Durante siglos los menores han estado desprotegidos, muchas veces, por políticas absolutistas que no les permitían acceder a la educación y los esclavizaban en trabajos desde muy temprana edad. Seguramente, tengas algunos conocimientos acerca de esto, de cómo secundaban a su familia en jornadas duras de campo para recolectar lo poco que les daba la tierra. La Declaración de los Derechos del Niño fue un gran avance para la conquista de estos derechos fundamentales para los más pequeños.



La primera declaración global de los derechos de los niños y niñas


Aunque cada territorio imponía sus normas, no se consiguió un consenso de protección de la infancia hasta el final de la I Guerra Mundial.


Durante años se habían tenido en cuenta las necesidades de muchas familias y consecuencias de los más pequeños de la casa. El nivel de analfabetismo era muy alto en muchos países del mundo, producto de la necesidad de trabajar a muy temprana edad.


Cuando empezó la Gran Guerra, el panorama mundial sufriría un revés muy importante. Se sumaban a la necesidad de miles de familias los estragos de una guerra que afectaba de manera directa a los niños que vivían en las ciudades involucradas en ella. Otros perdieron a sus padres y se convirtieron en huérfanos, cuando no perdían la vida por el fuego enemigo.


En 1924, la Sociedad de Naciones aprobó la Declaración de Ginebra, donde se reconocieron por primera vez los derechos de la infancia.



Cada 7 segundos una niña es obligada a casarse.



Cinco puntos importantes de la Declaración de Ginebra


Aunque te pueda parecer escasa esta propuesta, por los cinco puntos que contenía, conseguía reunir todas las necesidades a cubrir en esa época.


El primer punto hacía referencia a su desarrollo material y espiritual y resaltaba la importancia de ofrecer condiciones eficientes para lograr dichos objetivos.


El segundo apartado se centraba en las necesidades vitales del menor y lo necesario que era cubrirlas. Alimentar al hambriento, dar un techo al que no lo tiene o atender al enfermo. También, aunque de manera muy dispersa, había una referencia a lo imprescindible de su educación.


La tercera propuesta hacía hincapié en la atención de la infancia en caso de socorro y calamidad.


Un cuarto punto iba dirigido a condicionar la protección y buena vida del menor, con el propósito de hacerlo independiente y autosuficiente.


Y, por último, el quinto apartado se centraba en la cualidad de darle valores morales, con el fin de ayudar a su prójimo y fortalecer su sentimiento del deber con sus semejantes y consigo mismo.


Derechos del niño


La Convención sobre los Derechos del Niño de 1989


Al año siguiente, en 1990, entrarían en vigor estos derechos, que a día de hoy siguen vigentes. A pesar de que la Declaración de Ginebra sirvió para concienciar a la opinión pública internacional, hechos posteriores pondrían en cuestión el cumplimiento de dichos derechos.


Tras la I Guerra Mundial se sucedieron guerras importantes, en las que muchos menores sufrieron en primera persona sus estragos.


Tras reiteradas violaciones a los derechos de la infancia, en 1989, las Naciones Unidas deciden reforzar el texto creado en 1924 y atender a la modernidad y las nuevas necesidades que debían cubrirse en beneficio del menor.


Por primera vez en la Historia, se consiguen reconocer los derechos de los niños con la misma equiparación que los de los adultos. Al mismo tiempo, se les atribuye a estos la responsabilidad de mantener dichos derechos. Por ser declarada una convención, se responsabiliza a los Estados de hacerse cargo de que se cumplan los puntos acordados.


Se consiguen aprobar 54 artículos, los cuales deben seguir los distintos Gobiernos comprometidos a ellos. Estos artículos se resumen en tres principios fundamentales: la universalidad de los derechos, su indivisibilidad y la interdependencia entre ellos.


De esta forma, se garantiza que ningún derecho tiene más valor que otro, sino que todos deben respetarse y afianzarse por igual. Así, al mirar por el bien de la infancia, tampoco se debe mirar nacionalidad, raza, religión o jerarquía.


Algunos derechos del niño aprobados en la Convención de 1989


La importancia de esta convención ha significado un logro mayúsculo en la preservación de la integridad infantil. No solo se ha conseguido una mayor presión por parte de los países que firmaron dichos acuerdos sobre el resto de territorios, sino que se recuerda constantemente la necesidad de proteger al menor en cada instante.


Algunos derechos que destacan, pero no menos importantes que el resto, se resumen en los siguientes puntos:


1. El derecho que tienen a acceder a la alimentación.

2. El derecho de disponer de un hogar y una familia, protegidos de las inclemencias del clima y con la seguridad de ser tratados de forma tolerante.

3. El derecho a la salud, entendiéndose el hecho de que serán atendidos para mantener un bienestar físico y mental.

4. El derecho a tener una nacionalidad desde el momento en el que nacen, además de un nombre y apellido y conocer su fecha de nacimiento.

5. El derecho a no trabajar y evitar cualquier intento de explotación. Esto se refuerza, a su vez, con el derecho a jugar, como algo natural de la infancia.


Como puedes ver, a lo largo de la Historia se han logrado muchos avances en los derechos de los niños. Aún hay mucho por lo que luchar, como el cumplimiento de este convenio en muchos países. Concienciar es tarea de todos nosotros.



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