajamos a través de formaciones para dotarles de herramientas que aseguren una educación de calidad, pese a la pobreza en la que viven.


¡Vamos a conocer las historias de nuestros docentes del futuro!


Yeferson, futuro docente de arte en Guatemala


Yeferson tiene 10 años y vive en la aldea El Encinal, en el departamento guatemalteco de Zacapa. Cuando sea mayor lo tiene claro: quiere ser docente para enseñar todo lo que sabe y lo que le queda por aprender. Cuando le preguntamos en quién se inspira lo tiene claro: quiere ser como su admirado maestro Marvin Estuardo: “de él destaco su paciencia, su dedicación y el amor que nos tiene”.Yeferson con su profesor, en quien se inspira


Hoy por hoy, y tras el parón de la escuela debido a la pandemia, Marvin y su alumnado han vuelto a clases. Tanto tiempo sin pisar la escuela ha hecho que haya conceptos que niños como Yeferson no han podido asimilar:



Cuando no veníamos a la escuela nos costaba mucho aprender sin el apoyo del maestro. Ahora estamos mejor, porque hace un esfuerzo para enseñarnos a través de vídeos que proyecta con el equipo que nos donó Ayuda en Acción para la escuela.



Yeferson no será un maestro cualquiera. En su escuela, y gracias a los proyectos que tenemos allí en marcha, recibe formación en lenguaje o matemáticas, pero también en valores. Eso ha hecho que este niño se fije más en las artes y quiera ser profesor de artes plásticas: “si estoy triste o alegre, haciendo mis dibujos desahogo mis emociones, y eso me gustaría transmitirlo a otros a través de la docencia”, dice.


Viéndose reflejado en su maestro, él también quiere quedarse en su aldea para seguir enseñando a los niños y niñas del futuro. Sueña con hacerlo en un centro divertido y con mucho color.


Anthony: ser docente del futuro para compartir


Anthony, de la comunidad ecuatoriana de Monte Olivo (Carchi), tiene 12 años y le gustaría ser uno de los docentes del futuro. Le gustaría serlo porque cree que es una profesión que le permite compartir conocimientos con los demás, conocer mucha gente y aportar al desarrollo de las personas. Para esto se inspira en su maestra, quien lo motiva a seguir estudiando e incentiva a elegir esta profesión.Anthony sueña con ser docente


Se imagina siendo profesor de matemáticas porque esta asignatura ayuda mucho en el desarrollo del pensamiento y resuelve muchas cosas que hacen las personas a diario. Además, comenta que no tiene preferencia por donde pueda ejercer la profesión de docente:



Estoy seguro que sea donde sea, podré aportar al desarrollo de las personas a las que enseñe.



Sin embargo, cuando hablamos con él sobre el futuro de las escuelas, hay una cosa que tiene clara: es necesario aumentar el número de profesores, con nuevas materias que enseñen cómo cultivar las plantas, más tecnología, laboratorios y más espacios para hacer deporte.


Anthony sabe que hay valores que son esenciales para cualquier docente: la paciencia y la entrega a sus estudiantes.



Para mí el profesor ideal sería el que no sea egoísta y comparta sus conocimientos con los demás.



Lupita, de México: ser docente para dar más oportunidades en el futuro


Lupita es una estudiante de 13 años en la comunidad de San Andrés Calpan, en Puebla (México). Tiene sueños y metas que le gustaría cumplir. Una de ellas es ser maestra, porque le gusta enseñar y observa cómo sus docentes están formando su yo del futuro.



Mi profesora ideal es alguien que sepa muchas cosas, que siempre sea capaz de enseñar cosas nuevas… Así me gustaría ser cuando me convierta en docente.



No puede tener mejor ejemplo: Ana es la profesora que le inspira para convertirse en educadora. De ella resalta su paciencia, su conocimiento y su dedicación al colegio.Lupita se prepara para ser docente en el futuro



Me gustaría enseñar matemáticas a niñas y niños, tanto en mi comunidad como en otros municipios. Siendo docente podré contribuir para que en un futuro aprendan a resolver problemas y tengan más oportunidades de empleo y una mejor calidad de vida.



Lupita comenta que las mujeres están perfectamente capacitadas para ser maestras o lo que quieran ser. Sabe que la educación es fundamental para conseguirlo, y por eso si tuviera poder de decisión invertiría en hacer más campañas de concienciación sobre igualdad, como hace Ayuda en Acción en las comunidades donde trabaja.


La docente ideal de Marilin: paciente, carismática y confiable


En Nicaragua muchas maestras y maestros deben recorrer a diario al menos dos horas en motocicleta, cruzando cuestas, puentes peligros y quebradas que, en temporada de lluvias, no permiten el paso. “Yo he tenido profesores que prefieren quedarse en el colegio por la noche, para no salir de la comunidad y evitar el riesgo que el río se lleve el puente y así poder dar clases al día siguiente”, comenta Marilin Herrera Salgado, de 16 años. “Ese es el grado de compromiso que espero tener yo cuando sea docente”, afirma.Marilin quiere ser docente


Desde que estudiaba primaria, Marilin tuvo la certeza que se dedicaría a la docencia al ser adulta. Aunque el reto es muy grande, la vocación es para ella el ingrediente esencial que le permitirá convertirse en una excelente profesora.


Biología es la clase que más le gusta. Cuando sea profesora de primaria espera impartir ciencias naturales en la misma escuela donde ella estudió, en la ciudad El Cuá, en Jinotega, al norte de Nicaragua.


“Yo me imagino que seré una profesora paciente, carismática y que inspire confianza a mi alumnado”, comenta. Sin embargo, Marilin quisiera contar con ciertos recursos que facilitarían de gran manera la enseñanza:



Luz eléctrica y acceso a internet son servicios que quisiera que mis estudiantes tuvieran tanto en el centro como en sus propias casas. Así es más sencillo investigar y estudiar.



Actualmente Marilin pertenece a la Red de Vínculos Solidarios, promovida por Ayuda en Acción. Ha impartido charlas a niños y adolescentes en la comunidad sobre factores de riesgo y protección, como una manera de prevenir la violencia basada en género en su comunidad.



Aunque me integré hace poco, reconozco la importancia de estar organizada para prevenir la violencia. Cuando sea una docente del futuro estoy segura de que podré ayudar a que mis alumnos se sientan seguros también.



La vocación de docente de Jensy: cambiar vidas en el futuro


Jensy es una joven garífuna del municipio de Santa Fe en Honduras. Estudia la carrera de Licenciatura en Educación Prebásica y actualmente es parte de nuestro voluntariado de vínculos solidarios. Con paciencia y mucho amor ayuda a los niños y niñas a escribir lindas cartas para sus padrinos y madrinas en España.


Nos cuenta que decidirse a estudiar docencia no fue una tarea difícil: lo lleva en las venas. Su Jensy, futura docente en Hondurasmejor recuerdo de la infancia es ver a su madre enseñando con esmero y amor a niños y niñas de la comunidad. Jensy era apenas una niña y una estudiante más, pero esos momentos la marcaron y la inspiraron.



Siempre me he visto dibujada en mi madre, Dinora. Su pasión por enseñar y cambiar vidas de niños y jóvenes es mi inspiración y un reto.



Faltan pocos meses para que Jensy se gradúe como docente del futuro, el suyo está mucho más cerca de lo que parece. Han sido años difíciles, más aún con la modalidad virtual desde que comenzó la pandemia. Se imagina entrar a un aula llena de niñas y niños, con pizarras llenas de números y con muchos recursos tecnológicos. Y quiere entrar con fuerza e ideas nuevas:



Agregaría una asignatura que se llame “Honduras ayer y hoy” donde se aprenda sobre la historia reciente del país y a partir de ahí se construyan ideas para mejorar el mundo.



Cuando le preguntamos a Jensy cómo sería su profe ideal, no le hace falta irse muy lejos:



Sería como yo, que ama lo que hace, que tiene pasión y fuerza de cambiar la vida de niños y niñas que pueden ser los próximos líderes del país y del mundo.



Colombia: soñando con ser docente siempre


Gabriela Aguilar, de Colombia, desde siempre supo que quería ser profesora: “quiero ser maestra porque siempre jugaba con mis amigos a que yo era profesora y a ellos les gustaba cómo les explicaba las cosas". Ese reconocimiento le hizo crecer sabiendo que era su verdadera vocación. Está convencida de que la educación es la mejor herramienta para cambiar el mundo, pero también tu propia vida: "sin una educación es más fácil caer en trampas que te pueden poner otras personas". 


Con el modelo de su profesora Senaida, Gabriela sueña con ser profesora de naturales e imagina un colegio en su comunidad más grande, con más salas y aulas y con más personas, no solo niños y niñas sino también docentes del futuro como ella.