La Convención de los Derechos del Niño fue aprobada como tratado internacional de derechos humanos el 20 de noviembre de 1989. Supuso un hito histórico ya que es la primera ley internacional que pone el foco en la infancia. Ya han pasado 30 años desde su aprobación y, para celebrarlo, nos gustaría poner especial atención en uno de ellos: el derecho al juego.
El derecho al juego, una asignatura pendiente
Pero, ¿qué es el juego? Son muchas las definiciones que encontramos. La mayoría de ellas coinciden en definirlo como una actividad física o mental que tiene, como principal finalidad, la diversión o el entretenimiento de quien lo practica. Sin embargo, son pocas las que ponen el foco en la coeducación. Esta implica promover una visión más amplia donde se potencia la igualdad real de oportunidades y la eliminación de toda forma de discriminación por razón de sexo. Pero también la integración de una manera explícita de contenidos de aprendizaje con perspectiva de género. Y es que el juego influye profundamente en la construcción de la personalidad y de la identidad de la infancia, especialmente, en las primeras etapas de la vida.
Así pues, negando el acceso al juego a nuestros pequeños, no solo vulneramos uno de sus derechos fundamentales, sino que también limitamos su desarrollo. Pero, lamentablemente, en contextos vulnerables y en riesgo de exclusión este derecho de la infancia es uno de los que más rápidamente se ponen en cuestión.
"Tenemos alumnos y alumnas que nunca han salido del barrio, que no han visto el mar, que no han pasado días sin su familia y que no tienen visión más allá de su propio barrio. En las convivencias del curso pasado, en las cuales Ayuda en Acción nos dio su apoyo, una alumna no quería entrar al agua de la playa porque pensaba que se la iba a tragar. Nos explicó que nunca había visto algo tan inmenso y tan grande y que le daba miedo. Nos decía: aquello que no puedo ver, que no sé lo que hay, mi madre me dice que no me tengo que fiar", explica Antonio García, director del colegio Alexandre Galí (Cornellá).
Acercamos el juego a la infancia más vulnerable
En el caso concreto de Cataluña, los recortes en educación se han centrado en partidas presupuestarias que podemos considerar clave para la equidad educativa. Estas son las becas y las ayudas a estudiantes no universitarios, la educación compensatoria, las becas comedor y de transporte, las ayudas para libros y material escolar... y las actividades extraescolares y de ocio activo. Estos recortes acaban afectando más gravemente a las escuelas e institutos que atienden a un porcentaje elevado de infancia y adolescencia en riesgo de exclusión social. Lo que hace que la desigualdad y la brecha entre niños y niñas con y sin recursos sea cada vez más grande.
Una de las acciones que promovemos a través de nuestro programa Aquí también, es que todos los niños, niñas y jóvenes tengan las mismas oportunidades de acceder a actividades de ocio de calidad, actividades deportivas, excursiones y convivencias.
"Nuestros alumnos no suelen visitar museos, no cogen el metro o el autobús y tienen experiencias muy pobres respecto al conocimiento de su entorno, o de cultura general. Viven en familias que no suelen hacer salidas de fines de semana ni vacaciones que les permitan ver otras realidades ya que su economía es muy precaria. Todas las actividades extras que desde la escuela se les puedan facilitar a estos alumnos, hace que las diferencias socio-económicas sean menos significativas. Gracias a ellas, damos a todos las mismas oportunidades", destaca Isabel Robles, directora de la Escola Jacint Verdaguer (Cornellá).
Acercando el juego a la infancia de Cornellá de Llobregat
Un ejemplo del trabajo que llevamos a cabo lo encontramos en el barrio de Sant Ildefons de Cornellà del Llobregat (Barcelona). Es una zona que, desde la crisis económica, ha generado bolsas de pobreza y gran vulnerabilidad en las familias, donde proliferan los pisos colmena de 55 m2 y se detectan indicadores de riesgo en los núcleos familiares.
Allí estamos presentes en los nueve centros educativos de este barrio. Y, gracias al apoyo de nuestros socios y socias y de la UEFA Foundation, promovemos que la infancia y a la adolescencia más vulnerable pueda ejercer su derecho al juego. Tanto docentes como especialistas de la comunidad educativa reconocen que sin estas actividades perderían una gran parte de experiencia personal y de aprendizaje que perjudicaría claramente sus oportunidades de formación y crecimiento.
Un profesor me comentaba una vez que, preparando el año pasado unas convivencias dirigidas a alumnado de segundo de la ESO, les informó que era necesario llevar ropa de abrigo porque había nevado. Esta noticia provocó un gran revuelo entre los jóvenes porque eran muchos los que nunca habían podido disfrutar de un paisaje de alta montaña. "Su cara de ilusión no sería posible sin el apoyo de organizaciones como Ayuda en Acción que nos permiten democratizar y realizar actividades como esta".
Nuestro compromiso con el derecho al juego y la recreación
Así pues, trabajamos con la voluntad de promover la construcción de sociedades más justas y solidarias. Esas en las que el “1, 2, 3 piedra, papel o tijeras”, “1, 2, 3 al escondite inglés, sin mover las manos ni los pies”, “campo libre, pista libre lo más lejos posible”, “es la ley de la botella quien la tira va por ella”, “quien no se ha escondido tiempo ha tenido", sigan conformando parte no solo de nuestro imaginario, sino de nuestra realidad, independientemente de cuál sea nuestro origen, identidad sexual o clase social.