Ante el cambio climático, el Día Mundial del Clima se ha convertido en una fecha clave de reivindicación y sensibilización y el arte ecológico en su principal aliado.

El arte tiene el poder de conectar emociones y despertar opiniones. El Día Mundial del Clima nos marca la fecha en el calendario. Nunca antes había sido tan importante crear conciencia e inspirar el cambio por el planeta.

El Día Mundial del Clima: una fecha clave


Cada 26 de marzo, en el Día Mundial del Clima, el calendario nos confronta con la anormalidad de vivir un febrero a 30 grados, un invierno sin nieve y un verano con piscinas secas. En 1992, en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, se instituyó este día para instar a la reflexión sobre el cambio climático y nuestras acciones en el medio ambiente. Así nació el Día Mundial del Clima. Pero, ¿cuál es la razón detrás de su celebración?

El Día Mundial del Clima busca sensibilizar a la población sobre el impacto que tienen nuestras acciones y hábitos en el medio ambiente y, por ende, en el planeta. Sin embargo, el 26 de marzo no se limita a ser un recordatorio; es una llamada a la acción.

El clima está cambiando, los gases de efecto invernadero están en aumento, la explotación desmedida de los recursos naturales es rutinaria y la contaminación se ha vuelto un indeseable acompañante. Por ello, es importante ponerse manos a la obra y pasar a la acción en la lucha contra el cambio climático. Y, ¿qué mejor manera de hacerlo que a través del arte?

El arte ecológico: un aliado en la lucha climática


En mitad del panorama sombrío del cambio climático y la crisis medioambiental que enfrentamos, emerge un aliado inesperado pero poderoso: el arte ecológico. El arte y la ecología se han unido para crear una herramienta única que inspire conciencia y acción en la lucha contra el cambio climático.

El arte ecológico es una expresión artística que busca explorar y expresar la relación entre la humanidad y el entorno natural. Se trata de una tendencia del arte contemporáneo que utiliza el marco y los materiales de la naturaleza y tiene un propósito: provocar la reflexión en la sociedad sobre el consumo, los desperdicios y el deterioro del medioambiente.

El arte ecológico busca que el humano se vincule con la naturaleza o con alguna problemática que afecta al planeta a través de distintas disciplinas como la escultura, la fotografía, la pintura, el teatro, la literatura o la danza.

El arte ecológico: orígenes y características


Hacia los años 60, en mitad de un panorama sociopolítico que vivía el despertar de la conciencia medioambiental, surgió una nueva forma de expresión artística revolucionaria: el Land Art. Este movimiento, también conocido como Arte de la Tierra, se erigió como una reacción contra el arte tradicional de galería y de museo. Los artistas adheridos a esta corriente no buscaban solo crear obras, sino integrar sus creaciones directamente en la naturaleza, empleando materiales como piedras, tierra, agua y vegetación.

El Land Art fue el principio de la relación íntima entre arte y naturaleza. Con el pasar de las décadas, surgieron iniciativas pioneras destinadas a sensibilizar sobre la fragilidad del medio ambiente y la urgencia de cambiar nuestros hábitos de vida. Entre estas acciones, destaca la emblemática obra 7000 robles, realizada por Joseph Beuys en 1982. Pero, ¿cuáles son las características esenciales del arte ecológico?

El arte ecológico se distingue por las siguientes características principales:

  • Resalta las percepciones de los artistas frente a la crisis ecológica, sirviendo como un medio de expresión y reflexión sobre los desafíos ambientales.

  •  Promueve la participación comunitaria, fomentando el diálogo y la colaboración para la conservación de los ecosistemas.

  • Genera conciencia sobre los problemas medioambientales, utilizando la creatividad como una herramienta para educar e inspirar a la acción.

  • Cuestiona prácticas insostenibles como la sobrepoblación, el derroche de recursos, el consumo desmedido, el abuso laboral, la extinción de especies, la deforestación y las políticas ineficientes contra el cambio climático.

  • Fomenta actitudes y valores orientados hacia la conservación, inspirando un mayor aprecio y respeto por el entorno natural.


El artivismo: otra forma de pasar a la acción


El artivismo, una fusión de arte y activismo, se ha erigido como una poderosa herramienta para concienciar y fomentar el cambio social. Así como el arte ecológico, el artivismo también puede ayudar en la lucha contra la crisis climática. ¡Aquí te ofrecemos algunas ideas inspiradoras!

  • Captura imágenes o graba vídeos que evidencien las repercusiones de la crisis climática. En Ayuda en Acción, hemos organizado el primer concurso fotográfico centrado en el clima. ¡Descubre las fotos que participaron!

  • Embellece espacios urbanos con murales que transmitan mensajes relacionados con la conservación del medio ambiente y el cambio climático.

  • Da vida a proyectos de arte reciclado. Utiliza materiales reciclados para crear esculturas, pinturas e incluso prendas de vestir, demostrando así que la creatividad puede ir de la mano de la sostenibilidad.

  • Participa en protestas creativas. Haz uso de acciones artísticas como flash mobs, representaciones teatrales o ceremonias simbólicas para despertar conciencias y exigir medidas políticas concretas ante el cambio climático.

  • Haz uso de la escritura para narrar historias que sensibilicen y movilicen a la acción. Los relatos pueden ser una poderosa herramienta para transmitir mensajes inspiradores y motivar cambios en la percepción y actitud hacia el medio ambiente.


Luchar contra el cambio climático está al alcance de todos y todas y una de las formas más creativas de hacerlo es a través del arte.