Las migraciones constituyen un fenómeno histórico por el que las personas abandonan su hogar para mejorar sus vidas. Cada 18 de diciembre, Día Internacional de las personas migrantes, recordamos que migrar es un derecho. Sin embargo, ejercerlo está lleno de obstáculos. La pandemia es uno de ellos. Conoce cómo la COVID-19 está afectando a las migraciones y descubre algunos de nuestros proyectos sobre movilidad humana.
COVID-19 y migraciones
Desde el inicio de la pandemia, organismos como la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), ya lo advertían: las personas migrantes son uno de los grupos de población más vulnerables ante la pandemia. ¿Cómo está afectando la COVID-19 a las migraciones? Aquí tienes algunos ejemplos:
Migrantes sin salida: la OIM calcula que hay al menos 2,75 millones de personas atrapadas por las limitaciones de movilidad causadas por la COVI-19. En general, son personas que intentan volver a su país de origen. Muchas se quedan sin acceso a servicios de salud y corren un mayor riesgo de abuso y explotación por parte de mafias y traficantes.
Mayor riesgo de contraer el virus: la dificultad de ejercer las medidas de distanciamiento social en los países de tránsito y de destino implica que las personas que tratan de emigrar de manera irregular corran un mayor riesgo de contagiarse.
Remesas y seguridadalimentaria: para finales de 2021, al menos 33 millones de personas más pasarán hambre en todo el mundo debido a la disminución de remesas por la crisis económica de la COVID-19. La ONU asegura que la caída de estos envíos ya se siente en Centroamérica. En el Corredor Seco, por ejemplo, un 78% de los hogares dependen de las remesas para sobrevivir o complementar sus ingresos y así comprar alimentos o mejorar la agricultura familiar.
Más del 80% de las personas refugiadas del mundo y casi todas las desplazadas internas están viviendo en países en desarrollo. Se trata de países con menos recursos para hacer frente a la pandemia, como centros de salud o material médico, por ejemplo.
En Ayuda en Acción trabajamos por los derechos de las personas que buscan un futuro mejor en otros lugares. Conoce algunos de los proyectos donde generamos oportunidades para las personas migrantes, refugiadas o desplazadas.
Albergues para migrantes en México
La frontera entre México y Estados Unidos es la más peligrosa del continente para las personas migrantes. Junto a la Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo, trabajamos en varios albergues de México junto a la población refugiada, en tránsito y de acogida. En total, apoyamos a más de 30.000 personas, con especial foco en quienes han sufrido violencia de género. El proyecto incluye acciones como la cobertura de necesidades básicas, el apoyo psicológico, el asesoramiento legal sobre sus derechos o las actividades de sensibilización.
Respuesta a la crisis de desplazamientos en Mozambique
En la provincia de Cabo Delgado, al norte de Mozambique, se vive una grave crisis humanitaria derivada de la violencia causada por grupos armados autodenominados insurgentes. Unas de 435.000 personas han tenido que huir de sus hogares para salvar sus vidas. Más de la mitad son niños y niñas. Nuestro equipo en terreno trabaja sin descanso para hacer frente a un duro escenario al que también hay que sumar los impactos de la COVID-19 y el ciclón Kenneth. Asegurar el acceso a agua, higiene y saneamiento es una de nuestras prioridades. Por ejemplo, habilitamos puntos de lavado de mano o letrinas, siempre prestando especial atención a mujeres, niños, niñas y personas mayores, pues presentan una mayor vulnerabilidad en momentos de crisis.
Apoyo a población venezolana en Ecuador
La Organización Mundial de las Migraciones calcula que hay más de cinco millones y medio de personas venezolanas refugiadas o desplazadas por las diversas crisis que vive el país latinoamericano. En enero de 2021, comenzaremos un proyecto junto a la Sociedad de Ayuda al Inmigrante Hebreo (HIAS) y al Comité Internacional para el Desarrollo de los Pueblos (CIPS) para fomentar la inclusión económica de personas migrantes y refugiadas venezolanas en Ecuador. La intervención se realiza en este país porque es el cuarto país de América del Sur con mayor población venezolana, solo superado por Colombia, Perú y Chile.
Durante tres años, trabajaremos para apoyar a 2.700 personas mediante actividades como el apoyo a los emprendimientos, el fomento de la generación de ingresos o el impulso de la cohesión social.
Alliance2015 y migraciones
En Alliance2015, la red de ONG europeas de cooperación y ayuda humanitaria de la que formamos parte, también desarrollamos proyectos sobre migraciones. Por ejemplo, desde Ayuda en Acción formamos parte junto con ACTED y CESVI de un proyecto humanitario regional para apoyar a más de 74.000 personas venezolanas en Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.
Ahora ya sabes un poco más sobre cómo la COVID-19 está afectando a las migraciones en todo el mundo. No pierdas de vista nuestro blog para seguir conociendo cómo trabajamos desde Ayuda en Acción para que, tanto antes, como durante y después de la pandemia, migrar sea un derecho y no una obligación.
La emergencia sanitaria generada por el coronavirus ha afectado al planeta de forma global. Pero sin duda, las peores consecuencias las sufren quienes ya se encontraban en una situación de vulnerabilidad antes de la pandemia. Ejemplo de ello es el impacto de la COVID-19 en la vida de los refugiados; forzados a abandonar sus lugares de origen, ahora se enfrentan además a la enfermedad y a la falta de medios para protegerse de ella.
Riesgos para los refugiados frente al COVID-19
Según datos de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), actualmente, en el mundo hay cerca de 71 millones de personas que se han visto obligadas a dejar atrás sus países de nacimiento. De esta cifra, casi 26 millones son refugiados; la mitad, menores de 18 años.
Lamentablemente y a pesar de que el estatus de refugiado está reconocido por la legislación vigente en numerosos países del mundo, muchas organizaciones llevan décadas denunciando la grave situación en la que viven las personas refugiadas. Generalmente, lo hacen en campamentos en los países de acogida donde no tienen acceso a una alimentación saludable ni equilibrada, y el hacinamiento y la falta de medidas sanitarias y de higiene suelen ser lo habitual.
En este contexto de vulnerabilidad, los refugiados se enfrentan ahora a la COVID-19. Y lo hacen sin contar con los medios más elementales para protegerse del contagio, agua y jabón; pero también sin las garantías para cumplir de manera segura las recomendaciones de confinamiento y distanciamiento social establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A todo esto se suma otro agravante: el 80% de los refugiados del mundo se encuentran en países de acogida de refugiados que son Estados frágiles, con niveles de desarrollo medios y bajos, y que tienen sistemas de salud débiles con los que difícilmente pueden hacer frente a una emergencia sanitaria de estas características. Hasta la fecha, 134 países de acogida ya han reportado casos de coronavirus, según ACNUR.
Prevención y respuesta ante el coronavirus
Si algo ha quedado patente desde el inicio de esta pandemia es que las claves para frenar el avance de la COVID-19 son la prevención y la respuesta temprana. En el caso concreto de los riesgos de la COVID-19 y los refugiados, las principales recomendaciones son:
Realizar acciones de sensibilización entre la población refugiada sobre las diferentes medidas de prevención frente al coronavirus y dotarlos de medios para ello.
Capacitar al personal de salud que trabaja en los campamentos para que puedan hacer la primera identificación de casos.
Incluir a las personas refugiadas en la cobertura de los sistemas nacionales de salud de los países de acogida. Esta medida es prioritaria porque el acceso a la salud es un derecho humano y porque resulta fundamental para frenar el avance de la enfermedad.
Si el campamento de refugiados de Mai Aini fuera una fotografía fija, podríamos capturar a varios niños y niñas jugando a la pelota junto a un árbol, a un par de jóvenes probando sus primeros acordes sobre un piano eléctrico o a una mujer repasando concienzudamente el guión de su próxima obra teatral. Sin embargo, más allá del instante, este campamento ubicado al norte de Etiopía también alberga el sonido de más de 11.000 historias, tantas como sus habitantes, tan duras como esperanzadoras.
La joven Feven Tadesse tiene 17 años y desde hace uno vive con su madre y tres hermanos en Mai Aini. Como la mayor parte de quienes buscan refugio en Etiopía, proceden de la vecina Eritrea, un país cuyo sistema político y económico ha expulsado ya de sus hogares a miles de personas. “Yo tenía 8 años cuando nos fuimos de casa, pero mi madre siempre me cuenta lo dura que era la vida en Eritrea. Éramos seis hermanos y nos dedicábamos a la venta de cereales. Cuando mi padre murió, el gobierno confiscó nuestro negocio y en poco tiempo nos quedamos sin nada para comer. Mi madre cayó entonces muy enferma”, recuerda.
Cada miembro de la familia comenzó entonces un viaje en busca de oportunidades. Dos de sus hermanos intentaron cruzar el Mediterráneo, pero no consiguieron sobrevivir al mayor cementerio de migrantes del mundo, donde el año pasado murieron más de 1.000 personas. Otra de sus hermanas huyó a Uganda, pero hace mucho que no saben nada de ella y dudan que siga con vida. Ninguno tenía más de 26 años cuando intentó migrar. Hoy, mientras sueña con un futuro mejor en Europa y con el apoyo de Ayuda en Acción, Feven lucha cada día por mantener viva la esperanza de su madre y hermanos.
Nuestro trabajo con la población refugiada
Solo superado por Uganda y Sudán, Etiopía es el tercer país africano con mayor número de refugiados. Acoge casi un millón de personas procedentes de Sudán del Sur, Sudán, Somalia y Eritrea. A esto hay que sumar el desplazamiento masivo interno que vive el país debido a años de sequía y conflicto entre Estado y grupos rebeldes, lo que ha desembocado en casi nueve millones de personas con necesidad de asistencia y protección humanitaria.
Desde 2015, trabajamos junto al Servicio Jesuita de Refugiados (SJR) en los campamentos de Adiharush y Mai Aini, en la región de Tigray, al norte de Etiopía. En ellos residen más de 20.000 personas y casi 1.200 son menores no acompañados que son atendidos a través de redes comunitarias, “familiares de crianza” (personas que se hacen cargo) o por sí mismos.
Nuestra principal labor en los campamentos se basa en el apoyo psicosocial de la población mediante terapias y actividades recreativas (deporte, música, teatro pintura…) que ayuden a personas como Feven a superar los traumas vividos en sus países de origen y durante su viaje de huida, además de a sobrellevar el día a día.
Lucha contra el cambio climático
Además de los conflictos, el otro factor que pone en jaque la vida de millones de etíopes es la sequía. Etiopía pertenece al Sahel, una región africana especialmente vulnerable al cambio climático, lo que no hace sino agravar la precariedad existente en todos los sentidos. Así, se calcula que en el país viven 33 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria, mientras que 7,7 millones de menores de 5 años sufren desnutrición aguda.
El apoyo a las comunidades más vulnerables para hacer frente al cambio climático constituye una de las principales preocupaciones de Ayuda en Acción, con presencia en Etiopía desde 1996. Así, en la región de Oromía contamos con varios proyectos apoyados por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) destinados a mejorar la seguridad alimentaria de la población, frenar el desempleo juvenil y evitar así que miles de familias se vean forzadas a migrar. También trabajamos contra el cambio climático en Wolaita, al sur, donde gracias a la AECID y nuestros socios ayudamos a las familias pastoralistas más vulnerables a hacer frente a la sequía, sobre todo garantizando su seguridad alimentaria y acceso a agua potable.
Conoce más historias sobre nuestro trabajo en movilidad humana visitando la página Ayuda en Acción: Operación Salida.
Hace cuatro años que Esther huyó de Sudán del Sur junto a su madre y hermanas después de que asesinaran a su padre durante el conflicto armado que asolaba el país:
“Cuando la guerra comenzó muchos de nosotros perdimos a seres queridos, amigos, familiares… tuvimos que dejar atrás los lugares donde habíamos vivido, dejamos la escuela y vinimos aquí al campo. Recuerdo todo lo que sufrimos en nuestra huida. Llevábamos los pies descalzos y apenas podíamos beber o comer y escuchábamos los disparos… teníamos que correr lo más rápido que podíamos para poder salvar la vida. Estábamos aterrados con el ruido de los fusiles que no cesaba y veías caer a las personas a las que les alcanzaban los disparos enfrente de ti. Todavía hoy me vienen a la memoria esos recuerdos y no consigo dormir. Cuando llegamos a Uganda nos sentimos por fin seguros. Dejamos de oír los disparos de los rifles. Las personas aquí eran muy amables y nos acogieron muy bien”.
Esther, que hoy tiene 18 años, es una de los miles de personas que han encontrado refugio en Uganda, el país africano que más refugiados acoge y cuya política migratoria es considerada por la ONU como una de las más progresistas y abiertas del mundo.
Uganda, ejemplo de hospitalidad
Cada semana, unas 100 personas llegan a la frontera de Uganda. Demasiadas para un país al que se le agotan los recursos, pero muy pocas si tenemos en cuenta que entre 2016 y finales de 2017 entraban más de 2.000 personas al día. La mayoría son mujeres y menores que huyen de las guerras, el hambre y las miserias de sus países.
La lotería de la vida no ha sido generosa con estas personas que abandonan su hogar en busca de una tierra donde sentirse seguras y comenzar de cero. La mayoría proceden deSudán del Sur, cuya guerra civil entre 2013 y 2018 ha matado ya a más de dos millones de personas y desplazado a otros cuatro, aunque esta última cifra no para de crecer.
Cuando pisan suelo ugandés están exhaustas, deshidratadas y, sobre todo, muy asustadas. Al llegar, reciben atención sanitaria, se les asigna documentación y un terreno donde poder vivir y cultivar sus propios alimentos. No viven en campamentos cerrados y apartados, sino en quince asentamientos ubicados junto a la población local en diferentes puntos del país, aunque la mayor parte se concentra en el norte.
Uganda posee la ley de refugiados más generosa que se conoce. Dictada en 2006, permite a estas personas disfrutar de todos los servicios que ofrece el país para poder vivir con dignidad: libertad de movimientos, acceso al mismo sistema sanitario y educativo que la población local, derecho al agua, acceso en igualdad de condiciones a trabajos remunerados, etc. Una hospitalidad que, sin embargo, contrasta con la falta de recursos: Uganda es uno de los países más pobres del mundo (su Índice de Desarrollo Humano la sitúa en el puesto 162 de 169 países) por lo que, a pesar de las buenas intenciones, su capacidad de respuesta se agota.
Una juventud que mira al futuro
Nuestro trabajo con personas refugiadas en Uganda lo realizamos en colaboración con el Servicio Jesuita al Refugiado, una de las pocas organizaciones que actualmente ofrece educación secundaria en los asentamientos del norte del país. En concreto, trabajamos en tres escuelas secundarias en Adjumani y Moyo, donde atendemos a más de 13.600 jóvenes.
Creemos que la educación en entornos seguros es fundamental para que la juventud refugiada en el país consiga un futuro digno. Esto implica no sólo garantizar el acceso a la secundaria, sino también el fomento de la cultura de la paz, diálogo y resolución de conflictos; así como la promoción de la igualdad de género y la sensibilización de las comunidades para prevenir la violencia machista.
El objetivo principal es asegurar que los jóvenes puedan tener oportunidades y evitar así que regresen a Sudán del Sur para enrolarse en alguna facción armada a cambio de dinero o que las chicas sean susceptibles de ser moneda de cambio en las familias para obtener recursos. Por suerte, los buenos resultados comienzan a llegar, como muestra el caso de Esther:
“Ahora recibo el apoyo de Ayuda en Acción para poder continuar mis estudios y estoy muy agradecida porque yo lloraba y estaba desesperada, había perdido la esperanza de poder seguir estudiando y recibiendo una educación. Pero el apoyo de Ayuda en Acción llegó justo en el momento necesario para que yo pudiera seguir estudiando. Quiero ser ingeniera, sé que es difícil y aquí es una carrera que creen que es solo para hombres, pero yo estoy decidida y lo voy a conseguir”, cuenta ilusionada.
Conoce más historias sobre nuestro trabajo en movilidad humana visitando la página Ayuda en Acción: Operación Salida.
Imagina que, casi de la noche a la mañana, tuvieras que dejar tu casa, tus pertenencias, incluso tu familia, para salvar tu vida. Cuesta, ¿verdad? Pues esto le sucede a más de 25 millones de personas en el mundo. Casi la mitad de ellas, 13 millones, son niños y niñas.
Más allá de las cifras y los titulares de prensa, hablamos de seres humanos, la mitad de ellos niños, que seguramente estén viviendo la situación más difícil de sus vidas. Conviene recordarlo, pues a menudo asistimos a discursos mediáticos y políticos donde se usan indistintamente palabras como “migrante”, “refugiado” o “desplazado”. Te contamos las claves para entender qué significa ser refugiado y qué no:
Un refugiado sí es…
Un refugiado es una persona que huye de conflictos armados, violencia o persecución y se ve obligada a cruzar una frontera internacional en busca de seguridad en otros países.
Los motivos de la persecución pueden ser muy diversos: persecuciones étnicas, de género, religiosas, por su orientación sexual… Se trata siempre de situaciones que ponen en peligro su vida, por lo que esta persona es reconocida internacionalmente como “refugiada” y los Estados, ACNUR (Agencia de la ONU para los Refugiados) y otras organizaciones están obligados a prestarle asistencia, pues negarle el asilo puede traerle consecuencias mortales.
La Convención de 1951 define quién es un refugiado, cuáles son sus derechos y cómo los Estados están obligados a proteger a esta persona. El principio fundamental de esta Convención es el de “no devolución”, según el cual un refugiado nunca debe ser expulsado o devuelto a situaciones que pongan en peligro su vida o su libertad.
Un refugiado no es…
Un desplazado: A diferencia del refugiado, el desplazado interno no cruza fronteras internacionales en busca de seguridad y protección, sino que se queda dentro de su propio país. Lo que sí tiene en común con una persona refugiada es que a menudo también escapa de guerras, violencia o violaciones de derechos humanos.
Un migrante: La principal diferencia con un refugiado es que el migrante no huye de ninguna amenaza a su vida o su seguridad, sino que decide voluntariamente abandonar sus casas porque busca una vida mejor: un mejor trabajo, una mejor educación, estar más cerca de sus familiares… Hay tantas realidades como personas migrantes. A diferencia de un refugiado, quien no puede volver a su país de forma segura, la persona migrante sigue recibiendo la protección de su gobierno.
Desde Ayuda en Acción prestamos apoyo en varios campamentos de refugiados de Etiopía y Uganda, dos de los principales países africanos que están dando respuesta a la movilidad humana en el continente. Nuestro objetivo en estos asentamientos es mejorar el bienestar psicosocial de sus habitantes para ayudarlos, entre otros fines, a superar los traumas vividos en sus países de origen y sobrellevar la dura vida en los campamentos.
Muchas ONG han definido la vida de los niños refugiados como una huida sin mirar atrás: es difícil tan siquiera imaginar qué deben sentir más de un millón de niños y jóvenes que, desde 2011, escapan de la guerra de Siria huyendo de la violencia y de un país en el que no ven futuro.
Escapar casi siempre significa correr lejos del que fue tu hogar, sin saber si alguna vez volverás a ver tu casa, tus calles, a las personas que también vivían allí: familiares, amigos, vecinos; escapar significa coger algo que te recuerde todo lo que dejas atrás —una pulsera, unos pantalones, una muñeca, un libro— y huir lejos, hacia otra ciudad, hacia otro país o continente.
Todo ello es aún más complicado cuando estos recuerdos son aquellos que perviven en la infancia, como les ha ocurrido a millones de niños refugiados que sufren una doble condena: han sido expulsados de su hogar y viajan solos por el mundo; son niños y son refugiados de los rohingya, del conflicto sirio, de la guerra del Yemen o de las revueltas de Kasai, en la República Democrática del Congo, y también de Sudán del Sur. Los cinco grandes conflictos que han supuesto miles y miles de desplazamientos internos y externos solo en 2018.
¿Pero cómo viven los niños refugiados? Por desgracia, parte del horror que dejan atrás los acompaña tras cada paso en busca de un nuevo hogar. Hoy, vamos a ver cómo es la vida de los niños refugiados en el siglo XXI.
El duro invierno en una tienda de campaña
La mayoría de los niños refugiados que han escapado de Siria, Palestina o el Líbano viven en campos de refugiados de países vecinos, como Irak o Jordania; el día a día de una infancia buscando refugio es sinónimo de infraestructuras pobres, de dormir hacinados en tiendas de campaña, sin protección para el frío, agradeciendo la ropa de abrigo que las ONG y el resto de aliados a terreno pueden ofrecer durante los fríos inviernos en Oriente Medio, en campos como los de Za’atari y Azraq, en Jordania.
Con suerte, los niños refugiados encuentran espacios masificados como los anteriores, donde tienen acceso a agua potable y educación, mientras se calcula que, en 2018, todavía quedan 82 millones de personas desplazadas y 48 millones de niños, uno de los colectivos más vulnerables que ejemplifica los graves problemas presentes y futuros de una infancia en riesgo.
Ni lo más básico
Los niños refugiados viven sin ropa ni útiles para la higiene básica, un problema que se maximiza en espacios donde se acumulan grandes grupos de personas en espacios sobreocupados. Esta realidad alcanza incluso a Europa, como se ha podido comprobar este mismo año en Lesbos, Grecia: se trata de una tragedia de proporciones gigantescas.
Ausencia de programas educativos
Por si no fuera suficiente dejar atrás tu hogar, seis de cada diez niños no van al colegio desde hace más de dos años en campamentos de refugiados serbios y griegos. En Oriente Medio, las cifras no son mejores.
Las carencias generan aún más vulnerabilidad
La falta total de recursos ha supuesto un aumento en los casos de explotación infantil; una realidad en sí misma: los niños refugiados son uno de los colectivos con alto riesgo de caer en redes de abuso y trata de personas; los estados deben todavía recorrer un largo camino para asegurar la protección en la infancia. Esto se debe, principalmente, a tres razones: • La falta de entradas legales y seguras para niños migrantes irregulares en otros países y su caída en redes de trata de personas. • La discriminación y el racismo social y legal que ha endurecido las leyes en muchas naciones de Europa. • El solitario viaje de los menores: 1 de cada 4 niños refugiados no vive ni viaja con sus padres, incrementando enormemente la vulnerabilidad de su situación.
La enfermedad de aquellos sin esperanza
Sin embargo, muchos voluntarios y ONG afirman que la xenofobia, la incertidumbre y la pérdida de las expectativas son el germen de muchos problemas de salud mental en los más pequeños: ansiedad, pánico, depresión; ¿qué hay más desolador que un niño sin futuro?
Cambiar el presente de los niños refugiados
Desde 2014, las solicitudes de niños no acompañados que llegan a Europa se han quintuplicado: de las 23.150 de 2014 a las 96.465 de 2015 y las 53.945 en 2016. Pero esta realidad que llega desde Afganistán, Siria, Eritrea, Irak o Somalia, entre otros países, no puede borrar todo el trabajo que personas como tú y ONG como Ayuda en Acción están llevando a cabo para cambiar el presente y el futuro de la vida de los niños y niñas refugiados.
Y se está haciendo así:
1. Apoyando a madres y familias para mejorar el bienestar y su salud.
2. Defendiendo y priorizando el Derecho internacional humanitario y de los derechos de los niños en los países con campos de refugiados: creamos un contexto donde se antepongan a los niños, como colectivos de riesgo, y se plantee un presente donde la educación y la atención psicosocial para prevenir el estrés y la ansiedad sean una realidad.
3. Realizando campañas a terreno en los países de origen con el fin de prevenir aquellos desplazamientos de población que se siguen produciendo por razones de pobreza, violencia o falta de oportunidades.
Como ves, los miles de niños y niñas que huyen de la pobreza, el hambre, la trata de personas o las guerras siguen contándose por millones. Hoy tenemos mejores respuestas para estos grandes problemas, pero debemos seguir trabajando para conseguir que los niños refugiados alcancen los mismos derechos y las mismas vidas que cualquier otro niño. Con tu ayuda, será una realidad.
Las migraciones humanas son un fenómeno tan antiguo como nosotros. Prueba de ello son las primeras migraciones prehistóricas durante el Paleolítico, que supusieron la salida del Homo sapiens de África hace 200.000 años y su expansión por todo el planeta. ¡Y, durante todo ese tiempo, hasta los inicios del Neolítico (9.000 ANE) los humanos fuimos nómadas y no sedentarios!
¿Pero qué es una migración? Se trata del desplazamiento de una persona o un grupo de personas desde el lugar que habitan (su residencia) hasta otro: es decir, a grandes rasgos, un cambio de residencia. En el caso de la salida de las personas de una región o país, se utiliza el término emigración —implica siempre la percepción de un cambio de vida con mejores perspectivas económicas, políticas o sociales—, y, desde el país de destino, este fenómeno se entiende como inmigración: la llegada de personas a una región o país concreto.
No obstante, gran parte de la controversia del término se encuentra asociada a la falta de información sobre este fenómeno, así como a la falsa creencia de que la inmigración en un país es algo negativo, algo que desmienten grandes economías como la del Reino Unido, Francia, Australia, Canadá, Estados Unidos o España, que han crecido gracias a estos flujosmigratorios; de igual modo, también tendemos a creer en varios mitos sencillos de desmontar, como que los migrantes no son personas preparadas —lo que niegan, categóricamente, movimientos de masas como la fuga de cerebros en España, Grecia, Portugal, Irlanda, Italia, México, Venezuela o Argentina en el siglo XXI— o que se limitan a la búsqueda de mejores condiciones económicas: pudiendo tratarse de muchas otras causas que veremos a continuación —ecológicas, políticas y bélicas, por ejemplo—, así como dependientes de muchos otros factores.
En el año 2000, la ONU estableció el Día Internacional del Migrante con el fin de concienciar sobre el derecho a la movilidad de todos los seres humanos. ¿Quieres saber más sobre los distintos tipos de migración humana? ¡Sigue leyendo!
¿Cuáles son los tipos de migración humana?
La migración humana se clasifica mediante seis grandes grupos o subcategorías: según su escala geográfica, las características del lugar de origen y destino, su temporalidad, su grado de libertad, su causa y según la edad de los migrantes.
Migraciones humanas según su escala geográfica
Aunque estamos muy acostumbrados a poner el foco de nuestra atención en aquella inmigración entre países alejados entre sí: es decir, en las migraciones externas o internacionales, la realidad es que las migraciones más comunes en cualquier país desarrollado son las internas, que son un proceso clave para la redistribución de oportunidades para sus ciudadanos.
La migración interna es un tipo de migración humana mucho menos controlada que la externa, pues los ciudadanos de un país tienen, en la mayoría de los casos, derecho a residir en cualquier provincia o ciudad del territorio; por el contrario, la migración internacional queda siempre sujeta a una doble legislación impuesta por el país de origen y el país de destino. Si el migrante cumple la ley, decimos que es un inmigrante legal, mientras que, si no lo hace, se le denomina ilegal: muchas personas están en desacuerdo con este calificativo, alegando que las personas no pueden ser ilegales, y defendiendo el uso de otros términos, como irregular o indocumentado.
Migraciones humanas según origen y destino
En esta clasificación se enmarcan las migraciones entre áreas rurales y urbanas; en países desarrollados la más común es la migración entre ciudades en busca de mejores condiciones de vida; en el pasado, la migración campo-ciudad marcó un gran cambio en muchas partes del planeta y, hoy, se está dando en los países en vías de desarrollo donde las personas emigran a megalópolis como Lagos, en Nigeria, o Kinsasa (RDC). De forma más minoritaria, pueden darse migraciones humanas en áreas rural-rural y también urbana-rural, que es un fenómeno relativamente nuevo nacido a raíz del turismo ecológico o la mejora de las telecomunicaciones y el transporte.
Migraciones según el grado de libertad
De igual modo, no todas las migraciones son libres y voluntarias. A menudo, muchos migrantes se ven obligados a dejar su país o su región debido a causas económicas, desastres naturales o persecuciones por ideología política: en este amplio grupo, entrarían muchos de los inmigrantes sirios, los movimientos poblacionales en China en relación con la Presa de las Tres Gargantas o aquellos provocados por el huracán Katrina en los EE. UU., que no fueron permanentes, sino estacionales.
Migraciones humanas según el período de tiempo
Otro error común es creer que las migraciones siempre son permanentes, cuando en muchos casos esto no tiene por qué ser así. Muchas migraciones humanas son temporales, y, a su vez, se subdividen en estacionales —una temporada del año, por lo que se encuentra muy relacionada con el ámbito laboral—, temporales reiteradas, donde el tiempo en el país o región se extiende más de lo que se había planteado en un inicio, y de varios años, en los que la expectativa es volver al país de origen. En cambio, las migraciones humanas permanentes pretenden establecer un nuevo lugar de residencia en otra región o país, y constituyen el inicio de un nuevo proyecto de vida.
Migraciones humanas según la edad
Aunque es una clasificación más minoritaria, también podemos clasificar los tipos de migración por edad, siendo la más común la migración adulta, que habitualmente es el perfil con mayor responsabilidad; lo sigue la migración infantil, que suele migrar junto a sus progenitores, pero puede darse el caso de tener que viajar a posteriori (siendo privados de sus padres por un tiempo) y de ancianos, que es minoritaria y suele clasificarse en una migración obligatoria (catástrofes, política, etcétera) o en busca de un espacio más tranquilo para vivir.
Hemos dejado para el final la clasificación según las causas, puesto que es aquella que más define al migrante. Estas pueden ser múltiples, e incluso clasificarse entre generales y personales, pero destacan cuatro: ecológicas, económicas, políticas y bélicas.
• Migraciones por causas ecológicas: están vinculadas a catástrofes naturales que obligan a las personas a abandonar su lugar de residencia. • Migracionespor causas económicas: se trata de la principal causa de migraciones vinculadas a la falta de desarrollo o a las crisis económicas del país; los migrantes salen de la zona buscando mejores oportunidades económicas. • Migracionespor causas políticas: con el fin de evitar persecuciones o venganzas, muchas personas deciden emigrar para evadir la intolerancia o la intransigencia política. • Migracionesa causa de la guerra: el Estado Islámico y Boko Haram son dos grandes exponentes de este problema en África, pero, a lo largo de la historia, todos los pueblos han sufrido migraciones debido a la guerra.
En Ayuda en Acción seguimos defendiendo los derechos de los migrantes y concienciando sobre la importancia de un mundo más solidario y cooperativo. Si quieres saber más de este tema, te invitamos a leer sobre nuestro trabajo en Uganda y Etiopía y del grave problema de los 10.000 niños refugiados desaparecidos en Europa.
El Cuerno de África es una región situada en África Oriental, bañada por el Océano Índico y el Mar Rojo y separado de la península arábiga por el estrecho de Bab el-Mandeb. Aquí viven más de 200 millones personas en una extensión de más de 4,5 millones de kilómetros cuadrados.
La denominación “Cuerno de África” se debe principalmente a la forma triangular de dicha región, que está compuesta por los siguientes países: Etiopía, Somalia, Yibuti e Eritrea. No obstante, algunos autores también incluyen a Kenia, Uganda, Sudán y Sudán del Sur cuando señalan qué países lo forman.
El Cuerno de África se caracteriza por ser una zona mayoritariamente desértica y seca, pero que tiene una gran importancia geoestratégica y geopolítica. Asimismo, mucha información que nos llega de esta región hace referencia a lo pobre que es y a la cantidad de conflictos que suele haber. Así, a lo largo de la historia los conflictos internos y las guerras regionales han desestabilizado la región y empeorado las relaciones entre los diferentes países del Cuerno de África.
Cuerno de África: hambre, sequía y conflictos
Si bien es cierto que cada país es un mundo y no se puede meter a todos los países del Cuerno de África en un mismo saco, queremos señalar que estos también comparten determinados rasgos comunes. Entre estas semejanzas destacan la pobreza, el hambre, la sequía, una elevada mortalidad infantil, los conflictos, la corrupción o los efectos que está teniendo el cambio climático. Por ello, hay que tener en cuenta que cuando hablamos del Cuerno de África hablamos de una de las regiones más castigadas del planeta.
El Cuerno de África también es una región que emite y recibe muchos refugiados. De hecho, como ya señalamos en nuestro artículo de curiosidades sobre África, Kenia es el país donde se encuentra el campo de refugiados más grande del mundo: el campamento de Dadaab.
A pesar de que Uganda es uno de los países más estables del Cuerno de África, debido a los conflictos que tienen lugar en los países vecinos se ha convertido en uno de los mayores receptores de personas refugiadas, acogiendo a más d 1,3 millones de personas.
Ayuda en Acción trabaja junto al Servicio Jesuita de Refugiados (SJR) en tres campamentos de refugiados de Etiopía y Uganda, ofreciendo principalmente apoyo psicosocial a las personas refugiadas. A través de actividades creativas como el deporte, talleres de pintura o música creando un clima positivo que les haga olvidar los traumas vividos en su país o durante la travesía, así como hacer más llevadera su vida en los campamentos.
Un acontecimiento de gran importancia en el Cuerno de África sucedió en el año 2011. En este año, la ONU declaró el estado de hambruna en Somalia. Este episodio trágico acabó con la vida de 250.000 personas y más de dos millones de habitantes tuvieron que abandonar su hogar para no morir de hambre.
En 2016, Etiopía sufrió la peor sequía de sus últimos 50 años. Ante esta situación, Ayuda en Acción intervino llevando agua potable a más de 70.000 personas y distribuyendo más de 74.000 kg de semillas de trigo para la siembra, garantizando la seguridad alimentaria de más de 2.000 familias durante un año. En Kenia, intervinimos con reparto de alimentos, apoyo a los niños para evitar el abandono escolar, distribución de tanques de agua, camiones cisterna y rehabilitamos algunos pozos.
Para acabar, podríamos citar algunos datos interesantes sobre estos países. Por ejemplo, se puede decir que Etiopía destaca por su importancia demográfica, pues es el segundo país más poblado de África. Además, junto a Kenia es uno de los países que más crece económicamente en el Cuerno de África. Asimismo, Kenia es el país más desarrollado de África Oriental. Sudán del Sur es el país más joven del mundo y, por último, Somalia cuenta con la mayor longitud costera y es uno de los países más importantes de la región.
En el año 2000, Naciones Unidas declaraba el 20 de junio como el Día Mundial del Refugiado. Lamentablemente, hace falta una fecha señalada para recordarnos que dada 3 segundos una persona se ve obligada a huir para salvar su vida.
En 2016, la cifra de refugiados superaba los 65,5 millones de personas -la cifra más alta registrada desde la II Guerra Mundial-, de los que el 51% son menores. Desde entonces, la cifra de personas que dejan sus hogares para sobrevivir a los conflictos, la violencia, la inseguridad o las vulneraciones de derechos humanos no han dejado de aumentar.
Emergencias como la del barco Aquarius ponen de manifiesto la gravedad de esta situación y que sea necesaria una respuesta global para los refugiados y desplazados forzosos, entre los que se encuentran los solicitantes de asilo, desplazados internos, apátridas y retornados. Como parte de esa respuesta, en el seno de Naciones Unidas, se debaten este año dos pactos mundiales sobre migración y refugio que vendrían a materializar los acuerdos de gobernanza global en esta materia, planteados en la Declaración de Nueva York de septiembre de 2016 y que ratificaron 193 estados.
Día Mundial del Refugiado: Uganda y Etiopía, los países con más refugiados de África
Enel Día Mundial del Refugiado resulta casi inevitable mirar a África, continente en el que viven más de 5 millones de refugiados y la cifra de desplazados internos supera los 11 millones. Uganda, Etiopía y Kenia lideran la lista de países africanos que dan respuesta a la movilidad humana en el continente. Según cifras de Naciones Unidas, sólo los dos primeros acogen a 2,6 millones de personas refugiadas, siendo Sudán del Sur, Eritrea y Somalia los principales países de procedencia.
En Uganda, se estima que llegan casi 2.000 personas al día. Una cifra casi insostenible para un estado que ocupa el puesto 164 -de 188- en el Índice de Desarrollo Humano. Es decir, uno de los países más pobres del mundo. Por su parte, Etiopía es conocida como el “campo de refugiados de África” y ocupa el cuarto puesto a escala mundial como país de acogida, después de Turquía, Pakistán e Irán, con casi un millón de refugiados repartidos en una veintena de campamentos en todo el país.
Desde 2015, Ayuda en Acción trabaja junto al Servicio Jesuita de Refugiados (SJR) en tres campamentos de refugiados en Uganda y Etiopía; Adiharush y Mai Aini, ubicados en la región etíope de Tigray y Adjumani en el este de Uganda. Según datos de 2016, la cifra de personas refugiadas en Mai Aini era superior las 11 mil, mientras que en Adiharush se registraban algo más de 7 mil; en ambos casos, las cifras de menores no acompañados superan los 1.000 entre niños, niñas y jóvenes. En el caso de Adjumani, la población del campo se estima en 4.500 personas.
En cuanto a su procedencia, en Uganda predominan los sursudaneses que huyen de la guerra civil que sufre el país desde 2013. En el caso de Etiopía, la población refugiada es predominantemente eritrea; se estima que, de media, 5 mil jóvenes abandonan el país para no ser reclutados por el servicio militar obligatorio que les exige permanecer en el ejército indefinidamente.
Desde Ayuda en Acción contribuimos a mejorar el bienestar psicosocial de los refugiados de estos campamentos de Etiopía y Uganda. Lo hacemos a través de actividades recreativas como deportes, música, teatro o talleres de pintura con los que los apoyamos para mejorar su bienestar físico y mental, superando así los traumas vividos en sus países de origen y durante su viaje de huida, además de sobrellevar la vida en los campamentos.
Si bien trabajamos de manera directa en Etiopía y Uganda, nuestro compromiso con los millones de refugiados y sus derechos no se limita estos dos países ni se reduce al Día Mundial del Refugiado. Como organización que defiende los Derechos Humanos, reivindicamos que se respete la dignidad de quien se ve obligado a huir para salvar su vida y que puedan hacerlo a través de vías legales y seguras. Ejemplo de ello son acciones como #NoTeOlvides de los refugiados, con las que queremos visibilizar la situación y exigir el compromiso real de los dirigentes y la comunidad internacional.
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G82257064, según consta en escritura pública otorgada ante el notario del Ilustre Colegio de Notarios de Madrid D.
José María Peña y Bernaldo de Quiros, el 11 de febrero de 1999 con el número 227 de su protocolo de la que queda
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Política de Privacidad
La presente política de privacidad (en adelante, la "Política de Privacidad") aplica a todos los datos de
carácter personal que aporte a la Fundación AYUDA EN ACCIÓN, con domicilio en calle Bravo Murillo 178,
28020, Madrid (en adelante "Ayuda en Acción"). Se entienden por datos personales aquella información
sobre una persona física que permite su identificación, de forma directa o indirecta.
Tratamos sus datos personales, en base a la relación actual que mantienes con nosotros, y que podrán
haber sido aportados a través de diferentes medios, tales como, entre otros, un formulario en la Web, la
participación en alguna de nuestras campañas y la solicitud a recibir información electrónica sobre
nuestra actividad.
En esta política te explicamos cómo Ayuda en Acción protege y garantiza la seguridad de sus datos
personales, haciendo uso para ello de medidas de seguridad técnicas y organizativas apropiadas y
adecuadas:
I- RESPONSABLE DEL TRATAMIENTO
Ayuda en Acción, como responsable del tratamiento, se preocupa por el cumplimiento de las obligaciones
legales en materia de protección de datos de carácter personal, en especial, cumpliendo con nuestras
obligaciones de información. Además, estamos a su disposición para cualquier consulta o inquietud que le
pueda surgir al respecto.
En todo momento, podrá ponerse en contacto con nosotros o bien a través del correo electrónico
lopd@ayudaenaccion.org o por correo postal enviando una comunicación dirigida al Responsable de Datos
Personales de Ayuda en Acción a la Calle Bravo Murillo, 178, 4ª Planta 28020 Madrid, ante cualquier duda
o necesidad que tenga en materia de protección de datos personales.
II- FINALIDADES DEL TRATAMIENTO Y LEGITIMACIÓN
A los efectos de lo previsto en el Reglamento 2016/679 del Parlamento Europeo y del Consejo de 27 de
abril de 2016 relativo a la protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de
datos personales y a la libre circulación de estos datos y por el que se deroga la Directiva 95/46/CE
('RGPD'), le informamos que Ayuda en Acción tratará los datos de carácter personal que nos haya
facilitado para las siguientes finalidades y bajo la base legal que le detallamos a continuación:
Si usted es...
Finalidad para la cual tratamos sus datos personales
Base legal para tratar sus datos personales
Candidato (demandante de empleo)
Gestionar el proceso de selección al que ha optado y así poder evaluar su candidatura, así como para otras que pudieran abrirse en el futuro.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente, a excepción de Perú en cuyo caso se requiere su consentimiento para el tratamiento de sus datos personales.
Contraparte
Asegurar el conocimiento de la contraparte con la que Ayuda en Acción colabora, puesto que será la que nos ayudará a implementar nuestra intervención en el territorio.
Cumplir nuestras obligaciones legales.
Destinatario de nuestra intervención (beneficiario/a mayor de edad)
Identificar a los destinatarios de nuestra intervención para adecuarla a las necesidades y contexto en el que operamos, así como llevar a cabo acciones de sensibilización y rendir cuentas a nuestros grupos de interés con fines formativos y/o de promoción de nuestra actividad.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente. Su consentimiento para el tratamiento de sus datos personales, en los siguientes casos excepcionales: i) cuando se levanten testimonios que incluyan datos sensibles, y/o ii) cuando se transmitan los datos personales de beneficiarios/as de nuestro programa de Acción Social en España a colaboradores, financieras y/o agencias de medios basados fuera de España y/o la Unión Europea y que no ofrezcan un nivel adecuado de protección en materia de privacidad y protección de datos personales.
Destinatario de nuestra intervención (beneficiario/a menor de edad)
Ídem al caso anterior. En el caso de niños/as apadrinados/as también sería gestionar y administrar su vinculación al programa de Vínculo Solidario de Ayuda en Acción.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente. Su consentimiento para el tratamiento de sus datos personales, otorgado por su padre/madre/tutor legal, en el caso de niños/as apadrinados/as.
Embajadores (prescriptores)
Gestionar y administrar los embajadores de Ayuda en Acción, esto es, gestión de viajes y colaboración de los mismos.
Sensibilizar y rendir cuentas sobre las actividades desarrolladas por Ayuda en Acción.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente.
Empleado/a
Gestionar y administrar los recursos humanos de Ayuda en Acción, esto es, pago de salarios y beneficios sociales, cobertura del seguro médico y/o de accidentes, gestión de vacaciones y ausencias, vinculación y promoción interna, entre otros.
Acreditar tu condición como empleado/a en términos de idoneidad y honorabilidad.
Sensibilizar y rendir cuentas sobre las actividades desarrolladas por Ayuda en Acción.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente, así como aquellas vinculadas al ámbito de la seguridad y protección social, al ámbito laboral y legal, y disponer de medidas necesarias con fines de medicina preventiva o laboral y evaluación de la capacidad laboral de nuestros empleados/as.
Empresa colaboradora
Rendir cuentas sobre su colaboración.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente.
Interesado/a
Compartirle información institucional, incluso a través de correo electrónico, para mantenerte actualizado sobre nuestras actividades.
Su consentimiento para el tratamiento de sus datos personales.
Informante y/o afectado (denuncia)
Gestionar las denuncias interpuestas a través del canal de denuncias.
Cumplir nuestras obligaciones legales.
Informante (consulta, sugerencia y queja)
Gestionar las consultas, sugerencias y quejas recibidas a través de los canales de comunicación habilitados.
Cumplir nuestras obligaciones legales.
Miembro del Patronato o Consejo Asesor
Gestionar su nombramiento como miembro del órgano al que pertenece, así como facilitar el buen funcionamiento del mismo.
Acreditar su condición como miembro del Patronato o Consejo Asesor en términos de idoneidad y honorabilidad.
Publicar su trayectoria profesional en la Web.
Sensibilizar y rendir cuentas sobre las actividades desarrolladas por Ayuda en Acción.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente, así como cumplir nuestras obligaciones legales.
Proveedor
Gestionar y administrar la gestión de proveedores de Ayuda en Acción, esto es, pago de facturas.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente.
Socio/a
Gestionar su vinculación como socio/a, esto es, tramitar sus donativos, enviar las certificaciones tributarias, conocer su grado de satisfacción, fidelizar su compromiso mediante incrementos de donativos o participación en acciones concretas, entre otros.
Compartirle información institucional, incluso a través de correo electrónico, para mantenerle informado sobre nuestras actividades.
Dar a conocer la labor de nuestros socios/as, así como sensibilizar y rendir cuentas sobre las actividades desarrolladas por Ayuda en Acción.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente.
Tercero que da de alta a un(a) socio/a
Gestionar incidencias que pudieran surgir con la vinculación del/de la socio/a.
Su consentimiento para el tratamiento de sus datos personales.
Voluntario/a
Gestionar y administrar el voluntariado de Ayuda en Acción.
Acreditar su condición como voluntario/a en términos de idoneidad y honorabilidad.
Dar a conocer la labor de voluntariado, así como sensibilizar y rendir cuentas sobre las actividades desarrolladas por Ayuda en Acción.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente, así como cumplir las obligaciones vinculadas al ámbito de la seguridad y protección social.
En algunos casos, trataremos datos personales en relación con su imagen, para lo que se recabará su
consentimiento cuando así se considere necesario y el tratamiento no se encuentre amparado en ninguna de
las anteriores finalidades y bases legales.
Ayuda en Acción pone en su conocimiento que en caso de ser usuario de nuestro website podremos crear un
archivo automatizado con los datos personales que a través del mismo nos proporcione, los cuales podrían
ser utilizados con la finalidad de efectuar estadísticas, la gestión de incidencias o la realización de
estudios de mercado, entre otras actividades. Dicho tratamiento se basará en los intereses legítimos de
Ayuda en Acción.
La no cumplimentación de ciertos datos de carácter personal nos impedirá prestar todos aquellos
servicios para los que dichos datos sean necesarios.
III- PLAZO DE CONSERVACIÓN DE LOS DATOS
Conservaremos sus datos personales durante el tiempo necesario para el cumplimiento de las finalidades
descritas anteriormente en función de las bases jurídicas que habilitan el tratamiento. Sin perjuicio de
lo anterior, la conservación también se efectuará por el periodo que resultase necesario para la
formulación, el ejercicio o la defensa de potenciales reclamaciones y/o siempre que lo permitiese la
legislación aplicable. En este último supuesto, sus datos personales sólo serán tratados a efectos de
acreditar el cumplimiento de obligaciones legales o contractuales a las que estamos sujetos.
IV.- DESTINATARIOS DE LOS DATOS
En ningún caso comunicaremos, explotaremos tus datos personales o los destinaremos a un fin distinto del
detallado anteriormente. Cabe mencionar que los datos podrán ser comunicados a los empleados y
colaboradores de la Fundación AYUDA EN ACCIÓN que necesiten conocer información sobre usted para llevar
a cabo labores relacionadas con las finalidades indicadas anteriormente.
Con este fin, le informamos que sus datos personales podrán ser transferidos a otras oficinas de la
Fundación AYUDA EN ACCIÓN, las cuales aplicarán las mismas medidas de seguridad técnicas y organizativa
para garantizar el tratamiento adecuado de sus datos personales. En el supuesto de que desee apadrinar a
niños/as residentes en México, le informamos que sus datos serán comunicados para gestionar su
apadrinamiento a la entidad Ayuda en Acción de México Asociación Civil, la cual dispone de garantías
suficientes.
Algunas organizaciones que colaboran con Ayuda en Acción, tales como agencias de medios de comunicación,
agencias de viajes, o financieras, entre otras, pueden tener acceso a los mismos como encargados de su
tratamiento, para que así podamos llevar a cabo nuestra labor. En ocasiones este tercero puede
encontrarse en países situados fuera del Espacio Económico Europeo que no ofrecen un nivel de seguridad
adecuado de acuerdo al RGPD. En estos casos, firmamos un contrato por escrito entre ambas partes en el
que se incluyen las cláusulas contractuales tipo según estándares aprobados por la Comisión Europea para
la transferencia de información personal fuera del Espacio Económico Europeo. En todo caso, la
transferencia, la conservación y la gestión que realicemos de su información personal seguirán
rigiéndose por la presente Política de Privacidad.
Igualmente le informamos que los datos relativos a su aportación serán comunicados a la Agencia
Tributaria con la finalidad de tramitar sus beneficios fiscales, así como a aquellas otras autoridades
de control que nos soliciten sus datos siempre que se respeten todos los preceptos previstos legalmente.
V.- TUS DERECHOS
Ayuda en Acción le informa sobre la posibilidad que te asiste de ejercitar los derechos de acceso,
rectificación, supresión, portabilidad y limitación del tratamiento de los datos personales que tenemos
recogidos.
De manera adicional, tendrá el derecho a oponerse al tratamiento de sus datos personales en los
supuestos recogidos en la normativa de protección de datos aplicable.
Dichos derechos podrás ejercitarlos, por ti mismos o por quien te represente, mediante solicitud escrita
y firmada dirigida al Responsable de Datos Personales de Ayuda en Acción, a través de:
Dicha solicitud debe contener los siguientes datos: su nombre y apellidos, domicilio a efectos de
notificaciones, fotocopia de tu Documento Nacional de Identidad o Pasaporte, y petición en que se
concreta la solicitud. En el caso de representación, deberá probar la misma mediante documento
fehaciente. Para enviar esta solicitud puede hacer uso de los modelos puestos a disposición por parte de
la Agencia Española de Protección de Datos, los cuales pueden ser firmados electrónicamente. Además de los anteriores derechos, en caso de que sea la base jurídica del tratamiento de sus datos
personales, también tiene derecho a retirar el consentimiento otorgado en cualquier momento mediante el
procedimiento más arriba descrito, sin que dicha retirada de consentimiento afecte a la licitud del
tratamiento anterior a la retirada del mismo, y sin que en ningún caso condicione el tratamiento de
datos personales efectuado en virtud de otra base legal. Ayuda en Acción podrá continuar tratando sus
datos personales en la medida en que la ley aplicable lo permita.
En general, respondemos las solicitudes en el plazo de un mes, aunque según la complejidad y el número,
se podría prorrogar el plazo otros dos meses más, en cuyo caso se lo notificaremos.
Finalmente, te recordamos que tienes derecho a presentar una reclamación ante la autoridad de control pertinente.
VI. MODIFICACIONES A LA POLÍTICA DE PRIVACIDAD
Ayuda en Acción se reserva el derecho de modificar su Política de Privacidad de acuerdo con la
legislación aplicable en cada momento. En todo caso, podrá consultar cualquier modificación de la
Política de Privacidad en nuestra página Web.
Política de Privacidad
La presente política de privacidad (en adelante, la "Política de Privacidad") aplica a todos los datos de
carácter personal que aporte a la Fundación AYUDA EN ACCIÓN, con domicilio en calle Bravo Murillo 178,
28020, Madrid (en adelante "Ayuda en Acción"). Se entienden por datos personales aquella información
sobre una persona física que permite su identificación, de forma directa o indirecta.
Tratamos sus datos personales, en base a la relación actual que mantienes con nosotros, y que podrán
haber sido aportados a través de diferentes medios, tales como, entre otros, un formulario en la Web, la
participación en alguna de nuestras campañas y la solicitud a recibir información electrónica sobre
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adecuadas:
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obligaciones de información. Además, estamos a su disposición para cualquier consulta o inquietud que le
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abril de 2016 relativo a la protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de
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Contraparte
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Ídem al caso anterior. En el caso de niños/as apadrinados/as también sería gestionar y administrar su vinculación al programa de Vínculo Solidario de Ayuda en Acción.
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Embajadores (prescriptores)
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Empleado/a
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Empresa colaboradora
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Informante y/o afectado (denuncia)
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Miembro del Patronato o Consejo Asesor
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Proveedor
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Socio/a
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Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente.
Tercero que da de alta a un(a) socio/a
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Voluntario/a
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Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente, así como cumplir las obligaciones vinculadas al ámbito de la seguridad y protección social.
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Ayuda en Acción.
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III- PLAZO DE CONSERVACIÓN DE LOS DATOS
Conservaremos sus datos personales durante el tiempo necesario para el cumplimiento de las finalidades
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lo anterior, la conservación también se efectuará por el periodo que resultase necesario para la
formulación, el ejercicio o la defensa de potenciales reclamaciones y/o siempre que lo permitiese la
legislación aplicable. En este último supuesto, sus datos personales sólo serán tratados a efectos de
acreditar el cumplimiento de obligaciones legales o contractuales a las que estamos sujetos.
IV.- DESTINATARIOS DE LOS DATOS
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detallado anteriormente. Cabe mencionar que los datos podrán ser comunicados a los empleados y
colaboradores de la Fundación AYUDA EN ACCIÓN que necesiten conocer información sobre usted para llevar
a cabo labores relacionadas con las finalidades indicadas anteriormente.
Con este fin, le informamos que sus datos personales podrán ser transferidos a otras oficinas de la
Fundación AYUDA EN ACCIÓN, las cuales aplicarán las mismas medidas de seguridad técnicas y organizativa
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niños/as residentes en México, le informamos que sus datos serán comunicados para gestionar su
apadrinamiento a la entidad Ayuda en Acción de México Asociación Civil, la cual dispone de garantías
suficientes.
Algunas organizaciones que colaboran con Ayuda en Acción, tales como agencias de medios de comunicación,
agencias de viajes, o financieras, entre otras, pueden tener acceso a los mismos como encargados de su
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que se incluyen las cláusulas contractuales tipo según estándares aprobados por la Comisión Europea para
la transferencia de información personal fuera del Espacio Económico Europeo. En todo caso, la
transferencia, la conservación y la gestión que realicemos de su información personal seguirán
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Tributaria con la finalidad de tramitar sus beneficios fiscales, así como a aquellas otras autoridades
de control que nos soliciten sus datos siempre que se respeten todos los preceptos previstos legalmente.
V.- TUS DERECHOS
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rectificación, supresión, portabilidad y limitación del tratamiento de los datos personales que tenemos
recogidos.
De manera adicional, tendrá el derecho a oponerse al tratamiento de sus datos personales en los
supuestos recogidos en la normativa de protección de datos aplicable.
Dichos derechos podrás ejercitarlos, por ti mismos o por quien te represente, mediante solicitud escrita
y firmada dirigida al Responsable de Datos Personales de Ayuda en Acción, a través de:
Dicha solicitud debe contener los siguientes datos: su nombre y apellidos, domicilio a efectos de
notificaciones, fotocopia de tu Documento Nacional de Identidad o Pasaporte, y petición en que se
concreta la solicitud. En el caso de representación, deberá probar la misma mediante documento
fehaciente. Para enviar esta solicitud puede hacer uso de los modelos puestos a disposición por parte de
la Agencia Española de Protección de Datos, los cuales pueden ser firmados electrónicamente. Además de los anteriores derechos, en caso de que sea la base jurídica del tratamiento de sus datos
personales, también tiene derecho a retirar el consentimiento otorgado en cualquier momento mediante el
procedimiento más arriba descrito, sin que dicha retirada de consentimiento afecte a la licitud del
tratamiento anterior a la retirada del mismo, y sin que en ningún caso condicione el tratamiento de
datos personales efectuado en virtud de otra base legal. Ayuda en Acción podrá continuar tratando sus
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En general, respondemos las solicitudes en el plazo de un mes, aunque según la complejidad y el número,
se podría prorrogar el plazo otros dos meses más, en cuyo caso se lo notificaremos.
Finalmente, te recordamos que tienes derecho a presentar una reclamación ante la autoridad de control pertinente.
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