Ayudar se puede hacer de muchas formas: desde una pequeña aportación, la difusión de una acción solidaria o hasta la realización de un voluntariado corporativo. Este último es el caso de Clínica Baviera, una de las muchas empresas que llevan años comprometiéndose con Ayuda en Acción. Y es que, según los propios voluntarios, “deberían existir más propuestas como estas en nuestro país”.


Desde 2012 Clínica Baviera colabora con nuestro programa de apoyo a la infancia y a sus familias en España, cuyo objetivo es la lucha contra la pobreza y las desigualdades en nuestro país, a través de revisiones visuales a los alumnos y alumnas de los centros con los que trabajamos. De esta forma, contribuyen a detectar los problemas de visión de escolares atendidos por nuestro programa.


Gracias a este proyecto, cerca de 3.000 niños y niñas de distintas zonas de la geografía española han accedido a revisiones gratuitas de su salud visual. En Sevilla, 427 alumnos y alumnas de seis centros educativos han tenido la oportunidad de acceder a estos reconocimientos, al igual que en Bilbao, donde 27 escolares del colegio Elejabarri Lhi Zuzendaritza han disfrutado de las revisiones visuales durante el pasado mes de abril. En Asturias, desde el curso escolar 2014/2015, 56 menores también se han sometido a los exámenes y, en Galicia, los reconocimientos se llevaron a cabo en años anteriores en tres centros educativos que apoyamos: en total,  397 alumnos y alumnas tuvieron la oportunidad de examinar su salud visual en esta comunidad autónoma.


En el momento del cierre del curso escolar, tenemos la oportunidad de hablar con algunos de los verdaderos protagonistas de esta acción: las voluntarias y voluntarios que han querido que, con su tiempo y conocimiento, se detecten los problemas visuales de los escolares, contribuyendo a incentivar la igualdad de oportunidades y fomentar una educación que promueve valores.


Virginia, Loida, Ana, Laura, Carmen, Mario, Patricia y Rosa son algunos de los profesionales de Clínica Baviera que quisieron realizar un voluntariado que, según sus palabras, “muestra la capacidad de ayudar de las empresas, trasladando el trabajo habitual para apoyar a otros colectivos que lo necesitan”.


Virginia, Loida, Ana, Laura y Carmen desarrollaron el voluntariado en Sevilla. Mario, Patricia y Rosa, en Oviedo. Son el ejemplo de que con un poco de voluntad se pueden conseguir grandes cosas. “Este proyecto es una oportunidad para detectar de forma precoz problemas de visión, que pueden interferir en otros aspectos de la vida de los menores, en su aprendizaje, en su capacidad de juego o incluso dar lugar a pensar que tienen problemas de otro tipo por la falta de una visión adecuada. Esto pasa en todo tipo de familias, pero en los centros en los que hemos estado trabajando, debido a la complejidad de las situaciones socioeconómicas que nos encontramos, es especialmente importante detectarlo”, explican las voluntarias de la capital andaluza.


Pero ¿cómo llegaron a participar en una iniciativa como esta? “Clínica Baviera nos planteó esta posibilidad y nos ofrecimos voluntarias. No hay obligación, pero nos gusta hacerlo. En cualquier caso, asumimos esta labor de voluntariado como algo colectivo, de todos los compañeros y compañeras, porque quienes no vienen a los centros educativos asumen esos días doble carga de trabajo”, explican.


Y es que, según sus palabras, “realizar un screening en los cursos de primaria es muy importante para detectar problemas que hayan pasado desapercibidos los primeros años de vida del niño o patologías que aparecen cuando estos menores van creciendo. Además, en ocasiones se trata de familias que no siguen con tanta regularidad las visitas médicas preventivas y así les facilitamos este seguimiento y detectamos posibles anomalías”, continúan.


Esta iniciativa no sólo ha supuesto una satisfacción profesional, sino también personal. “Deberían existir más propuestas como estas en nuestro país. Además, ves que existe una realidad diferente a tu día a día. Una de las cosas que más nos ha llamado la atención es que la situación social y económica que vivimos afecta a los menores más de lo que creíamos”.


Los profesionales que realizaron el voluntariado en Oviedo también se muestran satisfechos con los resultados: “Es una iniciativa muy buena, que muestra la capacidad de ayudar de las empresas, trasladando el trabajo habitual para apoyar a otros colectivos que lo necesitan. Es estupendo ayudar a cuidar la salud visual de los niños y niñas que no tendrían fácil acceso de otro modo”, resuelve Patricia.


Rosa, por su parte, asume que experiencias de este tipo nos ayudan a “ser conscientes” de las situaciones que viven otras personas, especialmente, la infancia. Situaciones familiares que, a veces, son invisibles, tal y como Patricia indica. Para Mario, lo que más llama la atención es “la implicación del profesorado con el centro, con tanto cariño puesto en cada niño”.


Una experiencia gratificante en todos los aspectos: “Sólo con que a un menor le sirva de algo mi colaboración, ya vale la pena dar mi tiempo”, concluye Patricia.