¿Sabías que todavía el 49% de la población en el mundo no tiene acceso a internet? En la era de la información y la tecnología, la radio -con sus más de 100 años de antigüedad- sigue siendo el medio de comunicación por excelencia. Y es que ningún otro medio tiene su alcance y cobertura, siendo además el único al que la mayoría de la población puede acceder. La radio ha tenido (y tiene) un papel determinante en el desarrollo de las sociedades y sigue teniendo gran importancia en los países en desarrollo. ¡Te contamos las razones!
La radio como acceso a la información
Seguro que recuerdas algún momento histórico o importante para ti en el que la radio ha estado presente. Quizá fue el 23-F, el atentado de las Torres Gemelas, las últimas elecciones o ese partido en el que tu equipo ganó aquella ansiada copa. La radio, como medio de acceso a la información, está más presente en nuestras vidas de lo que pensamos y, a pesar de la llegada de la televisión y de internet, sigue gozando una salud de hierro.
Pero, ¿qué hace a este medio de comunicación tan especial?
• Es democrática. La radio no distingue de clases. Permite que cualquier persona, con independencia de su nivel educativo y socioeconómico, acceda a la información.
• Es de bajo coste: tanto de adquisición del aparato como de producción.
• Es inmediata. Esta quizá es una de sus características más notables ya que permite que la información llegue de forma rápida al oyente.
•Es flexible. Al necesitar solo uno de los sentidos, el receptor puede consumirla mientras está desarrollando otras tareas. También es móvil, y permite al oyente escucharla en cualquier lugar.
• Es creíble. Por delante de la televisión y la prensa escrita, es el medio de comunicación con mayor credibilidad.
• Sigue siendo el medio con mayor alcance. Permite llevar la información incluso a las comunidades más alejadas.
Pero la contribución de este medio de comunicación en las comunidades va más allá del acceso a la información. Es el caso de las radios comunitarias, organizadas en muchas ocasiones como entidades sin ánimo de lucro, que proliferan en todo el mundo y muy especialmente en Latinoamérica. Su principal misión es contribuir al desarrollo de la comunidad.
• La radio como altavoz. Se utiliza como un espacio de comunicación, de denuncia y de debate alternativo, donde se estimula y permite la participación de toda la sociedad. No discrimina, por lo que es accesible a toda la población, independientemente del nivel educativo de quien la escucha. Es el caso de la Radio Tepemechin, que impulsamos en Honduras y que centra su programación en la promoción de los derechos del pueblo tolupan, pero también en la defensa y protección de los recursos naturales del territorio, gravemente amenazados por la industria minera.
• Un potente transmisor de cultura. En la mayoría de los países en desarrollo la transmisión cultural es oral. Por ello, la radio se convierte en el medio más adecuado para preservar una lengua o preservar y dar a conocer una determinada cultura (a través de la música, las costumbres o la gastronomía).
• Importante herramienta de empoderamiento. Muy eficaz para dar voz a quien no la suele tener como son las mujeres, la infancia y adolescencia. En estos dos últimos grupos de población la radio es muy útil para desarrollar sus habilidades, pero también para empoderarles. Los niños, niñas y jóvenes se convierten en portavoces y en actores de cambio trasladando su opinión y puntos de vista sobre aquellos temas que les afectan. En Nealtican (México) desarrollamos un proyecto donde la juventud produce sus programas radiofónicos, que están teniendo un papel fundamental para la preservación de su lengua indígena. Gracias a ello, están rescatando y revitalizando el náhuatl, difundiendo la lengua de los aztecas en sus comunidades.
• Eficaz para prevenir y preparar a la población ante desastres. Ejemplo de ello fue el importante papel que desempeñaron las emisoras hondureñas en 1998 durante el huracán Mitch. Fueron las encargadas de coordinar las ayudas internacionales y en insuflar ánimo en la población afectada.
Las palabras racismo y xenofobia se usan a menudo como sinónimos. Sin embargo, aunque las dos hacen referencia a formas de intolerancia y discriminación contrarias al respeto de los derechos humanos, no significan lo mismo. ¿Conoces las diferencias entre xenofobia y racismo? Si no lo tienes del todo claro, ¡sigue leyendo!
Diferencias entre racismo y xenofobia
El 21 de marzo de 1960 la policía sudafricana abrió fuego y asesinó a 69 personas en la ciudad de Shaperville. ¿El motivo? Se manifestaban de forma pacífica contra las leyes del apartheid impuestas en Sudáfrica. Seis años después, la Asamblea General de Naciones Unidas escogió la fecha de la masacre deShaperville para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial. El objetivo de la efemérides era también pedir a la comunidad internacional mayores esfuerzos para eliminar todas las formas de discriminación racial.
La Asamblea General de Naciones Unidas proclamó entonces “el respeto universal y efectivo de todos los derechos humanos y de las libertades fundamentales de todos, sin distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión».
Hoy, más de 50 años después, este respeto a cualquier miembro de la sociedad no es una realidad universal ni efectiva. Pese a los avances, el racismo, la xenofobia y otras formas de intolerancia siguen presentes en el mundo. ¿Cómo eliminarlas de nuestra vida cotidiana? Como punto de partida, te proponemos conocer sus diferencias.
¿Qué es la xenofobia?
La palabra xenofobia proviene del prefijo griego xeno, que hace referencia a algo o alguien de origen extranjero; y el sufijo latino fobia, que indica rechazo o aversión. Así, la xenofobia significaría literalmente “rechazo al extranjero”. En principio, no tendría necesariamente connotaciones raciales o culturales, sino que basaría en el rechazo a cualquier persona por el mero hecho de no compartir la misma nacionalidad.
Según la Organización Internacional de las Migraciones, la xenofobia se emplea para designar “actitudes, prejuicios o conductas que rechazan, excluyen y, muchas veces, desprecian a otras personas, basados en la condición de extranjero o extraño a la identidad de la comunidad, de la sociedad o del país”.
¿Qué es el racismo?
El racismo, por su parte, es una actitud o ideología donde una raza o grupo étnico se considera superior a otra. Según el diccionario de la Real Academia Española, el racismo es la “exacerbación del sentido racial de un grupo étnico que suele motivar la discriminación o persecución de otro u otros con los que convive”, así como “una ideología o doctrina política basada en el racismo”.
La diferenciación racial entre los seres humanos tiene su origen en la conquista de América y la posterior esclavización masiva de personas para explotar los recursos del llamado Nuevo Mundo.
Otro periodo destacado fue la segregación racial que se vivió en Estados Unidos tras la guerra civil del país y contra la que lucharon figuras históricas como Martin Luther King o Rosa Parks, entre otras.
Pero si hay un sistema que ha marcado un antes y un después cuando hablamos de racismo es el régimen nazi. Establecido en Alemania entre 1933 y 1945, tuvo como principales víctimas a las distintas minorías étnicas del continente, especialmente a las personas judías, pero también a personas gitanas, homosexuales o presas de guerra, entre otras.
Otros regímenes racistas sobrevivieron hasta los años 90, como el Apartheid sudafricano, un sistema político desigual donde la población negra e india del país era fuertemente discriminada.
Xenofobia y racismo en la actualidad
Pese a los avances contra la discriminación racial y otras formas de intolerancia, aún queda un largo camino por recorrer. En diciembre de 2018, con motivo del centenario de la vida y legado de Nelson Mandela, la Asamblea General de la ONU emitía una resolución con varios recordatorios fundamentales:
Todos los seres humanos nacemos libres e iguales en dignidad en derechos
Todos y todas tenemos la misma capacidad de contribuir de forma constructiva al desarrollo y bienestar de la sociedad
Todas las doctrinas sobre la superioridad racial son científicamente falsas. Y añade: «moralmente condenables, socialmente injustas y peligrosas.
Cada vez más, octubre llega acompañado de brujas, calabazas y gritos de “truco o trato”. Odiada y querida a partes iguales, lo cierto es que la fiesta de Halloween se extiende como la pólvora por todo el mundo. Estés en el bando que estés, descubre el origen de esta tradición centenaria y cómo se celebra Halloween en Latinoamérica, una de las regiones donde trabajamos.
El Origen de Halloween
Para conocer el origen de Halloween o Noche de Brujas hay que remontarse a hace más de 2.000 años, cuando los celtas celebraban Samhain, una fiesta pagana relacionada con el solsticio de invierno. Para este pueblo guerrero, el año acababa el 31 de octubre. Esa noche, creían, la línea que separaba el mundo de vivos y muertos desaparecía y estos podían volver a la tierra.
Cuando el Imperio Romano invadió las tierras celtas, se apropió de esta actividad y cambió su significado. Más tarde, la Iglesia decidió convertirla en una fiesta cristina que seguramente te suene: el Día de Todos los Santos.
¿Y cómo llegó Halloween a Estados Unidos? La Gran Hambruna irlandesa del siglo XIX provocó que cerca de un millón de personas migraran al país norteamericano. A partir de ahí, la convivencia entre irlandeses católicos y el pueblo estadounidense hizo el resto: la gente comenzó a disfrazarse e ir casa por casa pidiendo comida o dinero. Fue así como se fueron forjando costumbres como el famoso trick or treat («truco o trato»), que perdura en la actualidad.
La fiesta de Halloween en Latinoamérica ¿en qué países se celebra?
La tradición más terrorífica del año no solo se queda en Europa o Estados Unidos. Cada vez son más los países de Latinoamérica que se suman a Halloween. Eso sí, esto no implica dejar de lado su celebración propia: el Día de los Muertos, que tiene lugar el 1 y 2 de noviembre y proviene de antiguas culturas indígenas como los purepachas, los aztecas o los mayas, entre otras. ¿Cómo se celebra Halloween en esta región? Cada país tiene sus peculiaridades, aquí van algunas de las más curiosas:
– El Día de los Muertos de México
El verdadero protagonista en México es el Día de los Muertos, una festividad indígena tan importante que incluso la UNESCO la ha incluido en su Lista de Patrimonio Cultural Inmaterial. Sin embargo, Halloween se abre paso cada vez más entre las calles mexicanas, que esos días se llenan de fiesta, color, comida –son muy típicos los tamales y el pan de muertos–, y altares dedicados a los seres queridos.
En Chile se mantiene la tradición de acudir al cementerio el 1 de noviembre para visitar a los familiares fallecidos y depositar flores sobre sus tumbas. Sin embargo, la noche anterior también hay espacio para disfrazarse y festejar, sobre todo entre los más pequeños.
– La Noche de Brujas en Colombia
La Noche de Brujas también ha calado en Colombia. No solo se decoran calles y comercios, sino que el pueblo colombiano disfruta especialmente con los disfraces, en los que de promedio se gastan 109.000 pesos (unos 28 euros) por persona.
– El Día de la Canción Criolla en Perú
En Perú, Halloween coincide con el Día de la Canción Criolla. Sin embargo, sobre todo los más jóvenes se visten con sus disfraces favoritos y celebran fiestas por todo el país muy similares a las que puedes encontrar en una película de Hollywood.
– Dos celebraciones en Ecuador
Como en Perú, en Ecuador surge un “conflicto de intereses” entre dos festejos. Por un lado, se celebra el Día del Escudo Nacional y, por otro, pocos se resisten a las calabazas y disfraces terroríficos.
¿Sabías que existen más 5.000 pueblos indígenas diferentes? Estamos hablando de muchas personas, nada más y nada menos que 370 millones. Sin embargo, sus derechos se han visto históricamente vulnerados, se encuentran entre las poblaciones más pobres del mundo y su diversidad y riqueza corren el peligro de desaparecer. Por suerte, cada vez hay mayores esfuerzos para evitarlo, como el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, una iniciativa promovida por Naciones Unidas a lo largo de 2019 que busca fomentar y proteger las lenguas indígenas y mejorar la vida de quienes las hablan. Descubre 6 cosas que no sabías sobre las lenguas indígenas:
Las lenguas indígenas se mueren
En el mundo hay casi 7.000 lenguas y unas 6.700 son lenguas indígenas. Aunque recogen una enorme riqueza de conocimientos, son un legado en extinción. La UNESCO calcula que un 40% están en peligro de desaparecer. De hecho, la misma organización advierte de que, a este ritmo, en menos de un siglo desaparecerán la mitad de las lenguas del mundo. Los factores que contribuyen a que los idiomas indígenas se apaguen son muchos y muy variados: conflictos políticos, pobreza, ausencia de reconocimiento legal, transmisión oral…
Puedes encontrarlas todas en este mapa
Desde hace varios años, la UNESCO cuenta con un Atlas de las lenguas del mundo en peligro que va actualizando conforme evolucionan. Este atlas, que puede consultarse tanto en versión impresa como en digital, busca sensibilizar a la clase política, las comunidades hablantes y el público en general de la necesidad de actuar para proteger la diversidad lingüística del mundo.
Son fundamentales para proteger la paz y el medio ambiente
Gracias a su diversidad, los pueblos indígenas son una gran esperanza para la humanidad. Son fieles guardianes de la naturaleza y la sostenibilidad; además, sus idiomas representan culturas, sistemas y valores fundamentales para fomentar el desarrollo, la paz y la reconciliación. Cada cultura, cada idioma indígena, es un tesoro a conservar por parte de toda la humanidad, tanto indígena como no indígena.
Sin ellas no hay desarrollo
Como ya hemos dicho, sin las lenguas indígenas, el mundo sería un lugar más pobre en todos los sentidos. Por eso, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, incorpora su protección como un requisito fundamental para conseguir “no dejar a nadie atrás”.
Estos son los países con más lenguas indígenas
Aunque las comunidades indígenas se distribuyen por más de 90 países, Brasil (241 lenguas indígenas), Colombia (83), México (68) y Perú (43) encabezan el ranking de aquellos con más lenguas indígenas.
Algunas cifras curiosas
7 millones de idiomas hablados en el mundo.
370 millones de personas indígenas en el mundo.
90 países en el mundo tienen comunidades indígenas.
5 mil diferentes culturas indígenas en el mundo.
680 idiomas en peligro de extinción.
560 lenguas indígenas se hablan en América Latina y El Caribe.
1 de cada 5 de las poblaciones amerindias ha perdido su idioma nativo en las últimas décadas.
El 15% de las personas más pobres del mundo son indígenas, aunque no llegan a ser el 6% de la población mundial.
¿Sabes qué significa Pytyvõ?
Aunque cueste pronunciarla, esta palabra tiene mucho valor para Ayuda en Acción: significa “ayuda” en guaraní, una lengua indígena que se habla sobre todo en Paraguay y también en algunas partes de Bolivia, Brasil y Argentina.
La promoción y protección de las lenguas indígenas es responsabilidad de todos y todas. Por eso, desde Ayuda en Acción Ñande ha’e Pytyvõhára (“somos ayuda” en guaraní) y trabajamos para mejorar la vida de las poblaciones indígenas y asegurar que nuestros proyectos de desarrollo contribuyan al empoderamiento y diversidad cultural de todas las personas.
La literatura centroamericana es rica en grandes escritores y escritoras que han tocado varios palos literarios y artísticos. Los cuentos y leyendas centroamericanas que encontramos, son sin duda una opción perfecta para que compartas con los más pequeños de la casa y así, abrirles una ventana a un mundo de paisajes coloridos, animales exóticos, y costumbres peculiares.
Miguel Ángel Asturias, aunque ya han pasado varios años de su muerte, es de fácil lectura y seguro lo pasarás muy bien compartiendo lecturas con tus hijos o hijas. Catalogado por algunos autores como “indigenista”, inspira sus escritos en la cultura maya. Militó también en las filas de los escritores latinoamericanos del realismo mágico y por tanto, los cuentos y las leyendas se entrelazan en sus escritos. Recomendamos Leyendas de Guatemala, El hombre que lo tenía todo, todo, todo y El espejo de Lida Sal. Por destacar uno de sus cuentos, te animamos a leer La Leyenda del Sombrerón, que además relata el nacimiento de una de las historias más populares de Guatemala. El cuento trata sobre el poder transformador de una inocente pelotita.
Otro de los grandes pilares de la literatura centroamericana es el nicaragüense Rubén Darío. Puede sonar a “antiguo”, pero doy fe que Cuento de Navidad consiguió mantener la atención de un grupo de niños y niñas a los que una vez conté esta increíble historia. Rubén Darío es uno de los máximos exponentes del modernismo castellano, formando parte de la generación del 98. Y para pregunta de Trivial: aparece como personaje en Luces de Bohemia y Max Estrella (un crack). Recomendamos Rubén Darío para niños.
Salvador Efraín Salazar Arrué, más conocido por su seudónimo Salarrué fue un artista salvadoreño. Trabajó en el campo de la literatura y las artes plásticas, pero ha sido su obra narrativa la más conocida de todas sus creaciones. Es muy curiosa la manera que tiene de escribir, respetando la manera de hablar que tienen en las zonas rurales de El Salvador. Recomendamos: Cuentos de barro y Cuentos de cipotes. Aunque de este último libro el título suene un poco mal, los cuentos son maravillosos.
A la literatura se le suma la música como forma de contar historias. Puedes escuchar y cantar la literatura centroamericana con tu hijo o hija. Mario Montenegro es uno de los pioneros de la canción infantil con su canción El Negrito Cuñú Cuñú. También es autor de poemas maravillosos como El caballito de palo.
En esta línea cabe destacar a La Luna y yo, un cuento cantado de la también nicaragüense Katia Cardenal que en su formato libro cuenta con ilustraciones Alvaro Borrasé Fernández. El hondureño Javier Abril Espinoza escribe novela, poesía y teatro, pero sus libros más conocidos son Cuentos para Niños y Niñas y Un ángel atrapado en el huracán, que trata sobre los huracanes en Centroamérica y sus consecuencias para la gente que vive en la región. Muy muy recomendable.
España es el único país en el que se comen 12 uvas mientras suenan las últimas campanadas del año. Así que, ¿te has preguntado alguna vez cómo celebran el año nuevo en otros países y culturas? ¿O cómo es vivir una Nochevieja en un clima cálido? Las tradiciones africanas, por ejemplo, están llenas de colorido, baile y música en la calle.
Fin de Año en Sudáfrica
Ciudad del Cabo recibe el nuevo año con unos espectaculares fuegos artificiales y multitud de turistas extranjeros dispuestos a disfrutar de la fiesta. Además de las melodías de las bandas navideñas, los ‘Malay Choirs’ llenan las calles de ritmos populares con aires de swin, y el sonido de los moppies, piezas de carácter jocoso similares a las chirigotas, que son parte fundamental de las tradiciones africanas de fin de año.
Pero la verdadera celebración en Ciudad del Cabo tiene lugar el 2 de enero. Ese día se celebra el llamado Tweede Nuwe Jaar, que significa «segundo año nuevo». ¿Y por qué en esa fecha? Porque antiguamente ese era el día en que, pasadas las celebraciones de sus señores, a los esclavos se les permitía por fin descansar y disfrutar de la llegada del nuevo año.
Hoy gran parte de la población desciende de aquellos esclavos, y el 2 de enero se ha convertido en una espectacular fiesta. Desde mediados del siglo XIX es el día de una de las tradiciones africanas más importantes de la zona, el‘Minstrel Carnival’, una celebración que toma su nombre de los antiguos espectáculos teatrales y musicales de Estados Unidos, en los que blancos con la cara pintada imitaban a los negros de forma jocosa. Desde la abolición de la esclavitud, los negros americanos empezaron también a participar en estos espectáculos y se convirtieron en un referente en Sudáfrica. Actualmente es un día de liberación y hermandad, lleno de color. Y miles de personas de todas las edades acampan en la calle para ver el desfile y disfrutar de la música.
En Johannesburgo, la última noche del año es una oportunidad para hacer borrón y cuenta nueva. En el barrio de Hillsboro se toman lo de empezar de cero bastante en serio, tienen una de las tradiciones africanas más curiosas: durante la noche de fin de año, tiran literalmente la casa por la ventana, lanzando los muebles y objetos viejos que no desean conservar en su vida en el nuevo año. Sin duda, es una peculiar manera de purificarse y atraer a la prosperidad. Aunque la verdadera fiesta de fin de año se concentra en Newton, el barrio cultural. Esa zona reúne los museos y restaurantes de moda, y es allí donde se encuentra, también, la enorme estatua de bronce dedicada a Nelson Mandela.
Tradiciones africanas de año nuevo en otras fechas
El pueblo brong llevaba más de 30 años sin celebrar su Año Nuevo, pero en 2017 Costa de Marfil volvió a recuperar el Adayé Kessié. Para ellos las celebraciones de Año Nuevo tienen lugar en octubre, tras la cosecha del ñame. Es entonces cuando el rey se reúne con los jefes de cada provincia y todos ellos son recibidos con cantos, vítores y ritos tradicionales. La celebración dura varios días, y una de sus tradiciones más llamativas es la danza de las mujeres desnudas. En esta cultura ellas son las que toman las decisiones (aunque su vida fuera del hogar es limitada) y estos bailes suponen uno de los momentos centrales de su vida pública. De hecho, según las tradiciones africanas de este matriarcado, durante su danza son capaces de hechizar a quien las ve.
Etiopía, por su parte, conserva el calendario juliano, de modo que el año nuevo o Addis Amet comienza para ellos en septiembre, tras la temporada de lluvias. Disfrutan de bailes y celebraciones al aire libre, las niñas recogen margaritas amarillas para regalar a sus madres y los hombres ponen antorchas en las casas para alejar la mala suerte.
Las tradiciones africanas en la mesa
La gastronomía africana es, como el propio continente, una mezcla de culturas. Buena parte de su herencia procede de Portugal y Holanda, pero en sus comidas encontramos también referencias a países como Malasia, Inglaterra o Alemania. De hecho, uno de los platos típicos de Sudáfrica es una salchicha picante conocida como Boerewors.
Pero en la gastronomía africana abundan también las carnes de ave, cordero o antílope, combinadas con arroz, frutos secos, verduras y especias. En Etiopía, los estofados de ternera son uno de los platos típicos de año nuevo. Y la carne suele servirse sobre injera, un pan muy fino de harina fermentada.
La combinación de arroz con legumbres es otra fórmula habitual en la gastronomía de África y el Caribe. Un sabor que los esclavos africanos llevaron consigo a las plantaciones de Estados Unidos y que todavía pervive. De hecho, el Hopin’ John, un plato originario de África occidental, es aún hoy una de las comidas tradicionales de año nuevo en el Sur de Estados Unidos. Es una receta cuyos ingredientes principales son el arroz y las alubias carillas o judías, símbolo del dinero y la prosperidad.
Como ves, las tradiciones africanas para recibir el año nuevo son muchas y muy variadas. Y en un continente tan extenso y con tal mezcla de culturas, aún tenemos mucho por descubrir. ¡Explora nuestro blog y conoce más sobre este maravilloso continente!
Poco sabemos de la mayoría de los grupos étnicos que vivían y viven en África antes del colonialismo europeo. Es más, poco sabemos sobre el continente hoy, pero ¿qué sabemos de su pasado? Es habitual que incluso nos preguntemos cuál es la historia de África antes de la Conferencia de Berlín que inició su ocupación militar; y hoy los grupos étnicos son parte de esa historia viva que se divide en 54 estados de reciente creación. Conoce un poco sobre la historia del continente africano y las principales tribus de África.
Un poco de historia de África
Suele decirse que, durante la Prehistoria, el origen se encuentra en África, ¿y después? Hay tres grandes periodos históricos: del año 3.000 ANE al 500 NE, cuando se da la caída de los grandes imperios de la Antigüedad, la Edad Media Africana (500 NE – 1.500 NE), que corresponde a la edad dorada —la expansión de la cultura bereber, la influencia árabe e islámica y el contacto con persas e indios— y la intervención europea que inició el rey portugués Enrique el Navegante a mediados del siglo XV.
Sin embargo, entre el auge y caída del Reino de Aksum (s. I – VII NE) y el aislamiento e inicio del empobrecimiento de las crisis iniciadas en el siglo XV, hay una rica historia en la que África resplandece: una historia obviada donde buena parte de su población escribe mucho antes que Europa, donde se hablan entre 2.000 y 5.000 lenguas en cuatro grandes familias lingüísticas, con miles de estilos arquitectónicos y artísticos y avances de ingeniería. Incluso en el siglo XVIII, el filósofo alemán Georg Hegel dijo: “Lo que entendemos propiamente por África es algo aislado y sin historia, sumido todavía por completo en el espíritu natural, y que sólo puede mencionarse aquí, en el umbral de la historia universal”. Pero Hegel estaba completamente equivocado.
Las tribus africanas más conocidas
La cultura africana es rica y diversa y, a menudo, también víctima de la simplicidad del pensamiento occidental. África equivale a tres veces Europa (incluida la Rusia al oeste de los Urales); son miles de años de historia, de civilizaciones, de imperios tan grandes como los europeos y de culturas, etnias y costumbres que aún hoy se conservan.
Es en los grupos étnicos donde podemos rastrear una parte del pasado vivo africano; comunidades originarias que ni tan siquiera coinciden con el país —algo que ha supuesto un grave problema en la época poscolonial debido al sentimiento de grupo y a las engañosas fronteras impuestas por Europa. Por esta razón, a menudo encontramos tribus entre naciones y otras ubicadas en varios países a la vez.
Algunas de las tribus más conocidas son:
#1. El pueblo zulú
Los zulúes están organizados en comunidades patriarcales y polígamas; el pueblo zulú se encuentra asentado hoy, principalmente, en la provincia de KwaZulu-Natal (Sudáfrica) con pequeños grupos ubicados también en Mozambique, Zimbabue y Zambia. Fundado en 1709, entre los siglos XVIII y XIX el Reino Zulú se extendió como monarquía a lo largo de la costa del Océano Índico desde el Río Tugela en el sur hasta el Río Pongola en el norte bajo el mando de Shaka Zulú, quien llegó a enfrentarse y a vencer en varias batallas contra el Imperio británico. En la actualidad, la danza zulú es uno de los rasgos culturales más famosos por su particular baile.
#2. Los tuareg
Los tuaregs son un pueblo nómada bereber conocido como los hombres azules del Sáhara por sus vestimentas. Se mueven en grandes grupos por el desierto, buscando en cada estación aquellas regiones más convenientes donde vivir. Practican el Islam por influencia histórica de Oriente, si bien se trata de un Islam que cuenta con creencias animistas no ortodoxas.
Tienen su propia escritura, el tifinagh, y su propio idioma, el tamashek, y han sido parte fundamental del comercio en el norte de África desde la Antigüedad. Hoy los avances en el transporte han terminado por sedentarizar a parte de su población.
#3. Masái
Los masái han mantenido cierta presencia en los medios por su cultura seminómada y el interés por sus tradiciones. En la actualidad, se dividen en 5 clanes entre Kenia y Tanzania con una población total de más de 800.000 personas. Antes de la colonización, los masáis eran un pueblo guerrero; sin embargo, hoy se dedican al pastoreo. Aun así, mantienen muchas de las tradiciones: el sistema político de ancianos, la circuncisión y la brutal ablación, contra la que muchos masái ya luchan.
Pero también hay tribus africanas que aún no conoces:
• La etnia himba (Kunene, Namibia)
El hogar de los himba se encuentra en la región de Kunene, Namibia; la región es de una aridez que no permite ningún tipo de actividad agrícola. Por eso, la etnia himba se dedican a la cría de ganado, conservando el estilo de vida tradicional. Los himba solo visten taparrabos, si bien adornan sus cuerpos con collares y brazaletes; en el caso de las mujeres, además, untan sus cuerpos de una mezcla de ocre, hierbas y manteca para protegerse del sol. Son monoteístas y su dios es Mukuru, divinidad que, tanto los himba como la etnia de los herero, creen que solo bendice.
• El pueblo hamer (Etiopía)
Los hamer viven al sur de Etiopía de la agricultura y la ganadería. Son polígamos, si bien la primera mujer es aquella que cuida de la familia (economía, educación, toma de decisiones, etc.). Los peinados femeninos son dignos de admiración: un curioso estilismo que se obtiene con barro rojizo y grasas animales.
• La etnia mursi (Etiopía)
También en Etiopía, los mursi, dedicados a la cría de ganado y la agricultura, mantienen una fuerte relación con las creencias animistas. Destacan las dilataciones con platos de arcilla en las orejas y los labios, así como su costumbre de pintarse el cuerpo varias veces al día para expresar sus estados de ánimo.
• Los exiliados Daasanach
En el Valle del Omo, también encontramos esta curiosa etnia etíope que se define por ser exiliados de otras comunidades. Su unión se debe a la búsqueda de apoyo y protección de unos y otros; son seminómadas dedicados al pastoreo que han cambiado parte de sus creencias con la llegada de los productos manufacturados, cuyos desechos reciclan para crear elaboradas pelucas: chapas, relojes de pulsera, horquillas y todo tipo de piezas de plástico y metal que convierten en decoración.
Como has podido comprobar, estas siete comunidades solo son un pequeño ejemplo de la diversidad de tribus que encontramos en África, y también un recordatorio de por qué no debemos generalizar ni seguir imaginándonos África como un continente uniforme y simple: si bien los africanos tienen un sentimiento de comunidad difícil de llevar a Occidente, ya hemos visto que su historia y su cultura es rica y diversa.
Desde el año 1994, se celebra el Día de los Pueblos Indígenas cada 9 de agosto. Hoy, en la Tierra, existen más de 5.000 grupos indígenas, cifras que se traducen en 370 millones de personas —aproximadamente un 5 % de la población mundial— que siguen sufriendo marginación, explotación, represión, persecución, tortura y asesinato.
A menudo, el robo de sus derechos los convierte en refugiados e incluso les obliga a abandonar su lengua, sus costumbres y su pueblo. La marginación les condena a carencias educativas, sociales, sanitarias y laborales; por todo ello, en Ayuda en Acción, llevamos varias décadas luchando por el respeto de todos los pueblos del mundo, el respeto a la cultura y la conservación de una identidad propia, y de estas aspiraciones junto a muchas otras nace la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, y antes, el Convenio 169 de la OIT y la Convención 107.
Entendiendo el derecho indígena
Definimos el derecho de los indígenas como el reconocimiento colectivo de los derechos colectivos de un pueblo natural de una región, donde se incluyen los derechos humanos, así como también el derecho a su propio idioma, su cultura, religión y el territorio que, tradicionalmente, había habitado su pueblo; en especial esto último tiene una gran relación con el colonialismo y la invasión de la tierra en épocas anteriores y en la justa retribución actual para la pervivencia de los pueblos originarios, de su cultura, su forma de pensamiento y su perspectiva del mundo.
Probablemente, el ejemplo más recurrente es el de los nativos de Norteamérica, pero esta es una realidad que también se ha dado en Centroamérica y Sudamérica, así como en Australia y Nueva Zelanda, África y en cualquier latitud: en Asia, los pueblos akha, karen, hmong, judíos, palestinos y kalbelya; en África, los senufo, los tuareg, los pueblos bamba, peul o fulani y los masái; y muchos otros, como el pueblo rom o romaní y los armeníos, en Europa, o los menonitas, navajos, mayas, mapuche, pijao y decenas de pueblos amerindios en América.
En cualquier caso, resulta complejo generar una fórmula que acoja todas estas identidades con relaciones muy distintas tras la colonización de los extranjeros; entendiéndose siempre que los pueblos indígenas han sufrido injusticias históricas e intentando reparar esta situación desde, por lo menos, mediados del siglo XX, cuando la OIT publicó el primer Convenio sobre poblaciones indígenas y tribales: el Convenio C107. Al tratarse de un documento ampliamente superado, hoy nos centraremos en las dos grandes herramientas que lo han sucedido: el Convenio 169 de la OIT y la Declaración sobre los Derechosde los Pueblos Indígenas.
El Convenio 169 de la OIT
En 1989 se publicó y ratificó el Convenio 169 de la OIT por 22 países el principal instrumento para la defensa de los derechos de los pueblos indígenas hasta la fecha; a diferencia del Convenio 107, su fuerza radica en la defensa de los pueblos indígenas como sociedades permanentes, el respeto a la diversidad étnica y cultural frente a la integración de estos pueblos por la que apostaba el C107 y el reconocimiento de derechos de carácter tanto individual como colectivo, frente a los derechos únicamente de carácter individual de su predecesor.
Mirando al futuro: la Declaración de las Naciones Unidas
Finalmente, el 13 de septiembre de 2007 se aprobó la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU con 144 votos a favor, 4 países en contra y 11 abstenciones. Posteriormente, Australia, Nueva Zelanda, Canadá y EE. UU. modificarían su voto en contra y también apoyarían la declaración. Se trata, pues, de una de las declaraciones más importantes del desarrollo internacional de las normas jurídicas y un gran avance para cientos de poblaciones indígenas en todo el mundo.
La declaración se puede consultar en línea en la página web de las Naciones Unidas. A grandes rasgos, representa el largo camino de los pueblos indígenas por alcanzar un estatus de igualdad institucional y a todos los niveles que asentó sus primeras bases en el Convenio 107 y que, en el año 2000, integró en la ONU el Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indígenas (WGIP), el fortalecimiento de la cooperación internacional en el derecho indígena y, por último, la adopción de una declaración propia de derechos para estos pueblos.
La Declaración de los Pueblos Indígenas de 2007 ratifica sus derechos a la identidad, cultura, idioma, empleo, salud, educación y otras cuestiones, pero, sobre todo, marca un punto de inflexión ofreciendo un marco compartido a través del que mejorar situaciones concretas que choquen entre las políticas de estado y los derechos de los pueblos.
Las grandes victorias del derecho de los pueblos indígenas
En la actualidad, los pueblos indígenas tienen un documento que afirma y ratifica en sus disposiciones más importantes que:
1. […] disfrute pleno de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales reconocidos en la Carta de las Naciones Unidas, la Declaración Universal de Derechos Humanos (art. 1)
2. Libres iguales a todos los demás pueblos (art. 2); libre determinación para perseguir su desarrollo económico, social y cultural (art. 3); autonomía y autogobierno en cuestiones relacionadas con asuntos internos y locales (art. 4).
3. Tienen derecho a conservar y reforzar sus propias instituciones políticas, jurídicas, económicas, sociales y culturales […] a participar plenamente, si lo desean, en la vida política, económica, social y cultural del Estado (art. 5)
4. Los pueblos indígenas tienen el derecho colectivo a vivir en libertad, paz y seguridad […] y no serán sometidos a ningún acto de genocidio ni a ningún otro acto de violencia, incluido el traslado forzado de niños del grupo a otro grupo (art. 7)
La Declaración de los Pueblos Indígenas cuenta con 46 artículos que aseguran un mejor futuro para los pueblos, y también para el mestizaje y la cultura en la era de la globalización. En Ayuda en Acción creemos que ese es el camino: el respeto de los pueblos y el aprendizaje de todas las formas de pensamiento que existen en el planeta.
De los veintiún países en los que trabaja Ayuda en Acción, Colombia es una de las naciones con un mayor número de comunidades indígenas en Latinoamérica.
Si bien en cifras (1,2 millones de personas) sus cifras están alejadas de las de México (4,4 millones) y el Perú (3.2 millones) y más cercanas a países como Bolivia (1,5 millones), el vínculo especial que mantiene nuestra ONG con Colombia nos ha demostrado que las poblaciones indígenas colombianas son, muy a menudo, de las más desconocidas del continente.
Así pues, nos hemos decidido a dedicar un artículo detallado a las 102 comunidades indígenas colombianas, conscientes de que no podremos hablar de todas ellas, pero sirviéndonos de este blog para que conozcas un poco más la rica cultura de esta nación entre Perú, Venezuela y Ecuador.
Historia de las comunidades indígenas colombianas
No fue hasta la ratificación de la Constitución Política de Colombia de 1991 cuando se reconoció la multiplicidad étnica del país y se permitió a las comunidades indígenas participar en la vida pública y política de Colombia, permitiendo su entrada en el Congreso de la República.
En la práctica, Colombia arrastra un grave problema de desatención de los pueblos originales que todavía necesitará de años para encontrar una solución contra la marginación y a favor de la inclusión social plena, para seguir luchando contra la distintividad de sus pueblos, el derecho a su propia cultura y tradición, las mejoras sociales y económicas en un marco de abuso, saqueo y explotación de las minorías y el derecho preferencial que permita resarcir a estas comunidades indígenas de todo lo perdido a lo largo de décadas y siglos.
Hoy, Colombia se enfrenta a tres grandes retos en relación con los pueblos indígenas:
1. Intercambios culturales que abandonen la integración total frente al reconocimiento, respeto y defensa de la diversidad étnica y cultural.
2. Servicios centrados en zonas urbanas que abandonan, parcialmente, las zonas rurales donde vive un gran porcentaje de estos pueblos.
3. Saqueos, expolios y violencia por parte de grupos armados ilegales y falta de control del Estado en territorios indígenas.
Asimismo, en el cálculo de las poblaciones indígenas en Colombia se suma un nuevo factor que ha quedado lejos del control de los gobiernos y que ha sido ampliamente criticado por las comunidades: los gobiernos no incluyen en sus cifras a indígenas que hayan migrado a las ciudades en busca de mejores oportunidades, los censos oficiales de muchos países tienden a reducir el tamaño de sus poblaciones indígenas apoyando la tesis de «ladinización«, es decir, el proceso de transculturación de un indígena a la cultura predominante.
La defensa de las comunidades indígenas en Colombia
Colombia, sin embargo, ha iniciado un largo viaje por la defensa de sus tribus más representativas, tratando de preservar los aspectos culturales de los pueblos wayú, arhuaco o emberá, entre otros, de los que vamos a hablar a continuación con más detalle.
El pueblo wayú: entre Colombia y Venezuela
El pueblo wayú vive en la península de Guajira, una de las zonas más septentrionales de Sudamérica, y representan el 20 % de la población indígena en Colombia, si bien más de un 50 % de su población vive en Venezuela. Los wayuus o guajiros hablan casi en su totalidad wayuunaiki como lengua materna y un 32 % de los mismos también habla castellano. Sus raíces se encuentran en los pueblos arawak que llegaron a la región alrededor del 150 ANE y su organización se da en clanes patriarcales que practican la poligamia y refuerzan los matrimonios mediante acuerdos políticos y económicos entre las familias.
En las tierras altas, los pastos o nariños
Entre las comunidades indígenas más extensas en Colombia se encuentran también los pastos (55.739 personas), quienes no conservan su dialecto debido a los continuos intercambios culturales. Los pastos fueron la tribu más numerosa de la zona interandina de Nariño, una sociedad agraria con una gran espiritualidad unida a la tierra; entre los rituales principales de la comunidad se conserva la guayusa chapil, un hervido tradicional que permite a sus miembros un contacto más directo con la naturaleza.
Los dispersos emberá o chocó
El carácter más expansivo y disperso, tanto por línea paterna como materna, para forjar alianzas con otros grupos ha permitido a los emberá preservar una población de más de 68.000 entre Colombia, Panamá y Ecuador.
Los emberá, o chocó en Colombia, viven en parcelas construidas a lo largo del caudal del río Curiche, aunque otras familias de la comunidad también habitan zonas de montaña, de selva y mar; tienen su propia organización social, centrada en la caza y la pesca y han preservado su lengua: el waunaan. Sin embargo, quizá lo más interesante sea su visión cosmológica: el jaibanismo, que considera prioritario el contacto con los espíritus o jai del agua (Dojura), los espíritus madre de animales y plantas (Wandra) y los jai de animales selváticos, que consideran transformaciones del espíritu de los humanos que han fallecido (Antumiá).
Otras comunidades indígenas en Colombia
Aunque el gobierno colombiano ya reconoce 87 grupos indígenas distintos, la Organización Nacional Indígena de Colombia mantiene que hay 102 comunidades distintas. En 2005, se contabilizó a casi 1.400.000 personas indígenas: es decir, el 3,5 % de la población del país. Otras comunidades destacadas son los pueblos guambinos, agricultores organizados en grupos domésticos patrilocales, los arhuacos, que han abandonado en gran parte la agricultura tradicional por la producción de café, así como los uitoto o los pueblos amazónicos ticuna y nukak maku.
Sus poblaciones varían entre unos cientos de individuos y decenas de miles, pero cualquiera de estas comunidades indígenas en Colombia guarda una historia, una visión del mundo y una cultura que en Ayuda en Acción creemos que es digna de ser preservada y empoderada como parte de nuestro conocimiento como especie y por derecho propio de los pueblos.
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28004, Madrid (en adelante "Ayuda en Acción"). Se entienden por datos personales aquella información
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personales, haciendo uso para ello de medidas de seguridad técnicas y organizativas apropiadas y
adecuadas:
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Ayuda en Acción, como responsable del tratamiento, se preocupa por el cumplimiento de las obligaciones
legales en materia de protección de datos de carácter personal, en especial, cumpliendo con nuestras
obligaciones de información. Además, estamos a su disposición para cualquier consulta o inquietud que le
pueda surgir al respecto.
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lopd@ayudaenaccion.org o por correo postal enviando una comunicación dirigida al Responsable de Datos
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o necesidad que tenga en materia de protección de datos personales.
II- FINALIDADES DEL TRATAMIENTO Y LEGITIMACIÓN
A los efectos de lo previsto en el Reglamento 2016/679 del Parlamento Europeo y del Consejo de 27 de
abril de 2016 relativo a la protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de
datos personales y a la libre circulación de estos datos y por el que se deroga la Directiva 95/46/CE
('RGPD'), le informamos que Ayuda en Acción tratará los datos de carácter personal que nos haya
facilitado para las siguientes finalidades y bajo la base legal que le detallamos a continuación:
Si usted es...
Finalidad para la cual tratamos sus datos personales
Base legal para tratar sus datos personales
Candidato (demandante de empleo)
Gestionar el proceso de selección al que ha optado y así poder evaluar su candidatura, así como para otras que pudieran abrirse en el futuro.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente, a excepción de Perú en cuyo caso se requiere su consentimiento para el tratamiento de sus datos personales.
Contraparte
Asegurar el conocimiento de la contraparte con la que Ayuda en Acción colabora, puesto que será la que nos ayudará a implementar nuestra intervención en el territorio.
Cumplir nuestras obligaciones legales.
Destinatario de nuestra intervención (beneficiario/a mayor de edad)
Identificar a los destinatarios de nuestra intervención para adecuarla a las necesidades y contexto en el que operamos, así como llevar a cabo acciones de sensibilización y rendir cuentas a nuestros grupos de interés con fines formativos y/o de promoción de nuestra actividad.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente. Su consentimiento para el tratamiento de sus datos personales, en los siguientes casos excepcionales: i) cuando se levanten testimonios que incluyan datos sensibles, y/o ii) cuando se transmitan los datos personales de beneficiarios/as de nuestro programa de Acción Social en España a colaboradores, financieras y/o agencias de medios basados fuera de España y/o la Unión Europea y que no ofrezcan un nivel adecuado de protección en materia de privacidad y protección de datos personales.
Destinatario de nuestra intervención (beneficiario/a menor de edad)
Ídem al caso anterior. En el caso de niños/as apadrinados/as también sería gestionar y administrar su vinculación al programa de Vínculo Solidario de Ayuda en Acción.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente. Su consentimiento para el tratamiento de sus datos personales, otorgado por su padre/madre/tutor legal, en el caso de niños/as apadrinados/as.
Embajadores (prescriptores)
Gestionar y administrar los embajadores de Ayuda en Acción, esto es, gestión de viajes y colaboración de los mismos.
Sensibilizar y rendir cuentas sobre las actividades desarrolladas por Ayuda en Acción.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente.
Empleado/a
Gestionar y administrar los recursos humanos de Ayuda en Acción, esto es, pago de salarios y beneficios sociales, cobertura del seguro médico y/o de accidentes, gestión de vacaciones y ausencias, vinculación y promoción interna, entre otros.
Acreditar tu condición como empleado/a en términos de idoneidad y honorabilidad.
Sensibilizar y rendir cuentas sobre las actividades desarrolladas por Ayuda en Acción.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente, así como aquellas vinculadas al ámbito de la seguridad y protección social, al ámbito laboral y legal, y disponer de medidas necesarias con fines de medicina preventiva o laboral y evaluación de la capacidad laboral de nuestros empleados/as.
Empresa colaboradora
Rendir cuentas sobre su colaboración.
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Interesado/a
Compartirle información institucional, incluso a través de correo electrónico, para mantenerte actualizado sobre nuestras actividades.
Su consentimiento para el tratamiento de sus datos personales.
Informante y/o afectado (denuncia)
Gestionar las denuncias interpuestas a través del canal de denuncias.
Cumplir nuestras obligaciones legales.
Informante (consulta, sugerencia y queja)
Gestionar las consultas, sugerencias y quejas recibidas a través de los canales de comunicación habilitados.
Cumplir nuestras obligaciones legales.
Miembro del Patronato o Consejo Asesor
Gestionar su nombramiento como miembro del órgano al que pertenece, así como facilitar el buen funcionamiento del mismo.
Acreditar su condición como miembro del Patronato o Consejo Asesor en términos de idoneidad y honorabilidad.
Publicar su trayectoria profesional en la Web.
Sensibilizar y rendir cuentas sobre las actividades desarrolladas por Ayuda en Acción.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente, así como cumplir nuestras obligaciones legales.
Proveedor
Gestionar y administrar la gestión de proveedores de Ayuda en Acción, esto es, pago de facturas.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente.
Socio/a
Gestionar su vinculación como socio/a, esto es, tramitar sus donativos, enviar las certificaciones tributarias, conocer su grado de satisfacción, fidelizar su compromiso mediante incrementos de donativos o participación en acciones concretas, entre otros.
Compartirle información institucional, incluso a través de correo electrónico, para mantenerle informado sobre nuestras actividades.
Dar a conocer la labor de nuestros socios/as, así como sensibilizar y rendir cuentas sobre las actividades desarrolladas por Ayuda en Acción.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente.
Tercero que da de alta a un(a) socio/a
Gestionar incidencias que pudieran surgir con la vinculación del/de la socio/a.
Su consentimiento para el tratamiento de sus datos personales.
Voluntario/a
Gestionar y administrar el voluntariado de Ayuda en Acción.
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Dar a conocer la labor de voluntariado, así como sensibilizar y rendir cuentas sobre las actividades desarrolladas por Ayuda en Acción.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente, así como cumplir las obligaciones vinculadas al ámbito de la seguridad y protección social.
En algunos casos, trataremos datos personales en relación con su imagen, para lo que se recabará su
consentimiento cuando así se considere necesario y el tratamiento no se encuentre amparado en ninguna de
las anteriores finalidades y bases legales.
Ayuda en Acción pone en su conocimiento que en caso de ser usuario de nuestro website podremos crear un
archivo automatizado con los datos personales que a través del mismo nos proporcione, los cuales podrían
ser utilizados con la finalidad de efectuar estadísticas, la gestión de incidencias o la realización de
estudios de mercado, entre otras actividades. Dicho tratamiento se basará en los intereses legítimos de
Ayuda en Acción.
La no cumplimentación de ciertos datos de carácter personal nos impedirá prestar todos aquellos
servicios para los que dichos datos sean necesarios.
III- PLAZO DE CONSERVACIÓN DE LOS DATOS
Conservaremos sus datos personales durante el tiempo necesario para el cumplimiento de las finalidades
descritas anteriormente en función de las bases jurídicas que habilitan el tratamiento. Sin perjuicio de
lo anterior, la conservación también se efectuará por el periodo que resultase necesario para la
formulación, el ejercicio o la defensa de potenciales reclamaciones y/o siempre que lo permitiese la
legislación aplicable. En este último supuesto, sus datos personales sólo serán tratados a efectos de
acreditar el cumplimiento de obligaciones legales o contractuales a las que estamos sujetos.
IV.- DESTINATARIOS DE LOS DATOS
En ningún caso comunicaremos, explotaremos tus datos personales o los destinaremos a un fin distinto del
detallado anteriormente. Cabe mencionar que los datos podrán ser comunicados a los empleados y
colaboradores de la Fundación AYUDA EN ACCIÓN que necesiten conocer información sobre usted para llevar
a cabo labores relacionadas con las finalidades indicadas anteriormente.
Con este fin, le informamos que sus datos personales podrán ser transferidos a otras oficinas de la
Fundación AYUDA EN ACCIÓN, las cuales aplicarán las mismas medidas de seguridad técnicas y organizativa
para garantizar el tratamiento adecuado de sus datos personales. En el supuesto de que desee apadrinar a
niños/as residentes en México, le informamos que sus datos serán comunicados para gestionar su
apadrinamiento a la entidad Ayuda en Acción de México Asociación Civil, la cual dispone de garantías
suficientes.
Algunas organizaciones que colaboran con Ayuda en Acción, tales como agencias de medios de comunicación,
agencias de viajes, o financieras, entre otras, pueden tener acceso a los mismos como encargados de su
tratamiento, para que así podamos llevar a cabo nuestra labor. En ocasiones este tercero puede
encontrarse en países situados fuera del Espacio Económico Europeo que no ofrecen un nivel de seguridad
adecuado de acuerdo al RGPD. En estos casos, firmamos un contrato por escrito entre ambas partes en el
que se incluyen las cláusulas contractuales tipo según estándares aprobados por la Comisión Europea para
la transferencia de información personal fuera del Espacio Económico Europeo. En todo caso, la
transferencia, la conservación y la gestión que realicemos de su información personal seguirán
rigiéndose por la presente Política de Privacidad.
Igualmente le informamos que los datos relativos a su aportación serán comunicados a la Agencia
Tributaria con la finalidad de tramitar sus beneficios fiscales, así como a aquellas otras autoridades
de control que nos soliciten sus datos siempre que se respeten todos los preceptos previstos legalmente.
V.- TUS DERECHOS
Ayuda en Acción le informa sobre la posibilidad que te asiste de ejercitar los derechos de acceso,
rectificación, supresión, portabilidad y limitación del tratamiento de los datos personales que tenemos
recogidos.
De manera adicional, tendrá el derecho a oponerse al tratamiento de sus datos personales en los
supuestos recogidos en la normativa de protección de datos aplicable.
Dichos derechos podrás ejercitarlos, por ti mismos o por quien te represente, mediante solicitud escrita
y firmada dirigida al Responsable de Datos Personales de Ayuda en Acción, a través de:
Dicha solicitud debe contener los siguientes datos: su nombre y apellidos, domicilio a efectos de
notificaciones, fotocopia de tu Documento Nacional de Identidad o Pasaporte, y petición en que se
concreta la solicitud. En el caso de representación, deberá probar la misma mediante documento
fehaciente. Para enviar esta solicitud puede hacer uso de los modelos puestos a disposición por parte de
la Agencia Española de Protección de Datos, los cuales pueden ser firmados electrónicamente.
Además de los anteriores derechos, en caso de que sea la base jurídica del tratamiento de sus datos
personales, también tiene derecho a retirar el consentimiento otorgado en cualquier momento mediante el
procedimiento más arriba descrito, sin que dicha retirada de consentimiento afecte a la licitud del
tratamiento anterior a la retirada del mismo, y sin que en ningún caso condicione el tratamiento de
datos personales efectuado en virtud de otra base legal. Ayuda en Acción podrá continuar tratando sus
datos personales en la medida en que la ley aplicable lo permita.
En general, respondemos las solicitudes en el plazo de un mes, aunque según la complejidad y el número,
se podría prorrogar el plazo otros dos meses más, en cuyo caso se lo notificaremos.
Finalmente, te recordamos que tienes derecho a presentar una reclamación ante la autoridad de control
pertinente.
VI. MODIFICACIONES A LA POLÍTICA DE PRIVACIDAD
Ayuda en Acción se reserva el derecho de modificar su Política de Privacidad de acuerdo con la
legislación aplicable en cada momento. En todo caso, podrá consultar cualquier modificación de la
Política de Privacidad en nuestra página Web.
Política de Privacidad
La presente política de privacidad (en adelante, la "Política de Privacidad") aplica a todos los datos de
carácter personal que aporte a la Fundación AYUDA EN ACCIÓN, con domicilio en Calle Serrano Anguita 13, Impact Hub Barceló
28004, Madrid (en adelante "Ayuda en Acción"). Se entienden por datos personales aquella información
sobre una persona física que permite su identificación, de forma directa o indirecta.
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Socio/a
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