Lo que muchas veces marca la diferencia son los pequeños gestos, no las grandes proezas. Pequeños gestos solidarios, no discriminatorios, por la justicia, la tolerancia, la dignidad y la igualdad. La infancia es la etapa en la que se aprende a respetar a los demás, por lo que hemos elaborado una serie de consejos solidarios para niños que darán unas pistas para encontrar momentos en los que inculcar la solidaridad. Si conseguimos que los niños crezcan educándose en valores solidarios, la sociedad del futuro será menos egoísta, más solidaria y más justa.


A continuación os damos una serie de consejos solidarios para educar a los niños en este valor desde la infancia. ¡Seamos su mayor ejemplo!


Consejos solidarios para niños: “¿Quieres un poco…?”

¿Quién alguna vez no ha tenido un compañero en el cole que le pedía parte de su bocadillo? Compartir en el recreo, durante los juegos o también en clase los materiales escolares… Dar a los demás es una forma de hacerles crecer en solidaridad, una manera de que piensen en el bien común y no solo en su propio beneficio. Instaurar la solidaridad en la infancia hará que en el futuro se forme una sociedad más colaborativa y solidaria.


“¡Te paso el balón!”

El deporte fomenta valores educativos como el trabajo en equipo, la superación y el respeto a los demás. Promover el juego y el deporte entre niños y niñas supone una fuente de aprendizaje para ellos: ejerciéndolo se pone en marcha el valor del esfuerzo, la igualdad, la solidaridad y la convivencia, entre otros aspectos.


Educando en casa

La solidaridad también se aprende desde el hogar, con padres, hermanos, primos… Compartir los problemas y ayudar a resolverlos en conjunto, así como escuchar a los demás para marcar un ámbito colaborativo. Los niños también aprenden en el ámbito privado: dar ejemplo a los más pequeños tiene que comenzar desde casa.


Juega conmigo…

¿Hay alguna manera mejor de aprender que desde el juego y la diversión? Permite desarrollar la capacidad empática y también, por qué no, la solidaridad. Jugar por equipos persigue buscar objetivos comunes, compartirlos e intentar lograrlos. De ahí que se fomente compartir experiencias e intercambios solidarios. Existen numerosas actividades que pueden ayudarnos a desplegar la solidaridad: disfrutar de juegos colaborativos, ver películas que transmiten valores, realizar actividades al aire libre… Todo desde el punto de vista del ocio y la diversión, sin que sea visto como una obligación por los más pequeños.



Gestos que marcan la diferencia

Se nos presentan innumerables ocasiones a lo largo de la infancia para que los niños y niñas saquen su lado más solidario: rastrillos, campañas de Navidad, “Operación kilo”, recogida de libros o juguetes, entrega de ropa, campañas y regalos solidarios… Aunque no sea Navidad, todos los meses del año pueden ser buenos para ser solidarios. Puede ser una buena idea hacer una campaña solidaria con motivo de un cumpleaños, un nacimiento o cualquier acontecimiento. Si los adultos damos ejemplo, los más pequeños seguirán nuestros pasos más fácilmente.


El diálogo

Dialogar es una de las vías más comunes para mejorar comportamientos y ahondar en la forma de transmitirles valores. El diálogo lleva al entendimiento a través de la escucha y a la compartición de distintos puntos de vista, así como trabajar en equipo y llegar a acuerdos constructivos para todos. La convivencia hace que en muchas ocasiones discrepemos, pero el diálogo es la solución más directa para resolver problemáticas.


Recicla y recicla

Una forma de ser solidarios también es reciclar. Inculcar a los más pequeños que apuesten por un consumo más responsable y sostenible y que cuiden del medio ambiente desde la infancia es apostar por un futuro mejor. La solidaridad también puede ejercerse mostrando interés y respeto hacia la naturaleza.


Esta serie de consejos solidarios para niños pueden marcar la diferencia. ¡En el futuro nos lo agradecerán!