En pleno siglo XXI, resulta increíble pensar que millones de niñas alrededor del mundo todavía son obligadas a casarse en contra de su voluntad debido al matrimonio infantil.

Pero sí, esto pasa. Y no solo “pasa”, sino que ocurre en más países de los que podrías imaginar. ¿Te has preguntado cuáles son las causas del matrimonio infantil? En este post, te contamos dónde, cómo y por qué el matrimonio infantil sigue siendo una realidad.

Visibilizando el matrimonio infantil


Hablar de matrimonio infantil es sacar a la luz un tema que muchos prefieren ignorar. Se estima que alrededor de 12 millones de niñas menores de 18 años son forzadas a casarse cada año, según datos de UNICEF. Aunque pueda sonar distante, las cifras nos afectan a todos: son vidas interrumpidas, sueños truncados y generaciones enteras atrapadas en un ciclo de pobreza y desigualdad.

Por si te lo preguntas: ¿dónde ocurre esto? La mayoría de los casos se dan en regiones de África subsahariana, Asia del Sur y América Latina. Sin embargo, también es un problema en países de Oriente Medio y algunas zonas de Europa del Este. Y ojo, también ha habido casos reportados de matrimonio infantil en España, aunque en menor medida y con características diferentes.

El matrimonio infantil no es una realidad que se circunscribe solo a los países en vías de desarrollo. De hecho, la activista estadounidense, Sherry Johnson, explicaba en 2017 cómo miles y miles de menores son obligadas a casarse en estados como Texas, Florida, Kentucky, Tennessee o Alabama en EE.UU.

Matrimonio y embarazo infantil

Datos rápidos para reflexionar


¿Sabías que hay países donde más de la mitad de las niñas se ven obligadas a contraer matrimonio infantil? Vamos a descubrir algunas cifras que nos proporciona Girls Not Brides sobre países con altos casos de matrimonio .

  • En Níger, el 76% de las niñas se casa antes de los 18 años, liderando el ránking mundial.

  • En República Centroafricana, el 61% de las niñas contrae matrimonio antes de los 18 años.

  • En Chad, la cifra de matrimonio infantil alcanza el 61%.

  • En Mali, esta cifra alcanza el 54%.

  • En Mozambique, el 53% de las niñas se casa antes de los 18 años.

  • En Sudán del Sur, el porcentaje de matrimonio infantil es de 52%.

  • En Burkina Faso, el 51% de las niñas experimentan matrimonios infantiles.

  • En Bangladesh, la cifra es de 51%.

  • En India, se registra uno de los mayores números de matrimonios infantiles debido a tradiciones culturales arraigadas.

  • En España, los casos suelen estar vinculados a comunidades migrantes, donde se conservan costumbres de los países de origen.


El matrimonio infantil: un mal mundial


El matrimonio infantil no distingue fronteras. Aunque sus principales causas suelen estar relacionadas con la pobreza, la falta de educación y las tradiciones, también influye la desigualdad de género. En muchas comunidades, las niñas son vistas como “responsabilidad de los padres” hasta que se casan, momento en el que pasan a ser “responsabilidad de sus esposos”. Triste, pero cierto.

Los países con mayores tasas de matrimonio infantil suelen compartir patrones comunes:

  • Pobreza extrema: las familias creen que casando a sus hijas reducen su carga económica.

  • Falta de acceso a la educación: las niñas que no van a la escuela tienen más probabilidades de ser casadas.

  • Tradiciones y normas culturales: en algunas culturas, el matrimonio temprano es una “garantía” de pureza y honor familiar.


En lugares donde estas prácticas están profundamente arraigadas, romper el ciclo es complicado, pero no imposible. Aquí es donde las campañas de concienciación y las leyes internacionales pueden marcar la diferencia.

Consecuencias psicológicas del matrimonio forzoso


El impacto del matrimonio infantil va mucho más allá de lo que se ve a simple vista. No hablamos solo de niñas dejando la escuela o siendo madres demasiado pronto. Las heridas psicológicas que deja un matrimonio forzado son profundas y permanentes:

  • Depresión y ansiedad: la pérdida de su infancia y el peso de responsabilidades adultas afectan gravemente la salud mental.

  • Trastornos de estrés postraumático: especialmente en casos donde las niñas son víctimas de abuso por parte de sus parejas.

  • Baja autoestima: crecer en un entorno donde sus derechos son sistemáticamente ignorados deja huellas imborrables.


Además, las consecuencias no afectan a las niñas directamente implicadas. Toda la sociedad sufre cuando las mujeres no tienen las oportunidades que merecen. Por eso, combatir el matrimonio infantil no es solo un acto de justicia; es una inversión en un futuro mejor para todos.

 

 

El matrimonio infantil es una de esas realidades que duelen. Pero no debemos mirar hacia otro lado. Visibilizar el problema, hablar de él y apoyar iniciativas para erradicarlo es nuestra responsabilidad como ciudadanos globales.

Desde Ayuda en Acción, trabajamos para salvaguardar los derechos y la protección de los niños y para darles la oportunidad que necesitan para tener un futuro digno. Cambiar la vida de millones de niñas y niños está en nuestras manos. ¿Te unes al cambio? ✨