Cuando pensamos en pobreza infantil, quizás nuestra mente se traslade rápidamente a otros continentes (posiblemente, la mayor parte pensemos en un niño o niña de África). Pero la pobreza infantil no es ajena a nuestra realidad, aunque a veces no quedamos verla: en España, 1 de cada 3 niños y niñas están bajo el umbral de la pobreza.

La pobreza infantil es un fenómeno complejo, puesto que afecta a personas especialmente vulnerables que por ello deberían estar especialmente protegidas. Y es que los niños son personas que, por sí solas, no pueden hacer nada para salir de una situación de pobreza. La Convención Internacional sobre los Derechos del Niño establece la necesidad de poner en marcha acciones para aumentar las oportunidades y capacidades de la infancia para salir del círculo de la pobreza. El interés superior de la infancia obliga a considerar la pobreza infantil como una prioridad en la lucha contra la pobreza a nivel global.

En la infancia, la pobreza tiene también efectos a nivel meramente físico: ralentiza el crecimiento y dificulta el aprendizaje. Normalmente relacionamos pobreza con carencias o privaciones, sin embargo, va mucho más allá, puesto que la pobreza trae aparejada otra serie de procesos no solo económicos, sino también sociales, que condicionan la existencia de las personas. Así, relacionamos pobreza con exclusión, desigualdad y con falta de oportunidades. En el caso de la infancia, resulta especialmente grave que esta no tenga posibilidades de optar a unas condiciones de vida digna, ya que ello marcará su futuro para siempre. La pobreza infantil supone la causa principal de vulneración de los derechos de millones de niños y niñas en el mundo.



Infancia


Pobreza e infancia: cómo se relacionan


Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en su primer objetivo hablan de “poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo” y además, sin dejar a nadie atrás. Los ODS alertan de que si no hacemos nada, para 2030 contaremos con 167 millones de niños y niñas viviendo en situación de pobreza extrema y 60 millones de menores que no podrán acceder a la educación; además, se estima que de no poner en marcha los ODS, morirán 69 millones de niños y niñas menores de 5 años en menos de 15 años.

Las consecuencias de la pobreza infantil son múltiples y por ello es necesario trabajar con una óptica multidimensional. El hambre, la malnutrición y la falta de acceso a servicios básicos como la educación o la salud son diversas manifestaciones de la pobreza a las que se intenta poner solución en los próximos años a nivel internacional, erradicando la pobreza extrema (menos de 1,25 dólares al día) y reduciendo a la mitad el número de personas que viven en situación de pobreza según lo que establezcan los estándares nacionales.

En el mundo hay 1000 millones de niños y niñas que viven en situación de pobreza (600 millones en situación de pobreza extrema); la cifra supone casi la mitad de la población infantil mundial. Hay que tener en cuenta que más del 85% de la población infantil vive en países en desarrollo. Sin embargo, los niveles de pobreza no son uniformes, lo que hace que en cada país o sociedad existan unos umbrales diferentes.

La condición de vulnerabilidad de niños y niñas hace que les afecte mucho más la situación de pobreza. Esto se ve claramente en el porcentaje de muertes a causa del hambre: el 75% de los fallecimientos por esta causa son de niños y niñas de menos de cinco años.

Pobreza infantil en el ámbito rural


Ayuda en Acción trabaja fundamentalmente en entornos rurales para erradicar la pobreza infantil alrededor del mundo. No es casualidad: cuatro de cada cinco menores que se encuentra en situación de pobreza extrema viven en zonas rurales. La falta de una alimentación adecuada puede repercutir gravemente en el desarrollo de las capacidades físicas, pero también intelectuales de la infancia. La falta de acceso a bienes y recursos, fundamentalmente en zonas rurales, impide a las familias -en la mayoría de los casos- dar una alimentación adecuada a sus hijos: los alimentos (cuando los hay) no se cocinan correctamente, generando enfermedades; no hay acceso a agua potable y la necesidad de supervivencia hace que se priorice la búsqueda de sustento vital por encima de cualquier otra necesidad básica, como puede ser el acceso a una educación de calidad, el derecho al ocio o al bienestar, la posibilidad de interactuar con iguales, y por supuesto, el acceso a la tecnología (algo que sabemos bien en Ayuda en Acción, y por eso desarrollamos proyectos educativos con base tecnológica como #MAK3RS o #GEN10S).

En España la pobreza infantil también existe


Uno de cada tres niños y niñas en España viven bajo el umbral de la pobreza, lo que supone unos 2,5 millones de personas a los que desde Ayuda en Acción llamamos Candidatos a la pobreza, porque si no se pone ningún remedio, seguirán inmersos en el círculo de la pobreza cuando lleguen a la edad adulta: actualmente se estima que el 80% de niños y niñas que viven en nuestro país en situación de pobreza, no saldrán de ella si no se ponen en prácticas políticas para erradicar la pobreza infantil. Recientemente, el Comité de los Derechos del Niño denunció que los recursos para combatir la pobreza infantil en nuestro país han sido inadecuados.

Desde el año 2013 pusimos en marcha un programa de atención a la infancia más vulnerable (y a sus familias) a través del programa Aquí También, con el que puedes colaborar. Desarrollamos nuestras acciones de apoyo a la infancia en unos 70 centros educativos de 11 Comunidades Autónomas a través de ayudas al estudio, becas comedor, innovación educativa y apoyo psicosocial. En el último año, conseguimos apoyar con este programa a más de 9000 niños, niñas y jóvenes en situación de pobreza y exclusión social.



Tiene 10 años y aún no ha visto el mar.