Colombia es el mayor receptor de personas migrantes procedentes de Venezuela. A pesar de su estrecha relación histórica, la integración de ambas comunidades no siempre es fácil. Quienes llegan hasta el territorio lo hacen con intención de establecerse y comenzar una nueva vida cerca de su país. Pero se enfrentan a situaciones de discriminación, xenofobia, falta de acceso a servicios básicos y dificultades para encontrar trabajo. Ayuda en Acción realiza una gran labor humanitaria desde sus centros para migrantes, pero esto no siempre es suficiente.

En esta línea, es clave promover el acceso a la salud, la inserción laboral, garantizar la seguridad alimentaria y la integración a través de talleres y jornadas culturales. Te contamos qué hacemos para favorecer que migrantes de Venezuela emprendan en Colombia.

Por ejemplo, promovemos el desarrollo de emprendimientos en la ciudad de Cúcuta, apoyando 60 iniciativas con el fin de generar alternativas de ingreso económico y el desarrollo de proyectos empresariales que mejoren la calidad de vida de las familias.

Pero mejor te contamos este trabajo a través de las historias de migrantes emprendedores.

María Gutiérrez y su asociación de reciclaje


María Alejandra Gutiérrez Heredia es una mujer recicladora de 34 años, proveniente del estado de Yaracuy en Venezuela. Actualmente reside en Cúcuta (Colombia) en el barrio Las Delicias con su esposo, sus cinco hijos y un nieto. Llegó a Colombia en el 2020 en busca de mejores oportunidades. La ruta de Venezuela a Colombia la hicieron juntos durante cuatro días. Su esposo había migrado un mes antes.

Justamente fue él, Piter, quien empezó a trabajar en una empresa de reciclaje en Colombia. Pero lo despidieron a los pocos días de que toda su familia llegara a Cúcuta. Tanto Piter como María estuvieron buscando trabajo durante largas semanas, pero no consiguieron ningún contrato. Así que decidieron trabajar como autónomos en el reciclaje con la ayuda de sus hijos mayores.

En poco tiempo aprendieron este trabajo y se ganaron el cariño de la comunidad. Aunque sufrieron cierta discriminación, María cuenta que sobrevivieron gracias a los vecinos que les dieron al principio comida y ropa. Poco después en sus vidas apareció Ayuda en Acción: María ingresó en el proyecto Ciudades incluyentes, comunidades solidarias, luego de haber asistido a una reunión de socialización que la Fundación Ayuda en Acción organizó junto a la Unión Europea, OIM, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU Hábitat), para conocer los emprendimientos que se estaban gestando en barrios como Las Delicias y apoyarlos posteriormente. Además, en este proyecto recibió capacitación en programas técnicos en administración de unidades empresariales, manejo contable, bioseguridad y reglamentación de las unidades productivas, seguridad en el trabajo y marketing digital.

Tras esto, María ha formado la Asociación de recicladores Mi Esfuerzo”, donde trabajan ya siete personas. A día de hoy, María y Piter son los únicos que trabajan como recicladores en su familia: sus hijos se encuentran estudiando en la escuela pública.

Darwin Rangel y su taller de metalurgia


Darwin Rangel tiene 30 años y migró de Venezuela a Colombia hace seis años. Estudiaba ingeniería y se dedicaba a la soldadura, pero tuvo que readaptar toda su vida. "El principal reto entonces y ahora es emprender y salir adelante", cuenta.

Su emprendimiento es un taller de metalurgia. Empezó trabajando como ayudante en talleres y fue ahorrando hasta poder ir comprando diferentes herramientas.

En un momento decidió emprender y formar su propio taller. El joven explica los motivos: "tomé la decisión porque no veía los resultados trabajando en otros talleres. En Venezuela tenía ya ese conocimiento y quería aprovecharlo aquí. Tuve la fortuna de encontrarme en mi camino a Ayuda en Acción porque nos dieron conocimiento, cursos y estrategias para gestionar e impulsar el negocio. Todo el trabajo que realizaron fue esencial, además de obtener un capital inicial para fortalecer mi emprendimiento".

Gracias a todo esto, Darwin ha crecido en el ámbito personal y laboral. Además, le ha permitido tener una estabilidad económica para ayudar a su familia. "Pasamos de ser un taller de soldadura a un taller de fabricación mecánica y con servicios de reparación. Genero dos empleos más y el cambio que supone en mi vida es trascendental", afirma.




El emprendimiento de Darwin y de María son dos ejemplos de trayectorias que han cambiado gracias a las nuevas oportunidades que han tenido tras migrar a Colombia desde Venezuela. Destacamos sus historias para reflejar el trabajo que realizamos desde Ayuda en Acción para facilitar un futuro mejor para todas las personas en todo el mundo.