La cooperación Sur-Sur es un ambicioso proyecto de colaboración establecido entre los países del sur del mundo. Este proyecto abarca el ámbito social, político, económico, cultural, técnico e incluso medioambiental, y se ha constituido en torno a relaciones con una base bilateral entre países, pero también incluso entre regiones de un mismo país. De esta manera, los países en desarrollo pueden compartir experiencias, recursos y conocimientos con los que alcanzar los objetivos de desarrollo que cada uno se haya marcado.


Gracias al modelo de cooperación Sur-Sur se ha conseguido mejorar la integración de las diferentes regiones de los países, y también un mayor flujo de comercio y de inversión extranjera que está permitiendo un desarrollo no solo más rápido, sino también de mayor calidad. Si quieres saber cómo este modelo cooperativo está contribuyendo a mejorar la vida de miles de personas, ¡sigue leyendo!


Los objetivos de la cooperación Sur-Sur


Las líneas generales de los objetivos de la cooperación Sur-Sur se marcaron en el Plan de Acción de Buenos Aires para promover y realizar la cooperación técnica en los países en Desarrollo, que fue aprobado en Asamblea General en 1978. A grandes rasgos, estos objetivos son:


Fomentar la autosuficiencia de los países en desarrollo dotándoles de mayor capacidad creativa a la hora de afrontar sus problemas de desarrollo, en función de sus propias aspiraciones y necesidades.


Fortalecer la capacidad de estos países de identificar y analizar sus principales problemáticas, y también de formular estrategias óptimas para poder solventarlos de acuerdo con la gestión de sus propios recursos.


Mejorar las capacidades tecnológicas para que los países en desarrollo puedan utilizar las TIC de una forma mucho más eficiente, de manera que puedan aprovechar la tecnología para mejorar su desarrollo nacional.


Promover la cooperación y la comunicación de los países en desarrollo para que puedan compartir experiencias y recursos técnicos para generar estrategias globales de desarrollo a través de una mejor comprensión de los mismos.


Mejorar la cooperación internacional enfocando los recursos destinados al desarrollo a flujos de trabajo que sean concretos y específicos para las necesidades de cada país.


• Permitir que los países en desarrollo tengan una mayor participación en la actividad económica internacional.



¿Imaginas crecer sin oportunidades de futuro? Nosotros no.



¿Qué principios rigen la cooperación Sur-Sur?


La cooperación Sur Sur quiere fomentar la solidaridad entre los diferentes pueblos y países del sur para que, así, alcancen los objetivos de desarrollo marcados de forma internacional. Esto incluye, también, los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. La cooperación Sur-Sur busca cumplir con estos objetivos de desarrollo, pero siempre respetando la soberanía nacional, la independencia de cada país y el principio de no interferencia en los asuntos internos de cada uno.


Dentro de este marco nace la cooperación triangular: el paradigma Norte-Sur, en el que los países del norte son proveedores de desarrollo y los países del sur son meros receptores, ha cambiado totalmente y ahora el cuadro del desarrollo cuenta con muchísimos más actores, cada cual en su propia fase de desarrollo y con sus propios conocimientos.


De este modo, la cooperación Sur-Sur y la cooperación triangular facilitan nuevas formas de compartir conocimiento y recursos, modelos de financiación y prácticas más dinámicas que mejoran y agilizan el proceso de desarrollo de cada país de acuerdo con sus propias necesidades y estrategias, fomentando tanto la economía como el acceso a la educación o a la alimentación, entre muchas otras facetas..


Ejemplos de cooperación Sur-Sur en diferentes países del mundo


Desde que se aprobara el proyecto de cooperación Sur-Sur en 1978, se han llevado a cabo proyectos de colaboración relacionados con todo tipo de temáticas. Por ejemplo, en 2014 Uruguay y Argentina colaboraron con Marruecos para mejorar el estado de sus carreteras y caminos, reduciendo así los gastos derivados del transporte y mejorando la economía del país: con unas carreteras mejores y más accesibles, los productos se podían transportar con mucha más facilidad y se activó el índice de empleo.




1. Mejora de los programas de alimentación escolar en el Caribe y América Latina


La cooperación Sur Sur entre Brasil y la FAO ha supuesto que 13 países mejoren sus programas de alimentación escolar: Costa Rica, Guatemala, Belice, El Salvador, Guyana, Granada, Jamaica, Perú, Honduras, Santa Lucía, República Dominicana, Guatemala y San Vicente y las Granadinas. Estos programas suponen un grandísimo avance en lo que a nutrición se refiere, y garantizan que las escuelas públicas ofrezcan una alimentación saludable a los alumnos.


2. Fortalecimiento del sector algodonero


El algodón es uno de los productos más importantes del mundo: más de 350 millones de personas lo cultivan o realizan actividades económicas relacionadas con el mismo, por lo que activar y mejorar los ritmos de producción en los países en desarrollo es un aspecto fundamental.


Brasil impulsó el Proyecto Regional +Algodón colaborando con la FAO y Argentina, Perú, Bolivia, Colombia, Paraguay, Haití y Ecuador; su objetivo era presentar su experiencia a la hora de pasar de país importador de algodón a convertirse en un gran exportador del mismo, para que los países en desarrollo pudieran mejorar su productividad gracias a la inversión en el desarrollo agrícola.


El Proyecto Regional +Algodón se basa en prácticas sostenibles que respetan la realidad de cada país, mejoran las condiciones de vida de los pequeños productores y genera riqueza respetando el contexto donde reside cada agricultor, lo que lo convierte en un programa muy fácil de implantar en cualquier país del sur.


3. Un proyecto de inversión constante


Los diferentes países que colaboran en la cooperación Sur-Sur son conscientes de que la inversión extranjera puede ser el motor que arranque los proyectos que los países en desarrollo necesitan. Esto implica invertir en tecnología, pero también en educación, en cultura, en desarrollo social o incluso en medio ambiente. Por este motivo, es habitual que se abran fondos y convocatorias para que entidades, asociaciones, universidades y cualquier formación no lucrativa puedan presentar sus propios proyectos. Así es como cada país puede dar respuesta a necesidades nacionales o muy regionalizadas, impulsando la participación ciudadana y el conocimiento global.