África es un continente extenso, formado por casi el doble de países que la Unión Europea (54), y con una enorme diversidad: variedad de lenguas, religiones y culturas, y contextos muy diferentes. Pero es también la zona del mundo en la que se concentran los mayores índices de pobreza. Varios países africanos están inmersos en conflictos armados constantes, dictaduras o sistemas corruptos y esto supone un caldo de cultivo perfecto para una precariedad de la que es difícil salir. Además, como consecuencia de todo ello, aún hay mucho por hacer en el cumplimiento de los Derechos Humanos, y en la lucha por la dignidad de las mujeres. Ante esta situación, el trabajo de las ONG en educación es la mejor arma para un cambio en África.
Educar en un sentido amplio
Al igual que la dificultad de acceder a agua potable o la desnutrición contribuyen a la propagación de enfermedades, no tener acceso a la educación perpetúa la precariedad y la desigualdad social.
De hecho, en África el trabajo de una ONG en educación es amplio. No se trata solo de luchar por escolarizar a niños y niñas o de enseñarles a leer o escribir. Va mucho más allá. Supone también proporcionar información, sensibilizar y concienciar sobre cuestiones clave. La educación es nuestra mejor arma en la lucha contra la mutilación genital femenina, la discriminación, el matrimonio forzado o la violencia contra las mujeres, temas que no solo atentan contra sus derechos fundamentales, sino que además se convierten en los principales escollos para su pleno desarrollo.
África concentra las mayores tasas de matrimonio infantil del mundo. De hecho, según los últimos datos, en el continente africano hay trece millones de menores casadas contra su voluntad, y lo decimos en femenino porque sobre todo son niñas. La tendencia podría verse duplicada hacia 2020. El matrimonio infantil es una de las formas de abuso sexual y violencia contra las mujeres más extendida, y tiene graves consecuencias. Además de las secuelas físicas y emocionales, el matrimonio infantil aparta de las aulas a miles de niñas cada año, frenando su desarrollo y sus posibilidades de salir de la pobreza.
Además, casadas o no, también son las mujeres y las niñas las que suelen encargarse de cuidar a los animales o recorrer largas distancias en busca de agua potable para su familia. En muchas ocasiones, esto no les deja tiempo para estudiar y les priva de aprender a leer, escribir o sumar.
La labor de esta ONG en la educación en África
Ayuda en Acción trabaja en el continente africano desde 1983, respondiendo tanto a situaciones de emergencia como a las necesidades de la población en el día a día.
Nuestros esfuerzos se centran sobre todo en las mujeres y la infancia, los colectivos más vulnerables. Trabajamos para educar a la sociedad en lo que implican tradiciones tan nocivas para las mujeres y niñas, como la mutilación genital femenina o el matrimonio infantil. Además, les proporcionamos herramientas para el empoderamiento femenino, fomentando de este modo la igualdad de género. Así, llevamos a cabo proyectos para formar a mujeres en cuestiones de economía y facilitando la creación de los grupos de ahorro y préstamo. ¿De qué se trata esta iniciativa? Son fondos comunes en los que las mujeres depositan el poco dinero que tienen, pero que unido al de las demás supone, sin embargo, un pequeño capital. Así, mediante un sistema rotatorio, todas las mujeres pueden acceder al préstamo de la cantidad suficiente para montar un pequeño negocio, como granjas de gallinas o huertas comunitarias.
De hecho, el trabajo en educación de nuestra ONG también abarca formación sobre cultivos: horticultura, técnicas de riego, control de plagas y otras cuestiones que pueden ayudarlas a salir adelante. Isikot Anna es un buen ejemplo de ello. Ella es una de las mujeres a las que Ayuda en Acción dio esta formación en Uganda. Es una viuda con siete hijos (seis propios y uno adoptado), a los que ha podido alimentar durante todo el año con las verduras de su propia huerta. Además, ha podido vender parte de la cosecha a sus vecinos y obtener con ello los ingresos suficientes para pagar otros gastos. “Con los conocimientos adquiridos en la formación, pude cosechar unos cultivos que resistieron la época de sequía”, afirma orgullosa.
Tú también puedes ayudarnos
El objetivo de nuestra ONG al proporcionar educación en África es precisamente ese, que cada vez necesiten menos nuestra ayuda. Empoderar a las mujeres, educar a niños y niñas, formar a la sociedad africana para que llegue el día en que puedan valerse por sí mismos. Tú también puedes poner tu granito de arena. ¿Cómo? Colabora con nosotros. Puedes ser parte de nuestro voluntariado o contribuir de la forma que mejor te encaje. Por ejemplo, apadrinando a un grupo de niños o haciendo un donativo puntual. Tu ayuda servirá para que nuestra ONG pueda llevar la educación a más zonas de África, la mejor arma para ayudarles a salir de la desigualdad.