Solo el 28% del personal investigador en el mundo son mujeres. En estudios como Ingeniería o Arquitectura, ellas representan un cuarto del total de estudiantes en España –el 12,5% en el caso de la Informática–. Estos datos ponen de manifiesto la gran brecha de género que existe en las áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, en sus siglas en inglés). Una de las principales causas está en el desinterés de las mujeres por este tipo de materias. Pero, ¿cómo generar interés por la ciencia en una niña que vive en un entorno rural donde existen menos opciones formativas?
La niña en la ciencia: ¿cómo superar las barreras?
Aumentar la presencia de las mujeres en los ámbitos científicos o tecnológicos es uno de los grandes retos de nuestra sociedad. Por ello, cada 11 de febrero, se celebra el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia con un objetivo: inspirar y promover la participación de las mujeres y las niñas en las áreas STEM.
Las mujeres no nacen con menos aptitudes que los hombres para este tipo de carreras, sino que su interés por las áreas STEM empieza a perderse en primaria, tal y como apunta la UNESCO en su informe Descifrar el código. Así pues, la clave para superar la brecha de género en estas materias está en generar vocaciones científicas y tecnológicas en las niñas desde temprana edad.
Pero las niñas que viven en entornos rurales lo tienen más difícil. Ellas han de hacer frente a una doble desigualdad: por ser mujer y por vivir en áreas alejadas donde existen menos oportunidades para potenciar su vocación científica y tecnológica.
El interés de las niñas por las ciencias comienza en primaria. En entornos rurales es aún más difícil debido a la falta de referentes. Clic para tuitear
Barreras que acentúan la brecha de género en la ciencia
#1 Estereotipos de género arraigados
Para que una niña de mayor quiera ser científica, física o ingeniera primero ha de ser capaz de imaginarse desempeñando ese trabajo. Durante años, las niñas han jugado tradicionalmente con muñecas y casitas y ellos con coches o robots. Este tipo de educación potencia el rol de cuidados de las mujeres y la creencia de que todo lo relativo a las STEM es meramente masculino.
Aunque cada vez somos más conscientes de la importancia de la educación en valores e igualdad, los estereotipos de género están más arraigados en entornos rurales.
#2 Falta de referentes
Dar a conocer ejemplos de mujeres que han triunfado en la ciencia o la tecnología es la mejor vacuna contra la brecha de género en el ámbito STEM. De esta forma se puede combatir el miedo al fracaso y superar la creencia de que las mujeres no pueden tener éxito en un territorio que tradicionalmente ha sido dominado por hombres.
Aquí también tenemos ejemplos de mujeres procedentes de áreas rurales, como Peggy Whitson, astronauta estadounidense que fue la primera mujer al frente de la Estación Espacial Internacional. Nació en Mount Ayr, una pequeña localidad de Iowa que no supera los 2000 habitantes y creció en una granja a las afueras de Beaconsfield.
#3 Menos oportunidades formativas
Los talleres o actividades extraescolares de robótica, ciencia o tecnología suponen una gran oportunidad para potenciar las vocaciones tecnológicas y científicas entre las niñas. Sin embargo, en las áreas rurales existe una escasa -a veces inexistente- oferta formativa.
Según la Asociación Española de Digitalización, a principios de 2020 quedaron en España al menos 10.000 puestos de trabajo vacantes en el sector tecnológico por falta de cualificación. Así pues, el desinterés de las niñas en las áreas STEM limita además sus oportunidades de futuro.
A través de los proyectos GEN10S y L@bs4Opps, Ayuda en Acción trabaja en España para despertar el interés de las niñas por la ciencia y la tecnología. Y también lo hacemos en zonas rurales de Galicia y Asturias. En nuestros proyectos, aprenden a programar en Scratch o App Inventor y desarrollan proyectos tecnológicos que tienen un impacto positivo en su entorno. De esta manera no solo conseguimos generar vocaciones científicas y tecnológicas, sino que descubran las grandes posibilidades de desarrollo que las STEM ofrecen a sus territorios.