Trabajamos en Kenia para acabar con esta forma extrema de violencia de género. Contamos con una casa de acogida y varios dormitorios rescate para atender a las niñas que huyen de este y otros abusos. Además, como demuestra el testimonio de Caroline, la educación es una herramienta fundamental para prevenir la MGF, por lo que llevamos a cabo campañas de sensibilización en las escuelas. Están dinamizadas por clubs anti ablación en los que varias estudiantes de las escuelas utilizan cánticos, danzas, poesías y teatro para explicar a las comunidades la MGF y sus consecuencias.