Llevamos décadas trabajando en México, pero apenas un par de años en la región de Sierra Nevada, en el estado de Puebla. Uno de los mayores problemas que hemos identificado entre la población es el acceso al agua, ya que la propia topografía del terreno dificulta el paso de la red de distribución acuífera hasta sus hogares.
Hoy te contamos, desde México, cómo nuestro trabajo a través de ecotecnia está consiguiendo cambiar esta realidad.
El señor Carmelo y cómo la ecotecnia ha mejorado su vida
El señor Carmelo es uno de los millones de personas que en Centroamérica y México han dado el paso hacia el llamado “sueño americano”. Ante la falta de oportunidades de trabajo, migró a Estados Unidos, donde trabajó más de una década en el sector de la restauración. Sin embargo, su deseo siempre fue regresar con su familia en Tochimilco. Y así lo hizo. A su regreso retomó las labores del campo, pero el acceso al agua no se lo está poniendo fácil:
“¿Qué más puede hacer uno? Aquí es lo que hay. Cuando regresé, los ahorros que tenía los invertí en mi parcela y en mi casa, que está aquí junto a la de mi hermano. Lo que más nos detiene es el agua, a veces perdemos toda nuestra cosecha porque no llovió y ni modo, tenemos que empezar de nuevo y de la nada porque no tenemos más recursos”.
Para cubrir esta necesidad, las familias acarrean el agua de ríos o manantiales cercanos y buscan estrategias para hacerla rendir al máximo. Como consecuencia se limita la crianza de animales de traspatio, cultivo de vegetales, hortalizas y árboles frutales en sus hogares. Acceder a una producción más diversificada les ayudaría a mejorar su alimentación y a generar recursos económicos.
En las comunidades de Santiago Tochimizolco y San Miguel Tecuanipa, del municipio de Tochimilco, comenzamos con la instalación de cuatro instrumentos de ecotecnia para el acceso al agua; dos para la captación de agua de lluvia y dos más para el reciclaje de aguas grises de los hogares.
Captación de agua de lluvia a través de ecotecnia
Para conseguir acceso a agua, aprovechar la que cae del cielo puede ser fundamental. En el caso de México aprovechamos la infraestructura de los hogares e identificamos las áreas en las que se descarga el agua (por ejemplo, las orillas de los tejados). Una vez identificado esto, guiamos el agua hacia contenedores y de ahí se bombea hacia un filtro lento. En este proceso la lluvia recolectada pasa por materiales como arena, grava, tezontle, carbón vegetal, rocas y otros materiales porosos que filtran impurezas y hace que la población pueda utilizar esa agua de forma segura. Finalmente, en otro contenedor se clora para que pueda ser aprovechada por las familias.
Reciclaje de aguas grises a través de la ecotecnia
El agua que se utiliza en el aseo del hogar, lavado de trastes, ropa, ducha y otras actividades también puede recuperarse para otros usos, por ejemplo, el agrícola. Las aguas grises las recuperamos en diversos contenedores que llenan un depósito más grande. De ahí se bombea hacia un filtro lento que purifica el agua para ser utilizada en la producción vegetal.
Hasta ahora, con nuestras pruebas piloto, tres familias y 15 personas tienen acceso al agua en la zona. Una vez comprobado el éxito del proyecto, calculamos que con la captación de agua de lluvia las familias de la región recuperarían al menos 20 000 litros por temporada, mientras que con la ecotecnia de aguas grises reusarían en promedio 10 000 litros a lo largo de un año.
Si, como esperamos, hay buenos resultados en este proyecto, no solo conseguiremos un mayor acceso a agua, sino que también fomentaremos una conciencia colectiva de cuidado de los recursos naturales en cooperación con las autoridades locales, a quienes tenemos como principales aliados en este proyecto.
Sistemas de almacén y riego por goteo, otra forma de ecotecnia
El sistema de Milpa Intercalada en Árboles Frutales (MIAF) lo comenzamos en 2020 con 158 productores de cinco comunidades de la región Sierra Nevada: Santiago Tochimizolco, San Miguel Tecuanipa, San Mateo Ozolco, San Lucas Atzala y San Andrés Calpan. Este año se han sumado 57 productores más de otras cuatro comunidades(San Lucas Tulcingo, San Francisco Huilango, San José Pueblo Nuevo y Domingo Arenas).
El sistema MIAF es una estrategia con la que hacemos frente a las consecuencias del cambio climático. Las lluvias son cada vez menos frecuentes y las zonas agrícolas dependen de ellas. Para fortalecer el sistema, instalamos un contenedor circular con capacidad de 94 000 litros que se llena con agua de lluvia y tras la captación, distribuimos el líquido con riego por goteo por medio de una bomba que permite una salida de hasta 130 litros por hora, según los requerimientos hídricos de los árboles u otros cultivos en las diferentes parcelas.
El acceso al agua impacta en el desarrollo de la región
Al día de hoy, hemos beneficiado a más de 40 personas con la instalación de 10 sistemas de aprovechamiento del agua en cinco de las nueve comunidades en las que trabajamos de la región Sierra Nevada. Todos estos puntos estratégicos funcionan también como centros de aprendizaje en los que se comparten los buenos resultados entre grupos de productores, provocando así una mejor producción agrícola que impacta en el bienestar de las familias a nivel regional.
El sistema MIAF, sumado al uso de la enotecnia, permite que las familias dispongan de agua todo el año, mejoren la calidad de sus frutos, incorporen cultivos como el jitomate, tomate verde, pepino o cilantro y en consecuencia tengan más variedad de alimentos para su consumo y/o comercialización.
Seguridad hídrica y ecotecnia en nuevas zonas de México
En 2021 comenzamos a colaborar con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Fundación FEMSA A. C. en un proyecto sobre resiliencia y seguridad hídrica en cuencas prioritarias y con alta. Este trabajo de recuperación del agua se realiza, además, en comunidades indígenas y rurales de Yucatán, Campeche, Oaxaca, Puebla, Morelos, Tabasco y Chiapas.
El objetivo es implementar estrategias que les permitan tener acceso constante y de calidad a recursos hídricos. Algunas de las acciones iniciadas son la creación de cisternas de ferrocemento para captar y almacenar agua de lluvia, la reparación de la red pública de agua potable o la instalación de biofiltros de purificación y reforestación en zonas de recarga hídrica.
A partir de esta experiencia, nuestro trabajo continuó en 2022, año en el que evaluamos afectaciones y necesidades en 109 comunidades rurales y detectamos 45 comunidades sin acceso al agua.
Para dar respuesta a ellas, hemos iniciado obras de captación de agua de lluvia así como de mejoramiento de redes locales de distribución. Además, hemos buscado soluciones basadas en la naturaleza que nos han permitido mejorar la vida de 2995 familias y asegurar unos 600 000 litros de agua. La construcción de ollas de captación fue una de las actividades en las que las personas locales más se involucraron, cubriendo así la demanda que existía para tener agua destinada a áreas de cultivo.
Para continuar nuestro trabajo en nuevos territorios en el mes de agosto de 2022 lanzamos una convocatoria para financiar subproyectos con enfoque en soluciones basadas en la naturaleza para la resiliencia hídrica en cuencas prioritarias de Sonora, Sinaloa, Jalisco, Tlaxcala y Puebla. Las propuestas deben considerar el fortalecimiento de la resiliencia de ecosistemas y la mejora de capacidades locales para gestionar los recursos de manera sostenible.
(*Artículo escrito por Luis del Olmo, comunicación en Ayuda en Acción).