¿Sabías que en pleno siglo XXI hay 820 millones de personas que pasan hambre? A pesar de que se genera riqueza constantemente y tenemos un potencial agrícola para dar de comer a millones de personas, la seguridad alimentaria sigue siendo una asignatura pendiente. Si tienes dudas sobre qué es exactamente la seguridad alimentaria o quieres saber más sobre ella ¡estás en el lugar correcto!
¿Qué es la seguridad alimentaria?
Cuando escuchamos hablar de “seguridad alimentaria” podemos pensar que el concepto se refiere solo a la importancia de consumir alimentos que no sean dañinos para nuestra salud. Y no es que esto sea incorrecto, pero la definición va mucho más allá…
La seguridad alimentaria implica:
- Tener comida disponible
- Que haya un modo de conseguirla (por ejemplo, dinero para comprar alimentos)
- Que estos alimentos sean suficientes, inocuos y nutritivos para que nuestro cuerpo pueda conseguir la energía y nutrientes necesarios para tener una vida sana.
- Y, por último, pero no más importante, que esta situación sea estable y continuada en el tiempo, no una odisea marcada por la incertidumbre.
En conclusión, para la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la seguridad alimentaria se da cuando…
“… todas las personas tienen acceso físico, social y económico permanente a alimentos seguros, nutritivos y en cantidad suficiente para satisfacer sus requerimientos nutricionales y preferencias alimentarias, y así poder llevar una vida activa y saludable”
La FAO mide la inseguridad alimentaria utilizando la Escala de Experiencia de Inseguridad Alimentaria (FIES, por sus siglas en inglés):
El desafío de plantarle cara al hambre
La lucha contra el hambre y la malnutrición es un desafío global que parece caminar en círculos. A principios del siglo XXI, muchos países lograron reducir significativamente el número de personas que no comían lo suficiente. Sin embargo, las cifras del hambre llevan tres años subiendo y otras formas de malnutrición como la obesidad no dejan de crecer en todo el mundo, como alerta la FAO.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible buscan dar una respuesta internacional para desatascar esta preocupante situación. En concreto, el ODS 2 habla de acabar con todas las formas de hambre y desnutrición para 2030. Hace especial hincapié en que la infancia tenga una alimentación suficiente y nutritiva durante todo el año, así como en la importancia de promover una agricultura sostenible.
La seguridad alimentaria en cifras
El mundo ha entendido que plantarle cara al hambre es fundamental pero, ¿cómo llevamos esta tarea? Las cifras no son muy esperanzadoras:
El hambre afecta a más de 820 millones de personas en el mundo. En 2015 eran 785 millones.
- 1 de cada 9 personas está subalimentada, es decir, se va a la cama sin las calorías mínimas para su actividad diaria.
- Casi 8 de cada 10 personas que pasan hambre viven en zonas rurales.
- La mayoría de las personas que sufren hambre en el mundo viven en países en desarrollo, donde el 12,9% de la población está subalimentada.
- La inseguridad alimentaria afecta más a las mujeres. Si las mujeres agricultoras tuvieran el mismo acceso a los recursos que los hombres, la cantidad de personas que padecerían hambre en el mundo disminuiría hasta en 150 millones.
- La obesidad y el sobrepeso está provocando cuatro millones de muertes a escala mundial.
- El cambio climático es cada vez una amenaza más grave para las personas que padecen hambre y para las que están subalimentadas.
Ayuda en Acción y la seguridad alimentaria
En las zonas en las que estamos presentes, muchas de las familias viven en situaciones de subsistencia en las que ni siquiera pueden cubrir el coste de canasta básica. Hablamos de familias que no consiguen satisfacer sus necesidades más elementales y luchan a diario para disponer de alimentos.
Para hacer frente a estos obstáculos, llevamos a cabo proyectos de desarrollo integral que incluyen respuestas como:
- Fomento de la economía campesina: bancos de semillas, microcréditos…
- Programas de producción de alimentos para el autoconsumo y el mercado.
- Sistemas de prevención y respuesta a crisis alimentaria.
- Impulso de cooperativas, asociacionismo local, así como ferias y mercados locales.
- Formación a pequeños agricultores, sobre todo a mujeres. Ellas trabajan la tierra en muchos países, pero a menudo no tienen derechos sobre las mismas. El acompañamiento en la exigencia de sus derechos es una línea fundamental.
Además, en España contamos con un gran número de programas para cubrir las necesidades básicas de la infancia. Destacan las becas comedor, merienda y desayuno; así como las campañas de salud para fomentar los hábitos saludables.
Gracias al apoyo de más de 105 000 personas, en 2018 conseguimos:
- Que 7 438 niños y niñas mejoraran su situación de desnutrición
- El acceso de 14 445 familias a alimentos seguros
- Que 9 676 familias tuvieran acceso a agua segura
Como has visto, son cifras que necesitan seguir aumentado si queremos que la seguridad alimentaria sea una realidad global en 2030, ¿contamos con tu ayuda?