El embarazo en la adolescencia es un problema grave que afecta a millones de mujeres en todo el mundo, especialmente en las regiones pobres de África, Latinoamérica y Europa.
Qué es el embarazo adolescente
Cada día los derechos de las mujeres y las niñas son vulnerados. Aunque representan la mitad de la población mundial y, por tanto, la mitad de su potencial, la desigualdad de género persiste. Los embarazos adolescentes son una de las múltiples caras que adopta esta desigualdad. Pero, ¿qué es un embarazo precoz?
El embarazo en la adolescencia o embrazo precoz es un fenómeno mundial con graves consecuencias para la salud, la sociedad y la economía. Se produce cuando ni el cuerpo ni la mente de la mujer están preparados para ello, concretamente entre la adolescencia inicial o pubertad (comienzo de la edad fértil) y el final de la adolescencia, que la OMS la establece en los 19 años. La mayoría de embarazos adolescentes no son deseados o planificados y el riesgo de morir por causas relacionadas al embarazo, parto y postparto se duplica si las niñas se quedan embarazadas antes de los 15 años.
Los embarazos adolescentes en el mundo
Cada año se registran unos 21 millones de embarazos de adolescentes entre 15 y 19 años. De estos embarazos, el 50% son no deseados y, por lo tanto, se estima una cifra de 12 millones de nacimientos.
A escala mundial, la tasa de nacimientos en la adolescencia ha disminuido de 64,5 nacimientos por cada 1000 adolescentes en 2000 a 41,3 nacimientos por cada 1000 mujeres en 2023. Sin embargo, las tasas de cambio han sido desiguales en diferentes regiones del mundo. Asia Meridional ha conseguido disminuir la tasa en todas las regiones, mientras que África Subsahariana y América Latina y el Caribe continúan teniendo las tasas más altas a nivel mundial.
Aunque desde 1990, la situación ha mejorado, aún queda un largo camino por recorrer, pues el embarazo adolescente es una de las principales causas de mortalidad entre las niñas de 15 y 19 años, según alerta la OMS.
Causas del embarazo adolescente
El embarazo adolescente tiene raíces profundas, y muchas de ellas están fuertemente atadas a la calidad de vida y a la pobreza de un país. Dos factores clave son:
- Relaciones sexuales sin protección anticonceptiva.
- Uso incorrecto o inadecuado de métodos anticonceptivos.
Además, el matrimonio en la adolescencia y los roles tradicionales que algunas sociedades siguen imponiendo a las mujeres también juegan un papel importante.
Níger, aunque ha logrado reducir las tasas de embarazo adolescente en los últimos veinte años, aún enfrenta una realidad alarmante: 200 madres adolescentes por cada 1000 mujeres. Y no está solo. Varios países latinoamericanos como Nicaragua, República Dominicana, Guatemala, Honduras y Venezuela siguen con cifras preocupantes, superando el 10% de embarazos en la adolescencia.
Incluso en naciones desarrolladas como Argentina, EEUU, Canadá y España los números siguen siendo preocupantemente altos, a pesar de las políticas educativas que han ayudado a disminuir estos casos.
En los países desarrollados, una de las principales causas del embarazo en adolescentes es la edad temprana a la que se inician las relaciones sexuales. Aun así, ha sido todo un desafío para la sociedad comprender y aplicar políticas que promuevan una sexualidad responsable.
Hoy en día, la educación sexual se centra en varios frentes para prevenir el embarazo adolescente:
- Alertar sobre los peligros del consumo de drogas y alcohol, ya que pueden llevar a comportamientos desinhibidos, falta de reflexión e impulsividad.
- Combatir la presión social y la idealización del embarazo adolescente como un medio para ganar aceptación entre amigos y compañeros.
- Abordar la falta de información y el difícil acceso a una educación sexual de calidad, así como la falta de diálogo abierto y natural sobre estos temas en el hogar.
Aunque estas son las causas más comunes, en los países desarrollados también se ha demostrado que ciertos factores pueden aumentar el riesgo, como un desarrollo sexual prematuro, problemas en el entorno familias, padres adolescentes, y situaciones de abuso o violencia sexual.
Riesgos del embarazo en la adolescencia
Comprender las causas es solo el primer paso; es crucial entender las consecuencias y riesgos del embarazo adolescente. La Organización Mundial de la Salud lo resume de manera contundente y clara: “La adolescencia es el periodo de la vida en el que el individuo adquiere la capacidad reproductiva, transita por los patrones psicológicos de la niñez a la adultez y consolida su independencia socioeconómica”.
Cuando un embarazo ocurre a temprana edad, esta realidad se desmorona. Y lo más alarmante es que cuánto más joven es la madre, más peligroso se vuelve el panorama: malnutrición, partos prematuros, niños y niñas con problemas de desarrollo y malformaciones, y un riesgo un 50% mayor de que el bebé muera en las primeras semanas de vida.
Pero no solo sufre el bebé, las madres jóvenes también enfrentan serias complicaciones:
- Falta de atención médica por desconocimiento del embarazo.
- Riesgo de preeclampsia y eclampsia, condiciones graves que pueden poner en peligro la vida.
- Riesgo de fístula obstétrica, una lesión poco visibilizada que arruina la vida de miles de mujeres.
- Alta mortalidad materna.
- Complicaciones derivadas de abortos clandestinos, como sepsis o hemorragias severas.
- Embarazo acompañado de infecciones de transmisión sexual.
Consecuencias del embarazo en la adolescencia
El embarazo precoz no solo afecta a nivel físico, sino que también tiene profundas consecuencias psicológicas y sociales. Estas son algunas de las situaciones que se presentan con frecuencia:
- Abandono escolar. Dependiendo del entorno y la situación económica de la familia, muchas jóvenes se ven obligadas a dejar sus estudios, truncando sus oportunidades futuras.
- Abortos. Tanto inducidos como espontáneos, con el peligro añadido de caer en el mercado negro en países donde el aborto no está legalizado.
- Inestabilidad familiar. Es común que las relaciones entre los jóvenes padres no perduren, creando un entorno familiar frágil y lleno de incertidumbres.
- Natalidad descontrolada. En países en vías de desarrollo, esto se traduce en un mayor número de hijos, sin acceso a métodos anticonceptivos o planificación familiar.
- Problemas psicológicos. Las madres adolescentes suelen enfrentarse al miedo al rechazo, ansiedad, estrés y tensiones familiares. Algunos incluso desarrollan trastornos emocionales graves, incluyendo el rechazo hacia el propio bebé.
- Dependencia. Estas jóvenes a menudo se encuentras en una situación de vulnerabilidad emocional y económica, lo que las atas a las relaciones familiares disfuncionales y perjudiciales.
El impacto del embarazo adolescente va más allá del presente; afecta al futuro de las jóvenes y perpetúa los ciclos de pobreza y desigualdad.
Prevención del embarazo adolescente
Muchos de estos obstáculos están siendo superados gracias a una educación necesaria en igualdad de género y políticas que empoderan a las mujeres y defienden sus derechos en la sociedad. Estas acciones buscan transformar tradiciones, roles sociales y mejorar la situación socioeconómica de las mujeres.
Para prevenir el embarazo adolescente, algunas de las medidas más efectivas son:
- Ofrecer programas de concienciación sobre la prevención del embarazo, dirigidos a jóvenes y sus familias.
- Fomentar una educación sexual integral en las escuelas que no solo advierta sobre los riesgos del embarazo en la adolescencia, sino también sobre las enfermedades de transmisión sexual.
- Sensibilizar a las familias sobre la importancia de la prevención y enseñarles a reconocer los primeros signos de embarazo en adolescentes, para que puedan actuar rápidamente.
- Promover el empoderamiento de las mujeres, alentándolas a ejercer plenamente sus derechos en la sociedad.
- Impulsar programas de Salud Pública que ofrezcan apoyo y recursos a las adolescentes para prevenir embarazos no deseados.
- Difundir y ofrecer métodos anticonceptivos, asegurando que los adolescentes tengan acceso a opciones seguras y efectivas para evitar embarazos no planificados.
Estas medidas no solo buscan prevenir el embarazo adolescente, sino también crear un entorno donde las mujeres jóvenes puedan tomar decisiones informadas y vivir una vida plena y sin barreras.
Cómo trabajamos para evitar embarazos adolescentes
En Ayuda en Acción creemos que para enfrentar el problema de los embarazos adolescentes es esencial atacar sus causas de raíz. Para abordar estos desafíos y defender los derechos de las mujeres en todo el mundo, contamos con una herramienta sumamente poderosa: la educación y la sensibilización.
Educación sobre salud sexual y reproductiva
Los derechos sexuales y reproductivos son derechos humanos universales. Toda persona tiene el derecho a decidir sobre su cuerpo, su vida sexual y su identidad. Por eso, promovemos la educación en estos derechos fundamentales, empoderando a las adolescentes para que estén informadas, protejan su salud frente a embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual, y tomen decisiones libres de coacción, violencia, estereotipos o discriminación.
Aunque ellas son las protagonistas, involucramos a toda la comunidad (varones, escuelas, familias, profesorado, autoridades locales…) para que se apropien de lo aprendido a través de formaciones, clubes de jóvenes, charlas, y distribución de kits sobre salud sexual y reproductiva.
Gracias a este trabajo logramos que más de 15.800 mujeres pudieran tomar decisiones autónomas sobre su salud sexual y reproductiva.
Educación para evitar el matrimonio infantil
El matrimonio infantil, aunque prohibido en gran parte del mundo, sigue siendo una realidad en muchos países en desarrollo. ¿Y qué tiene que ver con el embarazo adolescente?
En estos países, la mayoría de los partos adolescentes ocurren entre niñas que ya están casadas. En otros lugares, los embarazos fuera del matrimonio llevan a muchos padres a casar a sus hijas para evitar el estigma. Las causas del matrimonio infantil son variadas y complejas, desde la pobreza hasta normas sociales profundamente arraigadas.
Desde Ayuda en Acción, colaboramos con socios locales para impulsar proyectos educativos para impulsar proyectos educativos y campañas de sensibilización en las comunidades más vulnerables. Además, en países como Kenia, también hemos abordado otra grave problemática vinculada al matrimonio infantil y el embarazo adolescente: la mutilación genital femenina, tema al que se le da especial relevancia cada Día Mundial contra la mutilación genital femenina.
Educación en igualdad de género
La igualdad de género es un compromiso de todas y todos. Por eso, la educación en igualdad y el empoderamiento de mujeres y niñas están en el corazón de nuestra labor global. Junto a nuestros socios locales, trabajamos para romper los estereotipos de género dese la infancia y realizamos incidencia política para asegurar que las autoridades respeten y promuevan los derechos de las comunidades, creando sociedades más igualitarias y libres de violencia machista.
La importancia de la escolarización
Cuando hablamos de educación para prevenir los embarazos adolescentes, también nos referimos al acceso a la educación misma. Está demostrado que la escuela es un factor protector clave frente a estas vulneraciones. La escolarización permite a las niñas y adolescentes conocer sus derechos, reivindicarlos, y prepararse para un futuro con mejores oportunidades laborales y personales.