En los últimos años, las sociedades del primer mundo han experimentado un desarrollo exponencial dentro del sistema capitalismo. Este desarrollo, entre otras muchas cosas, conlleva un aumento del consumo de bienes en crecimiento y el crecimiento del sector comercio, lo que en la actualidad está siendo una fuente de desigualdades para con los países desfavorecidos, estableciéndose relaciones injustas. De esta situación sale el concepto de comercio justo.


Es por esto que es nuestra labor, también la tuya, plantearnos este modelo de comercio y tomar conciencia de la situación de las personas que se encuentran en una situación desfavorable y pueden verse afectadas por el desarrollo de estas nuevas relaciones.


¿Cuál es la realidad del comercio actualmente?


Como ciudadano has de plantearte de dónde provienen los artículos que sostienen nuestro bienestar y si su obtención proviene de fuentes éticas y consecuentes. La mayoría de nosotros sabemos que existen empresas que se aprovechan de la situación desfavorable de las personas en países en vías de desarrollo. Se establecen así relaciones comerciales no igualitarias, en las que la entidad con poder económico, la empresa o persona receptora del bien o servicio, se aprovecha de una persona o grupo de personas en situación desfavorable, produciéndose una explotación de esta última a distintos niveles.

Estas relaciones de desigualdad se materializan en explotación infantil, es decir, se utilizan menores como fuerza de trabajo aprovechando que la legislación de ciertos países no regula el trabajo infantil. Además de que estos se encuentran en una situación de pobreza en la que necesitan aportar un sustento a la familia para poder subsistir.


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comercio justoEsta desigualdad se materializa también en la explotación de los productores, cuando estos no pueden vender sus productos en un mercado libre, ya que la oferta recibida exige que malvendan sus bienes buscando también la subsistencia. Nos encontramos otros ejemplos como la violación de los derechos humanos en el lugar de trabajo, donde los trabajadores no están respaldados por este tratado. Sufriendo abusos por parte del empleador, desigualdades de género donde las mujeres son explotadas por el simple hecho de serlo o incluso la relación productor-comprador no se hace de manera libre y voluntaria.


Te contamos cómo se pueden evitar estas relaciones injustas en el mercado


De cara a evitar estas situaciones de injusticias laborales, asociaciones como organizaciones no gubernamentales, la Organización de las Naciones Unidas y ciertos movimientos políticos y sociales han desarrollado el término de comercio justo. Una forma de comercio libre y voluntaria que persigue acabar con las desigualdades.


Este término se acuña en 1964 en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo. En esta conferencia se trataron temas como la subvención para países subdesarrollados con el fin de que estos pudiesen abrirse a un mercado global, mejorando sus relaciones mercantiles y pudiendo aspirar a ser competitivos con los países de alto poder adquisitivo.


De esta manera, los países desarrollados comenzaron a implementar la creación de tiendas en sus territorios, donde se ofrecían al cliente productos provenientes de países en vías de desarrollo, lo que permitía la aparición de estos productos en el mercado de los países desarrollados. A la vez de ser una fuente de sustento para los anteriores por primera vez.


Esto fue desarrollándose a lo largo de los años, permitiendo una mayor presencia y, con ello, una mejora de la competitividad en cuanto a producción y calidad de los países desfavorecidos, ya que veían un incremento en sus ingresos para poder hacer posible esta realidad. Así pues, se acuñó el eslogan "Comerciar, no ayudar".



En la actualidad, se siguen promulgando estas iniciativas con diferentes metas; una de ellas es establecer cooperativas de productores para permitir un mayor crecimiento y democratización de los procesos. Otra, el respeto de los derechos humanos en este campo en todos los lugares del mundo y el establecimiento de un precio justo para los productos, de manera que se asegure a los productores una vida digna.


También implementar el pago por adelantado, evitando formas de financiación difusa en torno a los productores. Así como defender una valoración de la calidad de los productos sostenibles, haciéndolos más interesantes para el comprador y conseguir un cuidado del medio ambiente. O poner énfasis en el etiquetado para que el consumidor pueda conocer la procedencia del producto y el pago de un precio justo más allá de las leyes de mercado capitalistas.


Para que esta causa pueda seguir adelante, imaginarás que es importante apoyar este tipo de comercio. El primer paso es poder reconocer los bienes que proceden de esta forma de comercio, por lo que estos van marcados con un sello de comercio justo, el cual garantiza que se ha producido siguiendo los criterios internacionales sobre el comercio justo y es visible en los envases provenientes de este.


Pese a los claros beneficios que se pueden apreciar de este modelo de comercio, no le faltan detractores que defienden que este sistema no se trata más que de un subsidio para los países poco desarrollados, alejándolo de un ente competitivo real en el mercado, entorpeciendo el desarrollo de este modelo.


Además, quienes defienden el libre mercado en el que se basa el sistema capitalista lo ven como una barrera en las relaciones comerciales, ya que lo consideran un término falso en cuanto a que las partes implicadas no son libres e iguales. Por último, algunos comerciantes ven en este modelo una traba. Y es que el comercio justo se ve apoyado por unas subvenciones y ayudas de los organismos públicos a los que las pequeñas empresas de productores locales no tienen acceso, provocando una desigualdad en este sentido.


En conclusión, a pesar de que existan críticas más y menos fundamentadas, no debes olvidar que solidarizarte es la mejor opción y ayudar a aquellos que se encuentran en situaciones complicadas. En especial, como cuando, en este caso, la acción de ayudar puede darse de manera tan sencilla como siendo consumidores de productos procedentes de una situación justa y libre. Más aún, sabiendo que estos productos tienen una calidad igual o superior que los que vienen derivados de situaciones de injusticia, pudiendo así evitar el daño que estos últimos producen.