Nos reconocemos como muy solidarios. Y de hecho, los españoles somos los primeros en volcarnos cuando ocurre una emergencia. Somos líderes mundiales en donaciones de órganos y trasplantes y gracias a las transfusiones de sangre se salvan 80 vidas cada día en nuestro país. Pero ¿colaboramos con ONG de forma regular?



  • Ayudar a cubrir carencias básicas

  • Demostrar compromiso con el mundo en el que vivimos

  • Hacer algo para no quedarnos de brazos cruzados

  • Colaborar en la medida de nuestras posibilidades

  • Dejarse guiar por lo que a cada uno le dicta su conciencia

  • Sentir la satisfacción de ayudar a quienes les va peor que a nosotros


Así definen el “comportamiento solidario” las personas que han participado en un estudio realizado con Nielsen sobre la solidaridad en España. Como Miguel, que tiene 8 nietos, es socio de una ONG desde hace 30 años y no duda en afirmar que “los españoles somos muy solidarios”. O Marta, que reconoce que puede “ser más solidaria porque solo doy lo que no me afecta”, a lo que Nicolás -jubilado y padre de un hijo de 40 años- asiente y añade: “donar lo que vamos a tirar no es donar”. Por su parte, Ricardo -licenciado en Derecho y ya jubilado- asegura que “damos lo que nos es más cómodo” y que “ser solidario es ponerte en la situación de los demás”.


Las formas a través de las que se canaliza esa solidaridad son muy variadas. En el focus group, uno de los participantes, David, explica que junto con varios compañeros del trabajo tiene un grupo de apadrinamiento, a través del que ayudan a varios niños y niñas de países más desfavorecidos a tener un futuro mejor. Para Cristina, coordinadora de eventos, resulta también muy gratificante colaborar en persona, dedicando su tiempo a través de un voluntariado en una organización. En este sentido, Concha, madre de 3 hijos, relata su experiencia en el que colegio al que estos acuden y en el que tienen una asignatura obligatoria que consiste en hacer un voluntariado para educar a los estudiantes en valores. “Te crea hábito de ayudar a los demás, también a los padres”, afirma orgullosa.



Tiene 10 años y aún no ha visto el mar.



Somos los campeones de la solidaridad en situaciones de emergencia, pero solo el 15% de los españoles es donante habitual de una ONG


Las actitudes solidarias están de moda –o nunca dejaron de estarlo. Para muestra, un botón: en 2015, España encabezó el envío de ayuda humanitaria a Nepal a las 24 horas de producirse el terremoto que acabaría con la vida de más de 7.000 personas y que dejó muchos más hogares reducidos a la nada; también fuimos el tercer país del mundo en donaciones para la reconstrucción de Haití tras el seísmo que sacudió el país cuando apenas habíamos inaugurado el año 2010.


Sin embargo, solo el 15% de la población española es donante habitual, una cifra por debajo de la media europea (25%) y aún más alejada de la que exhiben los países nórdicos (40%). Según los últimos datos de la Asociación Española de Fundraising, el perfil habitual del donante en España es mujer (más de la mitad de los socios), con una edad media de unos 50 años y un nivel económico medio-alto, son urbanitas y tienen estudios superiores. El 20% de los socios  de las ONG se concentran en Madrid y el 15% en la provincia de Barcelona. Su antigüedad media como colaboradores es de 9 años y su aportación es de 133€ al año.


Gracias a todas esas aportaciones, ONG como Ayuda en Acción han podido dar a millones de personas en todo el mundo un presente y un futuro con mayor igualdad de oportunidades. Una solidaridad que no entiende de fronteras, color de piel o idiomas y que cada año tiende puentes entre los españoles y el resto de la Humanidad.