¿Qué son los fenómenos meteorológicos extremos?
Los fenómenos meteorológicos extremos son eventos atmosféricos inusuales debido a su magnitud, dimensión o duración. Hay distintos tipos, ¿vemos algunos ejemplos?
- Olas de calor: ocurren cuando el calor extremo se prolonga durante varios días. Este fenómeno se ha vuelto cada vez más intenso y frecuente en la mayoría de las regiones del planeta.
- Olas de frío: al contario que el anterior, este fenómeno ocurre cuando las bajas temperaturas se alargan durante varios días.
- Ciclones tropicales: se han convertido en fenómenos meteorológicos cada vez más frecuentes. Su origen puede que esté vinculado con el aumento de la temperatura superficial del agua y cuando alcanzan las categorías de fuerza más altas tienen efectos destructivos allí por donde pasan.
- Sequías: la falta de precipitaciones es una realidad cada vez más presente. Regiones como el Cuerno de África se ven muy afectadas y, como consecuencia, muchas personas se ven forzadas a migrar a otros territorios y convertirse en refugiados climáticos.
- Lluvias torrenciales: las precipitaciones también pueden aumentar su intensidad, provocando la creación de tifones capaces de ocasionar inundaciones y crecidas fluviales muy destructivas.
¿Por qué se producen estos fenómenos meteorológicos extremos?
Los fenómenos meteorológicos aumentan su presencia cada año convirtiéndose en más frecuentes, prolongados e intensos. Pero, ¿por qué su presencia es cada vez más continua? El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) no tiene dudas y señala al principal culpable: el cambio climático.
El cambio climático se está convirtiendo en una amenaza cada vez más real para nuestro bienestar y nuestra salud y la del planeta. Los fenómenos meteorológicos extremos alcanzan valores nunca antes observados y aumentan al mismo tiempo que lo hace el calentamiento global. El ascenso de temperaturas se acerca de forma muy peligrosa a los 1,5 grados que el Acuerdo de París establecía como límite. Además, el año 2022 se posiciona como el quinto o sexto año más cálido desde que se tiene registro.
Necesitamos frenar este calentamiento global y, con ello, el cambio climático a través de pequeñas acciones individuales y de políticas que aporten soluciones innovadoras donde las comunidades estén en el centro de la acción. Si no actuamos, el mundo se va a enfrentar a peligros climáticos inevitables y la vida de millones de personas se va a ver muy afectada, así como sus medios de subsistencia.
Estas catástrofes afectan a la seguridad alimentaria, sanitaria, energética e hídrica de aquellos territorios en los que tienen lugar. Como consecuencia, cada vez son más las personas que tienen que migrar, porque el cambio climático ha hecho que sea imposible vivir en los territorios que habitan. En otras ocasiones, las poblaciones tienen que cambiar su forma de vida y de subsistencia para adaptarse a los cambios que han provocado el cambio climático y estos fenómenos meteorológicos extremos.
Desde Ayuda en Acción llevábamos a cabo distintos proyectos que tienen el objetivo de mitigar el cambio climático y sus efectos. Nuestras acciones abarcan desde proyectos de sensibilización y formación sobre el cambio climático, especialmente entre la juventud, hasta actividades de protección del medioambiente, como la preservación de los manglares en Honduras, y de adaptación y resiliencia climática, como la implantación de cocinas eléctricas con generación solar fotovoltaica en Uganda.