Las desigualdades que existen entre mujeres y hombres en todos los ámbitos siguen siendo una realidad. Y el mundo laboral no se salva. Las mujeres ejercen un papel muy importante en la economía de los países. Sin embargo, siguen sufriendo multitud de discriminaciones. Por eso, queremos usar el altavoz del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, para reivindicar la importancia del emprendimiento femenino.

¿Cuál es la situación de la mujer en el mundo laboral?


A pesar de que las mujeres contribuyen de manera muy significativa a las economías, siguen sufriendo de una mayor manera que los hombres la pobreza, la discriminación y la explotación.

Tan solo el 49 % de la población activa en el mundo está compuesta por mujeres frente al 76 % que ocupan los hombres. Además, la discriminación de género provoca que las mujeres ganen por término medio un 24 % menos que los hombres y que desempeñen trabajos no seguros y mal remunerados. De hecho, según datos de la ONU, cerca del 60 % de las mujeres trabajan en la economía informal, provocando que estén aún más expuestas a caer en la pobreza.

Ante esta situación, el empoderamiento económico y el impulso de los emprendimientos femeninos se convierten en grandes oportunidades para eliminar estas desigualdades. Desde Ayuda en Acción, intentamos promoverlo a través de nuestros proyectos. ¡Te enseñamos algunos ejemplos!

Mujeres indígenas emprendedoras


En el año 2021, Ayuda en Acción puso en marcha el proyecto Yamni Iwanka con el que apoya a mujeres misquitas y a sus familias con el objetivo de mejorar sus métodos de cultivo a través de capacitaciones y asistencia técnica.

Gracias al trabajo que realizan en sus huertos, estas mujeres indígenas han logrado una independencia económica. Pero esto no se queda aquí. También se están empoderando y ganando igualdad en sus comunidades. ¡Ya son 700 mujeres las que generan una fuente de alimentos e ingresos para sus familias!

Yahira, la emprendedora del pescado fresco


Meses antes de la llegada de la pandemia a Costa Rica, el negocio de la venta de pescado ya era complicado para Yahaira, nicaragüense que llegó a Costa Rica hace 21 años. Podía llegar a caminar hasta nueve horas diarias con un balde lleno de pescado crudo para intentar venderlo. Cuando la pandemia se intensificó, las ventas cesaron y esta madre de siete hijos decidió poner en pausa su emprendimiento.

En 2021, cuando el proyecto de inclusión social  que impulsa Ayuda en Acción llegó al cantón de Upala, esta vecina de la comunidad de Jomuza fue una de las seleccionadas para capacitarse. Se graduó y participó por un capital semilla que le daría un giro inimaginable a su negocio. Gracias al proyecto, Yahaira cuenta ahora con un triciclo, dos hieleras y un congelador en casa, donde el producto se puede mantener fresco.

Keyla, arte sin fronteras heredado por generaciones


El árbol de balso, nativo de la zona, se ha convertido en la fuente de ingresos de la familia de Keyla y Alejandro, dos jóvenes que se dedican a la producción de artesanías en madera de balso. Junto a la hija que ambos tienen en común, llegaron a Costa Rica en el 2018, cuando la niña solo tenía seis meses. Ambos iniciaron su negocio tan solo nueve meses antes de la pandemia, por lo que los productos se quedaron guardados sin poder ser vendidos.

Sin embargo, al participar por el capital semilla en el proyecto, Keyla logró comprar una máquina especial para facilitar el corte de la madera, además de pintura, pinceles, y más materia prima.

Hoy en día, gracias a ese aporte, Keyla y su familia han salido adelante. La noticia más reciente que recibimos de Keyla es que ganó una beca completa en una universidad de Costa Rica para convertirse en maestra de prescolar.