Para mejorar la vida de las mujeres hay que prestar atención a cómo les afecta a ellas la falta de agua y la gran importancia que tiene en su vida. A todos nos afecta la escasez del agua, pero en el caso de las mujeres estos problemas se agravan: causan abortos e infecciones, problemas en el parto, indefensión y hasta problemas de espalda.


La importancia del agua para mejorar la vida de las mujeres


El consumo de agua contaminada puede ser, entre otras cosas, el responsable de abortos espontáneos debidos a una fuerte infección en el organismo de la mujer. La falta de higiene durante la menstruación también es causa de infecciones. Por lo tanto, es necesario tener en cuenta estos puntos para poder mejorar la vida de las mujeres en países en desarrollo.


Además, la escasez de fuentes cercanas obliga a realizar grandes desplazamientos, ya que a menudo los pozos de agua se encuentran en zonas muy alejadas de los asentamientos donde se ubican las poblaciones más humildes.


En ese sentido, los problemas generados por la escasez hídrica suelen tener también una implicación de género. Es frecuente que sean las mujeres las encargadas de realizar las labores de aprovisionamiento para sus hogares, además de todas las demás tareas relacionadas con el mantenimiento del mismo y el cuidado de los hijos.


Esto les obliga a recorrer distancias de muchos kilómetros de media todos los días, soportando además un peso promedio de veinte kilogramos sobre sus espaldas.


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Sequías


Además de los problemas derivados por la falta de infraestructuras, las abundantes sequías causan grandes problemas de escasez en multitud de países. Y más aún, se espera que la escasez de lluvias se agrave todavía más en el futuro debido a los efectos nocivos del cambio climático.


La falta de agua en las regiones más desfavorecidas es la principal responsable de las muertes por deshidratación, pero también del surgimiento de enfermedades derivadas de la falta de higiene.


No obstante, y más allá de la escasez de las fuentes hídricas, uno de los mayores problemas del agua en estas regiones es que esta suele estar contaminada. Un hecho que no impide que sea consumida, provocando frecuentes problemas de diarreas, disentería y cólera en los adultos, pero también en los niños, aumentando enormemente las tasas de mortalidad infantil.


Por otra parte, esto se traduce en una importante falta de comida, por lo que las hambrunas se producen con demasiada frecuencia a lo largo y ancho de muchos países con economías poco desarrolladas.


Para la agricultura y la ganadería, que podrían proveer directamente de alimento a las poblaciones de los lugares más pobres, se necesitan grandes cantidades para el riego y el suministro a los animales, y esta no siempre está disponible en cantidad y condiciones adecuadas, por lo que la producción es, a menudo, insuficiente para abastecer la demanda.


Guerras del agua


Esta escasez de alimentos genera, a su vez, migraciones forzosas, una importante fuente de conflictos y tensiones entre pueblos vecinos que desgraciadamente suele acabar en tragedia, muertes y guerra: son las denominadas como guerras del agua, localizadas fundamentalmente en el continente africano.


Sin embargo, el incremento de la violencia que se deriva de la falta de fuentes de agua potable no se termina aquí, y como a menudo suele ocurrir, son las mujeres las que sufren las peores consecuencias.


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Violencia machista


Los problemas y riesgos que deben soportar las mujeres en estos países no quedan limitados solamente a las horas de camino o a las consecuencias sobre sus cuerpos de cargar con tanto peso a diario.


Sin más opción que caminar grandes distancias, y muchas veces sin ninguna compañía, quedan expuestas a problemas de acoso y violaciones durante su trayecto. Por otro lado, cuando las madres no pueden, son sus hijas las que se encargan del aprovisionamiento, lo que supone una carga, tanto física como psicológica, que deben afrontar muchas jóvenes desde una posición de debilidad y desprotección.


Como ya hemos visto, los problemas generados en torno a la escasez en las regiones deprimidas, van mucho más allá de las hambrunas, las guerras y las enfermedades e infecciones padecidas por consumir bebidas no aptas para el consumo humano.


Las mujeres adultas y las niñas se llevan la peor parte de las consecuencias que la problemática presenta en estos países, por lo que resulta imprescindible enfrentar la falta de acceso a las fuentes potables de manera urgente: ya no cabe mirar hacia otro lado ante la violencia machista en ningún lugar del mundo.


Estrategias


En cuanto a los caminos que deben llevarse a cabo para solucionar esta situación, lo cierto es que deben ser abordados desde varios puntos estratégicos. Por una parte, pueden resultar muy útiles los sistemas de reciclaje y reutilización del agua, si no para consumo humano directo, sí al menos para garantizar una higiene básica.


Asimismo, se deben afrontar mejoras en la gestión de los diferentes sistemas de almacenaje ya disponibles en la zona.


Y por supuesto la creación de pozos que permitan un acceso más fácil al agua, que posibilite unos mínimos de higiene que acabarán repercutiendo en todo el entorno, mejorando la salud y, por lo tanto, la calidad de vida y consecuentemente la educación mejorando la asistencia.


Desde algunos países desarrollados se interviene para tratar de aportar soluciones a este problema crónico de muchas regiones deprimidas: la concienciación es nuestra mejor arma, y no debemos dejar de insistir a nuestros gobernantes para que se impliquen y lleven a cabo diferentes medidas y compromisos orientados a terminar de una vez con una situación tan grave como esta.


Siempre puedes prestar tu ayuda en las diferentes organizaciones que se encargan de defender la importancia del agua en todos los lugares del mundo, para que las mujeres y los niños de los países desfavorecidos puedan dejar de padecer al fin las consecuencias de la escasez de recursos hídricos.