Durante tres meses hemos podido vivir un voluntariado en terreno en México a través del Programa de Juventud Cooperante que el Gobierno Vasco en colaboración con Ayuda en Acción.


Nuestro destino concreto para hacer este voluntariado en terreno ha sido el Estado mexicano de Chiapas. Situado al sur del país, es uno de los Estados con mayores índices de pobreza y uno de los que cuenta con más población de origen indígena en todo el país.


Durante nuestra experiencia de voluntariado en terreno, fuimos alojados en un centro de voluntarios en la ciudad de San Cristóbal de las Casas. Esta ciudad colonial es conocida por tener una gran oferta cultural y por ser uno de los lugares más importantes del zapatismo.


Voluntariado en terreno: Programa Juventud Vasca


Durante los tres meses que duró nuestro voluntariado en terreno, colaboramos con Foro para el Desarrollo Sustentable, el socio local de Ayuda en Acción. Con ellos tuvimos la oportunidad de participar en diferentes proyectos y de conocer varias comunidades de la zona de los Altos de Chiapas, pudimos ver de primera mano la realidad que se vive en ellas. Se trata de una zona en la que se cultiva frijol y maíz para consumo propio y donde también se cultiva café para la venta al público, siendo esta es su principal fuente de ingresos. Nos explicaron cómo a raíz de una plaga que afecta a la planta del café y a la que no pudieron hacer frente debido a la falta de recursos, la producción de café ha disminuido de manera drástica en los últimos años; consecuentemente, sus ingresos económicos se han visto muy afectados.


La escasez de agua, un problema en Chiapas


Pudimos también comprobar cómo en su día a día tienen grandes dificultades para acceder a agua de calidad, lo que en numerosas ocasiones les obliga a trasladarse a varios kilómetros de distancia para recoger agua, debido a que el agua entubada muchas veces no llega.


Debido a esa escasez de agua, parte de los proyectos de Foro para el Desarrollo Sustentable que apoya Ayuda en Acción están destinados a mejorar el acceso a ese recurso. Durante nuestro voluntariado en terreno, tuvimos la oportunidad de colaborar en algunos de esos proyectos, concretamente en la creación de un manual para la construcción de tanques de ferro-cemento que sirvan para el almacenaje de agua de lluvia. Por otro lado, participamos también en la creación de una campaña radiofónica destinada a mujeres sobre el Derecho Humano al agua, además de trabajar con una cooperativa de cafeticultores en la creación de la marca para que puedan comenzar a comercializar café molido (hasta entonces vendían el grano antes de ser tostado).


Lo mejor de los meses que disfrutamos de nuestro voluntariado en terreno, sin duda fue conocer las comunidades, los indígenas que viven en ellas, poder hablar, compartir y recibir nuevos puntos de vista desde donde ver la realidad. Una experiencia inolvidable.