Seguramente has oído esta expresión de “tercer sector” anteriormente. Existen muchas definiciones académicas del tercer sector y muchos investigadores sociales y económicos seguro que están escribiendo en estos momentos sobre este tema.
De manera muy simple, el tercer sector hace referencia al sector de la economía que no es el sector privado de las empresas y organizaciones dirigidas y orientadas a conseguir beneficios económicos para sus propietarios o accionistas, ni tampoco el sector público, en el que están todos los organismos que dependen del Estado y que se encaminan a dar servicio a la ciudadanía en los distintos países. En este cajón del tercer sector, caracterizado por la no pertenencia a los anteriores están metidas las ONG como, por ejemplo, Ayuda en Acción.
Las entidades del tercer sector surgen en su mayoría por el empuje de la ciudadanía o por el interés de empresas en involucrarse con acciones concretas en la mejora de los ámbitos de trabajo en los que están interesados. En su mayoría los ámbitos de intervención que están más representados en este sector son los sociales, educativos, sanitarios, humanitarios, medioambientales y de protección animal, de cooperación internacional, culturales, artísticos, deportivos… Actualmente, muchas de las acciones orientadas al desarrollo de estos ámbitos se basan, en una parte muy importante, del trabajo de las organizaciones que lo formamos.
Como anunciaba anteriormente, existen muchas investigaciones que delimitan el ámbito de actuación y las características de aquellas organizaciones que formamos el tercer sector, pero todas estas definiciones suelen coincidir en cinco características.
Las 5 características de las organizaciones del tercer sector
1. Las organizaciones del tercer sector estamos organizadas institucionalmente. Tenemos una estructura, una misión, objetivos y presupuesto que asignamos a la consecución de los objetivos y la misión. Esto nos permite ser más transparentes al tener que estar inscritas en diversos registros públicos que dependen de distintos ministerios según el ámbito de nuestro trabajo (social, salud, educación, cooperación…). Esta característica nos obliga a estar sometidas a regulaciones y a la rendición de cuentas necesaria a la que nos exigen estos registros. Este elemento da seguridad a nuestros colaboradores sobre quiénes somos, qué hacemos y qué se espera de nosotros.
2. Somos entidades privadas. No somos parte del sector público, ni formamos parte de la estructura del Estado, lo cual nos otorga mayor independencia a la hora de desarrollar nuestra misión, aunque esto no signifique que no podamos recibir apoyo público por vía de subvenciones. En este sentido, hay organizaciones del tercer sector de todo tipo, algunas solo funcionan con fondos públicos, otras solo con privados y otras, como Ayuda en Acción, combinamos ambos recursos, siendo, en nuestro caso, un 81% de fondos privados que vienen en su gran mayoría de colaboraciones de nuestra base social, y un 19% de fondos públicos que vienen de diversas subvenciones.
3. Las entidades y organizaciones no tenemos ánimo de lucro. No repartimos beneficios entre las personas socias o los miembros de los órganos de gobierno. Todos los beneficios que se consiguen se reinvierten en el logro de nuestras misiones institucionales. Nuestras memorias anuales, las rendiciones de cuentas que hacemos a nuestra base social, nuestros canales de comunicación como boletines y revistas dan cuenta de a dónde se destinan los fondos que recibimos.
4. Disponemos de órganos de autogobierno. Dependiendo de nuestra figura jurídica, la organización o entidad tiene un órgano que es el que, en última instancia, asegura que los planes de trabajo estén orientados al cumplimiento de la misión y garantiza la correcta administración de sus bienes. Por ejemplo, en el caso de Ayuda en Acción, que es una fundación, su órgano de gobierno es el patronato, sus miembros no reciben retribución de ningún tipo.
5. Tenemos personas voluntarias en nuestras organizaciones. El voluntariado es una de las características de las entidades del tercer sector. Personas que prestan su tiempo, su conocimiento o parte de sus recursos económicos para la consecución de la misión institucional.
Día a día, el tercer sector es un actor relevante en el desarrollo social y también económico de nuestra sociedad, una sociedad que exige soluciones cada vez más ágiles e imaginativas a las diversas demandas que ni las empresas, ni el estado pueden o están dispuestas a desarrollar. Desde esta visión, las entidades del tercer sector existiremos en la medida que la sociedad siga pensando que somos útiles y necesarias.