Recuerdo aún la llamada de la Universidad de Alcalá de Henares, donde estudio, para comunicarme que había sido una de las personas elegidas para participar en uno de los programas de voluntariado en Oaxaca (México) de Ayuda en Acción. En mi cabeza se mezclaron emoción, dudas y muchas ganas de ir a conocer el trabajo que la organización desarrolla en ese lugar.


Y por fin llegó el momento del viaje: recuerdo la llegada y los primeros días un tanto desubicado. Reconozco que cuesta un poco adaptarse y conocer cómo funcionan las cosas en un contexto muy diferente donde vas dispuesto a dar lo mejor de ti. En mi caso, tenía experiencia trabajando con comunidades y diferentes poblaciones, pero al llegar al proyecto asignado para realizar mi voluntariado en México me dijeron: “Andrés, hemos visto tu perfil y nos gustaría que apoyaras más tiempo desde oficina”.


Mi trabajo de voluntariado desde oficina


Recibí este encargo por sorpresa, porque nunca había hecho algo así y eso fue un reto personal. Tuve la oportunidad de apoyar en el diseño gráfico de un libro que se distribuiría a comunidades, de realizar informes de pobreza en la región y de diseñar de juegos o apoyo para las capacitaciones, entre otras cosas. Ver el trabajo que una organización tiene detrás fue algo increíble. Esto me enseñó cómo organizaciones como Ayuda en Acción deben cuidar cada detalle hasta que la ayuda se convierte en una mejora en la vida de las personas.


En la oficina de Oaxaca tuve la oportunidad de visitar las comunidades, conocer un poco el día a día de las personas en aquellos pueblos con menos de 900 habitantes a siete horas de la ciudad. Todas ellas son personas con una calidad humana única y, sobre todo, personas que disfrutan y valoran mucho lo que tienen y, además, que siempre están dispuestos a dar más de lo que reciben.


Voluntarios internacionales de Ayuda en Acción también apoyan el trabajo en oficina. Clic para tuitear


Durante los meses de voluntariado en México conocí un país con una cultura muy rica en historia, en idiomas y en gastronomía.  México es mucho más que mariachis y tequila: sus sitios arqueológicos son impresionantes (y en Oaxaca hay muchos cerca), las fiestas de pueblo y las costumbres del día a día hacen de México un destino del que no te quieres ir.


Agradezco a Eecos Incide (la contraparte local de Ayuda en Acción) y todo su equipo por la gran acogida que tuve tanto yo como mis compañeros y compañeras que realizaban su voluntariado dentro del programa Juventud Vasca Cooperante.


De esta experiencia de voluntariado me llevo el deseo de seguir aportando y ayudando, de no dejar de trabajar por ayudar desde donde esté.



Cambia el mundo ayudando a otras personas a tener un futuro mejor.