El coronavirus está afectando seriamente a los derechos de las personas más vulnerables. Ejemplo de ello es cómo se relacionan mutilación genital femenina y coronavirus. Hoy podemos decir que se espera que durante los próximos diez años haya dos millones de casos que, de no haber sido por la pandemia, podrían haberse evitado.
Pero comencemos por recordar qué entiende la OMS por mutilación genital femenina:
Es la escisión total o parcial de los órganos genitales femeninos o cualquier otra lesión de los mismos por motivos no médicos.
Lejos de aportar ningún beneficio a la salud de las mujeres ni de las niñas, puede producir hemorragias graves, problemas urinarios, la transmisión del VIH, y derivar en quistes, infecciones, complicaciones del parto y aumento del riesgo de muerte del recién nacido. Además, infringe dolor, sufrimiento, traumas como la ansiedad y la depresión, y en el peor de los casos, la muerte de las niñas y mujeres que son víctimas de esta práctica.
Cifras y datos de la mutilación genital femenina
La mutilación genital femenina es reconocida internacionalmente como una violación grave de los derechos humanos, la salud y la integridad de las mujeres y las niñas. Se estima que más de 200 millones de mujeres y niñas que hoy viven en el mundo han sido objeto de la mutilación genital en los países de África, Oriente Medio y Asia donde se realiza.
Más de 200 millones de mujeres y niñas que hoy viven en el mundo han sido objeto de la mutilación genital. Clic para tuitear
En África, todavía es una práctica común en ciertas comunidades de 29 países: Benin, Burkina Faso, Camerún, Chad, Costa de Marfil, Djibouti, Egipto, Etiopía, Eritrea, Gambia, Ghana, Guinea, Guinea-Bissau, Kenia, Liberia, Mali, Mauritania, Níger, Nigeria, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Tanzania, Senegal, Sierra Leona, Somalia, Sudán, Togo, Uganda y Zambia. A pesar de lo extendido de su práctica, por ley está prohibido en la mayoría de estos países (por el momento solo Camerún, Gambia, Liberia, Mali RDC, Senegal y Somalia no han prohibido aún esta práctica.
Mutilación, ¿por qué se practica?
Pero, si está prohibido, ¿por qué continúa practicándose? Allí donde esta práctica es todavía una convención social tiene como principales motivaciones: la presión de la sociedad para que el individuo obre como lo hacen y lo han venido haciendo los demás, así como la necesidad de aceptación social y el temor al rechazo de la comunidad.
Muchos líderes, y en especial los líderes religiosos, adoptan posturas ambiguas respecto a la mutilación genital femenina. Algunos la fomentan abiertamente mientras otros la consideran irrelevante para la religión. Lo más común es que a lo largo del tiempo la apoyen o condenen en función de sus propios intereses (mantenerse en posición de poder, básicamente), al margen del bienestar de las niñas y mujeres. Aunque no hay escritos religiosos que prescriban la práctica, quienes la llevan a cabo argumentan un respaldo religioso para justificar la mutilación.
Mutilación genital femenina en un contexto de pandemia
Como decíamos antes, la mutilación se sigue practicando a pesar de estar criminalizada. Es en momentos de emergencia cuando las niñas en situación de vulnerabilidad se ven todavía más expuestas. Activistas contra la mutilación genital sostienen que la pandemia de coronavirus ha tenido un impacto negativo en los esfuerzos para frenar la práctica, principalmente por los siguientes motivos:
La ayuda se interrumpe
Debido a ello, faltará apoyo social para las niñas en riesgo.
Acceso a recursos
Las personas no tienen acceso a los mismos recursos que tienen en tiempos de paz. El matrimonio precoz, previa mutilación, es un ejemplo extremo pero real de lo que las familias pueden llegar a hacer para obtener ingresos o para no tener que alimentar una boca más en casa.
El riesgo está en casa
Las niñas están más seguras en las escuelas. Con los centros educativos cerrados durante la pandemia, se ven expuestas a varios peligros relacionados con la violación de sus derechos.
Cambio de prioridades en la comunidad
La mutilación genital femenina deja de estar entre las principales preocupaciones, por lo que las niñas se encuentran menos protegidas.
Vacío de autoridad
Puede darse el caso que la pandemia provoque un vacío de autoridad que exponga a las niñas y a otros colectivos vulnerables a la violación de sus derechos.

África se moviliza frente a la mutilación, también durante la pandemia del coronavirus
En la mayoría de los casos la mutilación genital femenina se realiza durante la infancia, en algún momento entre la lactancia y los 15 años. Son precisamente las mujeres más jóvenes las que se están rebelando contra esta práctica con buenos resultados. Recientemente, la doctora Nahid Toubia, primera cirujana mujer de Sudán y activista con más de 40 años de lucha contra esta práctica, hacía referencia en un evento internacional al que asistí, a los grandes cambios que están ocurriendo en África. La mayoría de ellos están promovidos por el empuje de la juventud y las mujeres. Los movimientos de personas de un país a otro que ayudan a traer nuevas visiones y una total intolerancia hacia la mutilación de mujeres y niñas.
“La gente está viajando por todo el mundo. Jóvenes africanos que vivieron su infancia en Estados Unidos, Reino Unido, Europa, etc. regresan con una mentalidad renovada y ya no perciben África con la mentalidad de aldea pequeña. Ellos, y sobre todo ellas, no tienen miedo de oponerse a la mutilación genital femenina. En toda África, las mujeres están creando movimientos para detener todo tipo de prácticas que violen sus derechos. Ahora hay una generación de jóvenes muy diferente a la anterior: educados y conectados con el mundo, principalmente a través de teléfonos móviles. Todos comparten la misma visión que hay que detener esto” (Dra. Toubia).
Uno de esos movimientos sociales es el conocido como “I Will Not” (“yo no haré”) en Sudán. Este movimiento reivindica el derecho de las niñas para que no se les practique la mutilación o el "khetan", como se conoce allí. Pone el foco en las madres y familias en particular y en la sociedad en general, que todavía lo ve como parte de la cultura. Se empodera a las niñas para que sean ellas las primeras en reivindicar sus derechos al grito de yo no lo haré. Esta iniciativa, junto a otras similares, escalaron en una serie de manifestaciones masivas que eventualmente forzaron al gobierno sudanés ilegalizar toda forma de mutilación en julio de 2020.

Qué hacemos en Ayuda en Acción
Desde Ayuda en Acción realizamos acciones en Etiopía, Kenia, Uganda y Mozambique para empoderar a niñas mujeres a través de iniciativas en educación, reivindicación de derechos y emprendimiento . Todas ellas contribuyen a rebajar el riesgo de sufrir mutilación para las niñas de las comunidades en las que trabajamos. Además, en todos nuestros proyectos damos a la mujer un papel protagonista y trabajamos para incluirlas, de forma equitativa, en la toma de decisiones.