La desertificación, un fenómeno cada vez más presente, nos recuerda una certeza ineludible: no hay un planeta B. Por desgracia, nos seguimos empeñando en devorar sin medida los recursos de la Tierra. Se habla mucho sobre el impacto del cambio climático en nuestra atmósfera, pero el daño no se detiene ahí. Los seres humanos también estamos generando daños muy importantes sobre la biodiversidad, el agua y los suelos. Hoy queremos hablarte de la degradación de los suelos: ¿sabes qué es la desertificación y cuáles son sus causas y consecuencias?
Desertificación: impacto de la actividad humana en el medio ambiente
La desertificación, un fenómeno que amenaza la salud de nuestro planeta, es un proceso complejo que abarca zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas. Este concepto no se refiere a la expansión física de los desiertos, sino a los diversos procesos que transforman en desiertos ecosistemas que actualmente no lo son.
Desde 1994, la ONU lucha contra este problema, que se ha intensificado debido al cambio climático, y nos recuerda que cada año desaparecen más de 24.000 millones de toneladas de suelo fértil. De hecho, actualmente dos tercios de la Tierra están envueltos en procesos de desertificación.
Consecuencias de la desertificación en la biodiversidad y la agricultura
Quizás no hayas oído hablar mucho de este fenómeno, pero ¿sabías que es uno de los retos medioambientales más importantes de la actualidad? Algunas de las consecuencias de la desertificación son:
- Pérdida de especies animales y vegetales.
- Inseguridad alimentaria.
- Pobreza.
- Migraciones forzosas.
- Fenómenos climáticos como inundaciones, huracanes y contaminación del agua.
Cada 17 de junio se celebra el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía. ¿Su objetivo? Recordar la importancia de actuar ante un problema mundial que afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente a mujeres, niños y niñas. Pues, aunque no se trate de un fenómeno tan repentino o impactante como los ciclones o los terremotos, el desgaste de la tierra está avanzando sin que tomemos medidas suficientes. ¡Veamos algunas cifras que nos va a hacer reflexionar!
- Si no actuamos, en 2050 se perderán un millón y medio de kilómetros de tierras agrícolas. Esto equivaldría a destruir las superficies de Ecuador y Perú juntas.
- En 2045 alrededor de 135 millones de personas se verán obligadas a desplazarse como consecuencia de la desertificación.
- Unos 2000 millones de personas dependen de los ecosistemas de las zonas secas para subsistir. El 90% de ellas vive en países en desarrollo.
Causas de la erosión del suelo en zonas áridas y semiáridas
El ser humano es el principal responsable del desgaste de la tierra. Por eso, las tres principales causas de la desertificación son:
- Deforestación: la tala indiscriminada de árboles y arbustos para obtener combustible, tierra cultivable o recursos madereros provoca la desaparición de la cubierta vegetal que mantiene la capa fértil del suelo.
- Sobrepastoreo: el pastoreo intensivo impide que las plantas tengan tiempo suficiente para regenerarse, destruyendo, por lo tanto, la capa superior del suelo.
- Agricultura intensiva: la agricultura centrada en forzar la tierra para producir el máximo beneficio agota rápidamente los nutrientes del suelo.
Cuando el viento y el agua actúan, arrastran fácilmente esta superficie de suelo fértil tan debilitada. ¿El resultado? Tierras degradadas y altamente vulnerables a fenómenos climáticos como la sequía.
Prevención y mitigación la desertificación: el trabajo de Ayuda en Acción
Proteger nuestros ecosistemas no es ninguna opción si queremos garantizar un mundo sostenible para las futuras generaciones. En Ayuda en Acción trabajamos desde 1981 junto a las comunidades más vulnerables del planeta para luchar contra el cambio climático y sus consecuencias. ¿Cómo lo hacemos?
- Fomentamos una agricultura sostenible adaptada al clima.
- Combatimos la desertificación y aseguramos el acceso al agua.
- Reducimos la vulnerabilidad de los ecosistemas.
De este modo, contribuimos al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, donde la lucha contra la degradación de la tierra se incluye en el ODS 15, la vida de ecosistemas terrestres.
Conforme las señales de alerta crecen, el tiempo de actuar por el planeta se acaba. Acabar con la pobreza y la desigualdad solo será posible si defendemos un desarrollo sostenible que ponga siempre el foco en las personas y su dignidad. ¿Contamos contigo?