El pasado día 8 de marzo, millones de mujeres en el mundo tomaron las calles para gritar a la sociedad su deseo de igualdad. España se convirtió en el país referente de la lucha feminista, un ejemplo a seguir. Los medios de comunicación y las redes sociales fueron altavoces de consignas que algunas personas llaman revolucionarias y otras igualitarias. Ahora queda esperar cómo se canalizarán todas estas reivindicaciones, porque si algo ha quedado claro es que aunque exista la igualdad ante la ley, todavía queda mucho camino por recorrer para alcanzar la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres.
La igualdad es necesaria porque es un derecho humano
La igualdad es un derecho humano básico, reconocido como tal en textos internacionales, y un elemento central de las sociedades democráticas. La Asamblea General de la ONU aprobó en diciembre de 1979 la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, texto que fue ratificado por España en 1983. En Europa, fue el Tratado de Ámsterdam, que entró en vigor en 1999, el que estableció legalmente la necesidad de que la igualdad entre hombres y mujeres (y la eliminación de las desigualdades por razón de sexo) se integrara como objetivo a alcanzar en todos los planes estratégicos y políticas sociales de la Unión Europea y de sus países miembros.
En España, la Constitución establece, en su artículo 14, el derecho a la igualdad y la no discriminación por motivos de sexo. Además, en el artículo 9.2 aparece la obligación que tienen los poderes públicos de legislar para que se promuevan las condiciones necesarias para alcanzar esa igualdad.
No obstante, todos los indicadores sociales elaborados bajo la perspectiva de género indican que la desigualdad entre hombres y mujeres existe: brecha salarial, techo de cristal, violencia de género, sobrecarga de trabajo por el tiempo dedicado a funciones de cuidado y mantenimiento del hogar y muchos otros. La precariedad, el desempleo y la pobreza también tienen cara de mujer.
Integrada en la Constitución, la igualdad ha sido un tema central desde el punto de vista político. Ya en 1983 se creó el Instituto de la Mujer, con el objetivo de promover las condiciones para que la igualdad social entre hombres y mujeres fuera posible. Se llevaron a cabo los cuatro planes para la igualdad de oportunidades de las mujeres, en los que se fueron incorporando progresivamente las recomendaciones de organismos internacionales y los principios de conferencias mundiales sobre igualdad, como la IV Conferencia de Mujeres de Beijing en 1995, a partir de la cual se puso el acento en la transversalidad de las políticas de igualdad y la necesidad de incorporar la perspectiva de género en todo tipo de actuaciones políticas sociales, y económicas.
Sin embargo, la elaboración de una ley de igualdad de género, toda una apuesta política por defender y promover el principio de igualdad, tardó muchos años en llegar, pues no fue hasta 2007 cuando se elaboró y publicó la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres.
Ley de Igualdad de Género
La conocida como Ley de Igualdad de Género, que pronto cumplirá 11 años, fue un notable avance en la lucha por la igualdad, ya que supuso transponer normativa europea e internacional a España, asumiendo como propios principios basados en los derechos humanos. Una ley de igualdad ofrece seguridad jurídica a las mujeres, pues abre la posibilidad de denunciar ante la Justicia situaciones de violencia, discriminación y abuso.
La propia ley advierte que es necesaria una acción normativa, es decir, el desarrollo de leyes específicas y reglamentos que permitan combatir toda clase de discriminación por razón de sexo en cualquier ámbito social, laboral, económico, mercantil e incluso institucional. De hecho, su validez alcanza a toda persona física o jurídica que se encuentre en España y su aplicación es de obligado cumplimiento para cualquier institución del Estado: desde los Ministerios hasta las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos.
Uno de los aspectos mejor valorados de la ley de igualdad de género es el hecho de que prevé la puesta en marcha de políticas activas para hacer efectivo el principio de igualdad, además de que establece los canales adecuados para que los poderes públicos puedan desarrollar políticas de igualdad de forma transversal.
La Ley obligó al Gobierno, en su artículo 17, a aprobar y mantener un plan estratégico de igualdad de oportunidades. Por el momento, a nivel estatal, se han aprobado dos planes: el plan estratégico de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres 2008-2011, con 69 objetivos específicos vinculados a 12 temáticas, y el plan estratégico 2014-2016, que incluía 224 medidas en 7 temáticas. Este último plan ha pretendido abordar específicamente algunas de las discriminaciones menos aceptadas socialmente y cuya erradicación ha sido reivindicada en numerosas manifestaciones y manifiestos de entidades sociales, feministas y de lucha por la igualdad.
Los siete ejes temáticos del último plan de igualdad proponen medidas en el ámbito del empleo (la lucha contra la discriminación salarial que sufren las mujeres), medidas para la promoción de la corresponsabilidad en el hogar y la conciliación laboral y familiar, acciones para erradicar la violencia contra las mujeres y actuaciones específicas para fomentar la participación de la mujer y la igualdad de oportunidades en el ámbito de la educación y la formación.
La ley de igualdad de género ha significado el reconocimiento jurídico de un principio básico en una sociedad democrática. Sin esta ley, el camino por recorrer para alcanzar la igualdad real sería, sin duda, mucho más largo. No cabe duda de que todavía existen numerosos obstáculos para las mujeres y que la igualdad no existe en todos los ámbitos de la sociedad. Sin embargo, algo que sí ha conseguido el movimiento feminista, y también la aprobación de la ley de igualdad, ha sido que la propia sociedad vaya incorporando la perspectiva de género. Poco a poco, sin prisa pero sin pausa, la conciencia social está, por fin, entendiendo que hombres y mujeres tenemos los mismos derechos.