2020 no ha sido un año fácil. La COVID-19 ha agravado las brechas de pobreza y desigualdad en todo el mundo, cebándose especialmente con quienes viven en contextos de pobreza y vulnerabilidad. En Ayuda en Acción trabajamos sin descanso para responder a esta pandemia en 21 países. Conoce todo lo que hemos logrado hasta ahora y los retos que nos trae la COVID-19 en 2021.
Las brechas de la COVID-19 en 2020
En 2020, la COVID-19 ha generado una crisis sanitaria, económica, social sin precedentes. También una crisis de derechos humanos ante la que no podemos bajar la guardia. Repasemos algunos de los principales efectos de la pandemia en el mundo:
Educación: hay más de 990.000 estudiantes afectados por el cierre de escuelas. Hablamos de más de la mitad de todos los alumnos y alumnas matriculados en el mundo. En América Latina, por ejemplo, la mayoría de estudiantes podría perder un curso escolar completo.
Brecha digital:uno de cada tres niños y niñas de mundo no puede acceder a clases a distancia. ¿Imaginas el impacto en su educación?
Violencia de género: los confinamientos están aumentado las situaciones de violencia hacia las mujeres y las niñas. El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) calcula que, por cada tres meses de confinamiento, hay 15 millones de casos más de violencia de género en el mundo.
Matrimonio infantil: según el UNFPA, la COVID-19 provocará 13 millones de matrimonios forzosos de aquí a 2030.
Seguridad alimentaria: casi 20 millones de personas sufren hambre aguda desde que empezó la pandemia. Las situaciones más graves se producen en Etiopía, Somalia, Afganistán y República Democrática del Congo.
Pobreza: la crisis de la COVID-19 podría empujar a la pobreza extrema a 49 millones de personas más.
Salud: la interrupción de las vacunaciones está poniendo en peligro millones de vidas. Por ejemplo, más de 117 millones de niños y niñas corren el riesgo de no vacunarse contra el sarampión debido a la pandemia del coronavirus.
Agua, higiene y saneamiento: el agua es un aliado fundamental para prevenir el contagio por COVID-19. Sin embargo, una de cada tres personas no tiene acceso a agua limpia y segura.
Desde el inicio de la pandemia, en Ayuda en Acción hemos trabajado sin descanso para estar junto a quienes sufren sus peores consecuencias. Lo hacemos a través de planes de intervención a largo plazo en más de 20 países, incluida España. En total, en 2020 hemos ayudado a más de 758.00 personas a hacer frente a los retos de la pandemia, con especial foco en mujeres, niños, niñas y población indígena. Cada éxito, cada avance en la respuesta frente a la COVID-19 en 2020, ha sido posible gracias al apoyo de todas las personas e instituciones que confían en nuestro trabajo. ¿Quieres conocer algunos de nuestros principales logros este año?
En el mundo:
Asistencia alimentaria : hemos distribuido más de 38.000 paquetes alimentarios entre familias en situación de vulnerabilidad. Conoce el ejemplo de Perú.
Reparto de kits de higiene y sanitarios: hemos entregado casi 50.000 kits con productos básicos de higiene.
Prevención: nuestros equipos han ayudado a más de 296.000 personas a evitar los contagios.
Formación: hemos formado a más de 2.600 profesionales sanitarios y a la ciudadanía para frenar el avance del virus.
Apoyo a los sistemas sanitarios: más de 300 unidades de salud han recibido nuestro apoyo en todo el mundo mediante acciones que van desde la entrega de equipos de protección personal, respiradores y medicinas al apoyo en la rehabilitación de espacios de salud, entre otras.
Violencia de género: nuestros equipos han prestado apoyo temprano psicosocial o legal a casi 4.000 niños, niñas y mujeres víctimas de violencia. Además, hemos ayudado a prevenir la violencia entre más de 73.000 mujeres, niños y niñas.
Fortalecimiento de las economías locales para reducir el impacto de la crisis económica mediante, por ejemplo, el apoyo a los emprendimientos.
Ocio y educación a distancia: mediante el reparto de tablets, dispositivos móviles y kits escolares hemos logrado que más de 30.000 niños y niñas puedan seguir sus clases a distancia.
Agua y saneamiento: en 2020 hemos distribuido filtros potabilizadores de agua para más de 23.000 familias e instalado más de 500 puestos de lavado de manos.
En España:
Alimentación: en España, más de 1.300 familias en situación de vulnerabilidad han recibido apoyo económico a través de tarjetas prepago recargables para comprar alimentos, productos de higiene o medicamentos.
Educación: hemos conseguido que cerca de 1.200 familias tengan acceso a conectividad y/o equipos el pasado curso escolar. Esto ha permitido que más de 2.300 estudiantes no se hayan quedado atrás en su educación.
Redes comunitarias de apoyo: durante el confinamiento, las redes de apoyo se hicieron más necesarias que nunca y las nuevas tecnologías jugaron un papel fundamental. Durante todo el año y de forma transversal en nuestros proyectos, creamos redes de apoyo para reducir el aislamiento que sufren muchas familias.
Mucho por hacer…
El objetivo ahora en España es reducir las brechas de desigualdad acentuadas por la COVID-19 en 2020. Para ello, desarrollamos proyectos que rompan el círculo de la pobreza. ¿Cómo?
Favoreciendo la igualdad de oportunidades en el sistema educativo.
Mejorando las condiciones de vida saludable, luchando contra la malnutrición.
Fomentando la integración de las familias en sus comunidades.
Aún queda un largo camino por recorrer. Seguiremos trabajando con el apoyo de socios, socias, padrinos, madrinas e instituciones colaboradoras para que nadie se quede atrás en esta crisis que no está dejando indiferente a nadie. Desde aquí damos las gracias a quienes confían en Ayuda en Acción. Lo hacemos con el convencimiento de que afrontamos una nueva etapa de la pandemia con la mejor vacuna frente al virus: la defensa de los derechos humanos.
Con una ola de contagios que no deja de crecer, América Latina es hoy el epicentro de la pandemia de COVID-19. Descubre cómo estamos adaptando nuestros proyectos para que nadie se quede atrás en esta crisis.
El impacto del coronavirus en América Latina
El epicentro actual de la pandemia se encuentra en América Latina y El Caribe. Esto no solo significa que esta zona sea la más castigada en cuanto a fallecimientos y contagios, sino que las consecuencias van mucho más allá:
La región experimentará su mayor contracción económica del último siglo.
Las mujeres, la infancia y los pueblos indígenas sufrirán desproporcionadamente la pandemia.
Aumentará el desempleo: según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), podrían perderse 8,5 millones de empleos.
Se agrandarán las brechas de pobreza extrema y desigualdad.
¿Cómo adaptamos nuestros proyectos en América Latina a la COVID-19?
Las cifras de contagios y fallecimientos por la COVID-19 en América Latina se concentran en los grandes núcleos urbanos. Sin embargo, en las zonas rurales más aisladas y empobrecidas, donde trabajamos, las consecuencias negativas de la pandemia ya se han dejado notar. Medidas como los confinamientos prolongados, las restricciones de movilidad, la suspensión de las clases o el freno de la actividad económica están poniendo en peligro los medios de vida de miles de familias.
Por eso, desde que comenzó esta crisis, en Ayuda en Acción nos hemos adaptado para contribuir a reducir las brechas de pobreza y desigualdad que se han agrandado en la región. ¿Quieres saber cómo lo hemos hecho? Aquí tienes algunos ejemplos:
El vínculo solidario en tiempos de COVID-19:
Si hay un modelo de cooperación que nos caracteriza es el vínculo solidario: una apuesta por la infancia y sus familias donde toda la comunidad participa y los niños y niñas son los protagonistas. Nuestro compañero Neftalí Cruz, responsable de Vínculos Solidarios en El Salvador, nos da algunas claves para entender cómo trabajamos en el contexto actual con la infancia apadrinada del país:
¿Cómo está afectando la pandemia a la infancia del país?
El Salvador está viviendo ahora el pico más alto de contagios. Las familias siguen resguardadas en sus casas y, aunque están autorizadas algunas actividades agrícolas, de pesca y extractivas, estas se han visto muy afectadas por las recientes tormentas tropicales Amanda y Cristóbal. Los niños y niñas se encuentran entre quienes más están sufriendo. No solo su alimentación se ha puesto en peligro, también otros derechos como el derecho a la educación o el derecho al ocio. Las clases presenciales están suspendidas desde el 11 de marzo y muchos alumnos y alumnas no tienen medios suficientes para continuar su educación a distancia.
¿Cómo respondemos a las necesidades de la infancia apadrinada y sus familias?
Lo hacemos siempre respetando todas las medidas de prevención y seguridad, así como garantizando la salud tanto de las comunidades como de nuestros equipos en terreno. Para hacer frente a la emergencia, hemos entregado más de 5.800 kits de alimentos y otros tantos kits de higiene en las comunidades. A través de estas visitas, realizadas gracias a un permiso especial de las autoridades, hemos podido conocer de primera mano la situación de las familias y comprobar que todos los niños y niñas se encontraban bien.
Además, gracias a los Comités de Vínculos Solidarios podemos tener un seguimiento continuado sobre el estado de las comunidades. Están formados por más de 700 personas voluntarias que trabajan coordinadas en todo momento con nuestros equipos en terreno. Esto nos permite actuar ante nuevas necesidades o dificultades que puedan surgir, como por ejemplo una inundación o un problema de salud en algún niño o niña.
Por otro lado, aunque algunas de nuestras acciones de Vínculos Solidarios se hayan suspendido para evitar la propagación del virus, hemos desarrollado otras muchas alternativas dentro de una campaña sobre derechos de la infancia y COVID-19. En ella se incluyen actividades y materiales sobre temas como la prevención de la violencia contra la infancia o el impulso de las medidas contra el contagio, entre otras muchas.
¿Qué ha sucedido con el tradicional intercambio de cartas con los padrinos y madrinas?
El cumplimiento de las medidas de cuarentena como la restricción de la movilidad, la distancia física o la prohibición de las reuniones grupales ha impedido que realizáramos las jornadas donde recogemos las cartas de los niños y niñas. Tan pronto vuelva a ser seguro, retomaremos estas comunicaciones. Mientras tanto, nuestros padrinos y madrinas están informados regularmente de la situación del programa.
Teletrabajo
Nuestra respuesta a las nuevas realidades de la pandemia también afecta a nuestra forma de trabajar. Para poder garantizar la salud y protección de todo el equipo humano que forma Ayuda en Acción, nuestros equipos están teletrabajando. Te lo cuenta Jorge Cattaneo, director general adjunto de la organización:
Proyectos adaptados a la nueva realidad
Nuestros proyectos de cooperación también se han adaptado para dar respuesta a la COVID-19. Un ejemplo lo tenemos en Honduras. Allí desarrollamos desde 2017 “Prawanka”, un proyecto con el que apoyamos a las comunidades indígenas de la Muskitia para que accedan a ingresos y empleos sostenibles. Cuando comenzó la emergencia, detectamos que las economías de la zona no podían sostenerse si no se atendían dos necesidades acuciantes: alimentación e higiene.
Por eso, hemos adaptado la intervención para poder dotar de alimentos, semillas y kits de higiene a más de 3.000 familias miskitas. Lo mejor es que no solo han sido beneficiarias últimas de la ayuda. También han podido mejorar sus ingresos porque han participado en todo el proceso: por ejemplo, en los kits de alimentos se han incluido frijoles cultivados por familias de Ahuás y barras de cacao que producidas por mujeres de Wampusirpi.
Hoy, más que nunca, #SomosAyuda frente al COVID-19 en América Latina. Entra en nuestra web y descubre más detalles sobre nuestro trabajo en la región.
La crisis de la COVID-19 está multiplicando las vulnerabilidades y brechas ya existentes en el mundo. Los mayores efectos se dejan notar en los países más empobrecidos y entre determinados grupos de población. Descubre a quién castiga más la pandemia de coronavirus:
COVID-19 y vulnerabilidades: ¿a quién castiga la pandemia?
1. Mujeres
La igualdad entre hombres y mujeres es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible amenazados por la pandemia. Todo apunta a que la crisis sanitaria, social y económica generada por la COVID-19 aumentará labrecha de género, sobre todo en los países en vías de desarrollo. ¿Por qué las mujeres, que forman la mitad de la población mundial, se ven afectadas de manera desproporcionada por la pandemia? Algunas razones son:
Están en primera línea de batalla frente al virus: se estima que el 67% de la fuerza de trabajo sanitario corresponde a mujeres, por lo que su riesgo de infección es mayor. Además del impacto directo de la enfermedad, en países con sistemas sanitarios frágiles, tienen mayores dificultades para acceder a los servicios de salud materna, puesto que la mayoría de esfuerzos se concentran en atender solo necesidades médicas esenciales. Por otro lado, la falta de anticonceptivos puede originar siete millones de embarazos no deseados en los próximos meses.
Su seguridad personal se resiente: aislamiento, restricciones de circulación, distanciamiento social… algunas de las medidas para frenar la COVID-19 están favoreciendo la propagación de otro virus: la violencia de género. Según algunos estudios, esta violencia aumenta un 20% durante los periodos de encierro, por lo que se calcula que un confinamiento de seis meses puede originar 31 millones de casos de abusos.
La precariedad laboral tiene nombre de mujer: el trabajo informal, tan frágil durante este tipo de crisis, afecta sobre todo a las mujeres. En América Latina y el Caribe, por ejemplo, mientras que los hombres representan el 93% de la fuerza de trabajo formal, las mujeres son solo el 67%.
Aumenta su carga de trabajo en el hogar: la pandemia agrava aún más el reparto desigual de tareas no remuneradas en casa.
2. Infancia
Si no se toman medidas, la crisis de la COVID-19 puede convertirse en una crisis de derechos de la infancia. La pandemia está afectando a pilares fundamentales del desarrollo de los niños y niñas, como la educación, la alimentación o la salud emocional. También preocupa el repunte de la violencia contra la infancia. Está demostrado que las emergencias aumentan la probabilidad de que se produzcan situaciones como los matrimonios forzosos, el trabajo infantil, los abusos, la mutilación genital femenina, la trata o la explotación sexual.
3. Población indígena
La COVID-19 está agravando las vulnerabilidades que ya enfrentaban a diario las comunidades indígenas y afrodescendientes. El testimonio de Alba Guatarilla, líder indígena de la comunidad Awá, en Colombia, es un claro ejemplo de cómo la vida de estos pueblos está empeorando con la pandemia. Antes de la llegada del virus, su comunidad se enfrentaba a la violencia derivada del conflicto armado colombiano, la pobreza, la desigualdad, y cambio climático. Ahora, a la lista de problemas se suman otros como la falta de alimentos y de medidas de higiene y prevención sanitarias frente al virus, por no hablar de las barreras para acceder a un centro de salud.
4. Población migrante
La población migrante, refugiada, desplazada y apátrida del mundo también está encontrando en la COVID-19 a un multiplicador de sus vulnerabilidades. Estos son solo algunos de los obstáculos que enfrentan:
Menos acceso a servicios médicos: esto se debe a obstáculos como el idioma, las barreras culturales, la falta de información, el temor a ser detenidas o deportadas, o las actitudes xenófobas.
La vida en campamentos o en condiciones inseguras (calle, barrios marginales, asentamientos informales…) a menudo está marcada por la falta de acceso a agua, saneamiento e higiene; o el mayor riesgo de sufrir violencia sexual y de género, entre otras amenazas.
Peores condiciones laborales: muchas personas migrantes como Rogelio trabajan en empleos temporales e informales marcados por la precariedad. Otras corren el riesgo de perder su empleo debido a la crisis de la COVID-19. Un colectivo muy afectado es el de las personas migrantes trabajadoras domésticas.
5. Personas con discapacidades
“Las personas con discapacidades sienten que las han dejado atrás durante la pandemia”, aseguraba recientemente Catalina Devandas, Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos de estas personas. Una de las principales razones por las que sus vulnerabilidades han aumentado con la COVID-19 es que las medidas de contención como el autoaislamiento o el distanciamiento social pueden ser imposibles para quienes necesitan ayuda para, por ejemplo, vestirse, comer o bañarse, explicaba Devandas.
6. Personas mayores
Aunque la infección por coronavirus no entiende de edad, las personas mayores sufren un riesgo mayor de que el contagio derive en una enfermedad grave. De hecho, la tasa de mortalidad de COVID-19 para los mayores 80 años es cinco veces más alta que en el resto de la población. El impacto de la pandemia no solo afecta a su salud. También aumenta el riesgo de sufrir pobreza, discriminación y aislamiento, sobre todo en países en desarrollo, donde los servicios de protección social y sanitarios se verán a menudo desbordados por el virus.
Frente a las brechas de la COVID-19, #SomosAyuda
En Ayuda en Acción trabajamos para reducir las brechas que la COVID-19 está agrandando en todo el mundo. Acompañamos a las personas más vulnerables para que nadie se quede atrás en la recuperación frente a la pandemia. Y lo hacemos gracias al apoyo de miles de instituciones, empresas y personas que apuestan, ahora más que nunca, por la solidaridad y los derechos humanos como mejores herramientas para salir de la crisis. Visita nuestra web para conocer cómo, con tu apoyo, #SomosAyuda frente al COVID-19.
Aunque la pandemia provocada por la COVID-19 se está dejando notar en todo el mundo, sus efectos están golpeando de forma desproporcionada a determinados grupos de población: las comunidades indígenas son uno de los más castigados. Descubre cómo desde Ayuda en Acción apoyamos a los pueblos indígenas para que puedan hacer frente a los retos del coronavirus.
La COVID-19 aumenta la vulnerabilidad de los pueblos indígenas
Antes de que el coronavirus irrumpiera en sus vidas, los pueblos indígenas ya convivían con laprecariedad en su vida diaria:
Falta de acceso a agua, higiene y saneamiento.
Escaso acceso a servicios de salud.
Falta de acceso a la educación.
Pobreza: tienen casi tres veces más probabilidades de vivir en la extrema pobreza que los no indígenas.
Conflictos y violencia.
Represión y criminalización: cada mes, cuatro líderes indígenas son asesinados en América Latina por defender sus derechos.
Pérdida de su cultura y tradiciones: el 40% de las lenguas indígenas están en peligro de extinción.
Expropiación de sus tierras.
Impacto del cambio climático, etc.
¿Cómo afecta ahora la COVID-19 a los pueblos originarios? Tanto para ellos como para otros grupos de riesgo como las personas migrantes y refugiadas, las mujeres, la infancia o la población afrodescendiente, el coronavirus está actuando como multiplicador de sus problemas. Si antes ya partían de una situación de desventaja, el virus no ha hecho más que agravarla.
Un ejemplo claro de cómo la COVID-19 se está cebando con los pueblos indígenas lo tenemos en el Amazonas. En los territorios que bañan el río más caudaloso del planeta, el virus está golpeando con una virulencia inusitada: los contagios entre las comunidades indígenas superan ya los 20.000, según ha alertado la Organización Panamericana de la Salud.
Frente al COVID-19, #SomosAyuda para las personas indígenas
Apoyo a las mujeres indígenas de Colombia
Alba Guaitarilla es una líder indígena colombiana. A su lucha por defender los derechos de las mujeres y frenar la pobreza y la violencia en su comunidad, se han sumado sus esfuerzos por hacer frente a la COVID-19.
Pertenece a la comunidad indígena Awá y vive en el departamento de Nariño, al suroeste de Colombia. En este territorio, donde la población Awá supera las 22.000 personas, el coronavirus ya ha dejado más de 2.000 casos confirmados y alrededor de un centenar de fallecidos. La propia guardia indígena se encarga de vigilar comunidades como las de Alba para controlar el toque de queda y evitar la propagación del virus.
El caso de la población Awá es un claro ejemplo de cómo la COVID-19 está aumentando las situaciones de vulnerabilidad ya existentes. Se trata de comunidades muy afectadas por el conflicto armado del país, la pobreza, la desigualdad y el cambio climático. La peor parte se la llevan las mujeres: sufren violencia sexual, malas condiciones laborales y de trabajo doméstico (provocadas, por ejemplo, por la concentración de humo en las cocinas), y se ven obligadas a recorrer largas distancias para recoger agua y alimentos, con los peligros que esto supone para su seguridad.
A estas amenazas se han sumado otras derivadas de la pandemia: Alba nos cuenta que faltan alimentos y la mendicidad ha aumentado. Tampoco hay suficiente material ni información para garantizar la higiene y la prevención frente al virus. Para frenar esta situación, desde Ayuda en Acción estamos apoyando a comunidades indígenas como la suya con alimentación y material de sensibilización. Por ejemplo, gracias al apoyo de la empresa Renta 4 Global Fiduciaria, hemos entregado 200 kits de alimentos para las familias más vulnerables de Nariño.
En Honduras, la emergencia de la COVID-19 también está agravando las dificultades de los grupos indígenas, sobre todo de la infancia y la adolescencia, para acceder a derechos básicos como la alimentación, la salud y la educación. En nuestro trabajo diario con las comunidades Pech, Miskitus, Tawakas, Lencas, Garífunas y Tolupanes estamos comprobando que el derecho a la educación es uno de los más vulnerados, pues la falta de acceso a Internet es muy común en las comunidades indígenas y afrohondureñas.
Como indica Roberto Bussi, director de Ayuda en Acción Honduras, “para poder responder de la mejor forma posible a las necesidades de los pueblos indígenas durante la pandemia, estamos adaptando nuestra intervención a su cosmovisión, tradiciones y cultura”. Por ello, por ejemplo:
Elaboramos materiales de sensibilización en las lenguas locales.
Apoyamos a los centros sanitarios con personal indígena para que ayude y oriente mejor a las familias sobre cómo prevenir el contagio.
Involucramos siempre a los y las líderes indígenas en las distintas intervenciones, de manera que se tengan siempre en cuenta su conocimiento del territorio, así como sus costumbres, leyes y cultura.
Los alimentos que distribuimos durante la emergencia son respetuosos con su cultura, costumbres y gastronomía.
Hoy, más que nunca, #SomosAyuda para que nadie se quede atrás en la lucha contra la COVID-19. El apoyo de miles de personas, instituciones y empresas solidarias nos permite continuar acompañando a los pueblos indígenas para que puedan ejercer sus derechos y sean tratados como aliados para hacer frente a la crisis sanitaria, económica y social que vivimos.
Cada año, aunque muy lentamente y de forma desigual, los derechos humanos avanzaban poco a poco: educación, salud, trabajo… Sin embargo, la pandemia del coronavirus ha hecho que, por primera vez desde 1990, el mundo viva una caída generaliza del desarrollo humano. Uno de los derechos más afectados por la COVID-19 es el derecho a la educación. Conoce cuál está siendo el impacto en los países en desarrollo y cómo estamos trabajando desde Ayuda en Acción para frenarlo.
Derecho a la educación y COVID: un impacto desigual
La mayoría de los países han cerrado sus centros educativos para intentar frenar la propagación del coronavirus. ¿El resultado? Más de 1.200 millones de estudiantes de todo el mundo han visto afectada su educación. Ya tenemos algunas cifras que reflejan las consecuencias globales de este “parón”:
Más de la mitad de los niños y niñas del mundo no tiene Internet, con lo que pierden su principal oportunidad para continuar formándose durante el confinamiento.
El 60% de la infancia no está recibiendo ninguna educación.
Si no hay mejoras, a final de 2020 la tasa efectiva de infancia sin escolarizar será la que el mundo tenía enlosaños 80. Se trata del mayor retroceso jamás registrado.
Sin embargo, que estemos hablando de un impacto global no quiere decir que afecte por igual a todas las partes del mundo. Las peores consecuencias las sufren los niños y niñas que viven en países en desarrollo. Si su derecho a la educación ya se encontraba en la cuerda floja antes de que el virus llegara a nuestras vidas, la pandemia no está haciendo más que agravar la situación.
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha calculado el impacto de la COVID-19 sobre latasa de desescolarización primaria de los países. Las desigualdades son mayores que nunca:
Países de desarrollo humano bajo: en lugares como Níger, Malí, Chad o Mozambique un 86% de la infancia está hoy fuera de la educación primaria.
Países de desarrollo humano medio: aquí se incluyen países como Kenia, Honduras o Nicaragua. Tras la COVID-19, se calcula que el 74% de su infancia no puede acceder a la educación primaria.
Países de desarrollo humano alto: es el caso, por ejemplo, de China, Perú o México. Aquí la tasa de desescolarización en primaria es del 47%.
Países de desarrollo humano muy alto: imagina Noruega, España o Chile. En este caso, la tasa de niños y niñas de primaria sin escolarizar sería ahora del 20%.
Del 20% al 86%. Preocupa, ¿verdad? En definitiva, en función de algo tan aparentemente aleatorio como el lugar donde vivamos, ir a la escuela tras la COVID-19 puede ser una utopía o una realidad.
Más allá del abandono escolar
El cierre de las escuelas por la COVID-19 provoca mucho más que abandono escolar temprano. Por ejemplo, los comedores escolares son la única oportunidad para asegurar que muchos menores en situación de vulnerabilidad puedan acceder a una comida sana y equilibrada al día. Los colegios también funcionan como espacios de protección para impedir que muchos niños y niñas sean víctimas de algún tipo de violencia. En países como Kenia sirven incluso para evitar que muchas niñas sean víctimas de mutilación genital.
Defendemos la educación en tiempos de coronavirus
La educación es uno de los derechos más importantes que deben protegerse en situaciones de emergencia como la que estamos viviendo. ¿Las razones?
Continuar con la educación ayuda, en la medida de lo posible, a aportar un poco de normalidad en un contexto que puede llegar a ser traumático para muchos niños y niñas.
La infancia más vulnerable corre el riesgo de quedarse atrás durante las emergencias y nunca recuperar su ritmo normal de aprendizaje. Lo estamos viendo con las estimaciones del PNUD.
La educación es una herramienta muy poderosa para recuperarse tras la emergencia. Todas las personas que forman la comunidad educativa pueden convertirse en actores de cambio: difundiendo medidas de prevención y protección entre el alumnado, promoviendo valores como la solidaridad o la empatía, etc.
Por estos y otros muchos motivos, asegurar el derecho a la educación es un pilar fundamental de nuestra respuesta humanitaria frente al COVID-19. La distribución de tablets o aplicaciones educativas o el apoyo al profesorado y las familias son algunas de las acciones que estamos desarrollando para apoyar a la infancia más vulnerable.
Ahora más que nunca, #SomosAyuda frente al COVID-19 para defender una educación inclusiva, equitativa y de calidad, tanto en España como en nuestros proyectos de América Latina, Asia y África.
En los últimos meses hemos incorporado varias palabras a nuestro vocabulario diario. Una de ellas es pandemia. Pero, ¿qué sabes de ella? ¿Conoces cuáles fueron las anteriores pandemias anteriores a la del coronavirus? Si quieres conocer más sobre enfermedades y pandemias más allá de la de la COVID-19, ¡quédate leyendo!
Pandemia: origen del nombre
Seguro que lo sabes pero por si acaso te lo recordamos. Como gran parte de nuestro vocabulario, la palabra pandemia viene del griego. Pan significa todo y demos, pueblo. Estrictamente a nivel etimológico pandemia significa reunión del pueblo, pero su significado afecta al ámbito sanitario y médico. De esta forma, la RAE la define como “enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región”. El término ha ido ajustando su definición a los tiempos. De este modo, la Organización Mundial de la Salud modificó el término en mayo de 2009, para eliminar la característica de la mortalidad de su definición.
Así, la OMS denomina pandemia a la propagación mundial de una nueva enfermedad, con carácter infeccioso y de tipo epidémico, que ocurre simultáneamente en diferentes países y que afecta a una parte importante de la población.
Características de una pandemia
Hay tres conceptos que debemos diferenciar bien para hablar con propiedad: brotes, epidemias y pandemias.
Si hablamos de brote, podemos hablar de enfermedades infecciosas que ocurren en un lugar y momento acotados en el tiempo y en el lugar. Si ese brote se descontrola y se amplía en el espacio, y además permanece temporalmente, podremos hablar de una epidemia (es lo que ocurrió, por ejemplo, con el ébola). El salto de epidemia a pandemia requiere que la primera afecte a varios continentes pero que los casos no sean importados, sino que se transmitan dentro del mismo.
Es, claramente, lo que ha ocurrido con el coronavirus: nacido en China, la globalización ha facilitado su propagación y el contagio local de la enfermedad, llegando a estar extendido en casi todos los países del mundo.
Pandemias a lo largo de la historia
La última gran pandemia conocida es la del último coronavirus identificado, el SARS-Cov-2, que ha generado la pandemia por la enfermedad COVID-19. Pero evidentemente no es la única. Podemos empezar hablando de la Peste Antonina en el año 165 de nuestra era, que mató a cinco millones de personas. Pero también podríamos mencionar la Plaga de Justiniano (se cree que fue similar a la viruela o el sarampión) a mediados del siglo IV, que provocó entre 30 y 50 millones de muertes.
Pero hay muchas más pandemias… En esta ocasión hablaremos de algunas de las más recientes o de otras que afectan de modo especial a las personas con las que trabajamos en todo el mundo.
La peste negra (1347-1351): una de las pandemias más letales
Algunos han conocido esta pandemia a través del cine o la televisión, pero con más de 200 millones de muertes, ha sido una de las más peligrosas de la historia de la humanidad. Transmitida a través de parásitos alojados en animales y también en las personas, se cree que nació en Asia y se extendió hasta Europa debido a los intensos flujos comerciales de la época. Solo en lo que hoy es España y Portugal, la población se redujo a más de la mitad debido a esta pandemia. En Europa la población se redujo a la mitad y tardó en recuperar las cifras previas a la peste dos siglos.
La mal llamada gripe española (1918-1919)
La falta de transparencia entre las potencias participantes tras la I Guerra Mundial hizo que en dichos países no se informara sobre esta epidemia en los años de la posguerra. El hecho de que España fuera neutral hizo que se comenzara a informar en nuestros medios, y por lo tanto apodada como española, pese a no tener su origen en nuestro país ni ser uno de los más azotados por la misma. Causante de entre 40 y 50 millones de muertes, se estima que entre la población estadounidense, hubo más bajas de la gripe que como consecuencia directa de la Gran Guerra. El virus causante, un H1N1, estuvo presente a través de rebrotes durante 38 años.
Gripe porcina o gripe A (2009-2010): la última pandemia antes de la COVID-19
Si hablamos de H1N1 hay que mencionar también a la última pandemia conocida antes que la de la COVID-19. Diferentes tipos de gripe de origen animal y humano se juntaron con la gripe porcina euroasiática, dando lugar a este virus. Acabó con la vida de 200.000 personas. Si bien la cifra de muertes no es tan alta, sí lo fue la de contagios: afectó a entre el 11 y el 21% de la población en todo el mundo.
Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH): una pandemia que comenzó en África
El mundo no había oído nada de este virus hasta el año 1983, cuando la prestigiosa revista Science publicó un artículo sobre él. Con menos de 40 años de historia, ya se ha cobrado la vida de unos 35 millones de personas en todo el mundo. En la actualidad, se calcula que conviven con el virus 37 millones de personas. Muchas de ellas, sobre todo en países en vías de desarrollo, ni siquiera lo saben. En África esta pandemia es la principal causa de la muerte entre adolescentes; mujeres y niñas son las más perjudicadas.
Ayuda en Acción no ha dejado de luchar contra este virus en aquellos países donde trabajamos y donde pueden existir focos de la enfermedad. Hace unos meses abríamos en Honduras, uno de los países más afectados de la región, unos laboratorios móviles de detección y tratamiento del SIDA que beneficiará a más de 1 500 mujeres y 500 hombres.
Contra las pandemias y otras enfermedades infecciosas, #SomosAyuda
Además de todas estas pandemias, en la actualidad Ayuda en Acción se encuentra totalmente volcada en una ayuda de emergencia global ante la amenaza de la COVID-19. Tanto en España y Portugal como en casi 20 países del mundo (principalmente en América Latina y África), Ayuda en Acción está poniendo a disposición de la población herramientas que permitan prevenir en los primeros momentos y mitigar ahora las consecuencias del virus.
Sin embargo, la actuación sanitaria ante una epidemia no es algo nuevo para nuestra organización. La prevención y la resiliencia son la base de nuestro trabajo. Por eso en nuestros proyectos insistimos en la importancia de la higiene, construyendo infraestructuras como pozos o letrinas para evitar contagios y brotes de diversas enfermedades.
Además, fomentamos la vacunación entre la infancia más desprotegida y vulnerable (sobre todo en la infancia) para evitar brotes de enfermedades como el sarampión. Esta es una de los virus que más se teme en la actualidad en África. En el continente, donde conviven numerosas enfermedades, la crisis del coronavirus está interrumpiendo calendarios de vacunación. Se teme que afloren otras epidemias más letales y contagiosas, como el sarampión y la polio.
Pase lo que pase, estamos preparados para dar una respuesta de ayuda humanitaria gracias a la solidaridad de miles de personas, empresas e instituciones que nos apoyan. Porque juntos #SomosAyuda.
¿Qué relación hay entre la COVID-19 y el cambio climático?, ¿cómo debería ser el nuevo mundo que construyamos tras la pandemia? Hoy te contamos cinco lecciones que nos está dejando la lucha contra dos de los principales desafíos mundiales del momento: el coronavirus y la emergencia climática.
1. COVID-19 y cambio climático: dos luchas conectadas
Cada vez hay menos dudas: estamos ante una emergencia climática sin precedentes. Esfuerzos como la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París, el Pacto Verde Europeo o las Cumbres del Clima demuestran el compromiso creciente de la sociedad con la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, la respuesta a esta amenaza a largo plazo parece haberse congelado para reaccionar ante una amenaza más urgente: la provocada por la pandemia del coronavirus. Y ahí es donde está el error: no podemos elegir entre apagar un fuego u otro, ¡porque están relacionados! Si ahora estamos sufriendo la amenaza de este virus es en buena parte debido a que hemos debilitado los ecosistemas que nos protegen. Unas políticas ambientales que garanticen el desarrollo sostenible son la mejor garantía para construir una sociedad que pueda hacer frente a nuevas pandemias. A esto es a lo que llamamos una sociedad resiliente.
2. La biodiversidad como escudo frente a los virus
La comunidad científica lleva años lanzando esta alerta: la pérdida de biodiversidad actúa como catalizador para la expansión de virus y enfermedades infecciosas. La razón es que la diversidad de animales y plantas funciona como un escudo protector. Muchas especies actúan como huéspedes de virus que ni siquiera conocemos aún. Si disminuimos esta diversidad y destruimos ecosistemas, facilitamos que dichos virus “salten” al ser humano. De hecho, se estima que el 75% de las enfermedades nuevas emergentes que infectan a las personas proviene de animales.
Como indica David Quammen, uno de los periodistas científicos más reputados del mundo, “cortamos árboles, matamos animales o los encerramos en jaulas y los enviamos a mercados. Desequilibramos los ecosistemas y liberamos los virus de su huésped original. Cuando esto ocurre buscan un nuevo organismo. Y, a menudo, nosotros estamos ahí”.
En definitiva, si queremos evitar nuevas pandemias, proteger la biodiversidad y fomentar ecosistemas sostenibles no es una opción: es una obligación. Y no hay tiempo que perder porque, al ritmo actual, en las próximas décadas perderemosuna de cada ocho especies del planeta.
3. Debemos repensar nuestros modelos de producción y consumo
La COVID-19 nos enseña que la salud del planeta está en nuestras manos. Como indicaba recientemente António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, “ahora más que nunca es necesaria la solidaridad y la ambición de transitar hacia una economía sostenible, resiliente y baja en emisiones de carbón”.
Los modelos de producción y consumo desmedido necesitan dejar paso a un sistema que garantice la dignidad de todas las personas y el uso sostenible de los recursos para las siguientes generaciones. Algunas propuestas interesantes de las que ya hemos hablado en el blog son el uso de energías renovables y el fomento del comercio justo.
4. COVID-19 y cambio climático: muestra de un mundo global
Si hay algo que nos demuestran tanto la crisis de la COVID-19 como la climática es que vivimos en un mundo interconectado. Ningún país puede hacerles frente por separado si queremos que nadie se quede atrás. Estamos, por tanto, ante desafíos globales que necesitan de repuestas coordinadas donde cada actor asuma su papel. Y hablando de papeles, los países desarrollados deben asumir su responsabilidad. Como bien nos recuerdan jóvenes activistas contra el cambio climático como Greta Thunberg, los mal llamados “países ricos” son los principales culpables del surgimiento de estas amenazas, a la vez que poseen más y mejores recursos para hacerles frente.
5. La ayuda, más valiosa que nunca
En un escenario global de pesimismo, incertidumbre y deshumanización, la lucha frente a la COVID-19 y el cambio climático debe ir siempre acompañada de una palabra: solidaridad. Desde Ayuda en Acción creemos que estos dos desafíos globales, tan fuertemente conectados, no pueden resolverse si no entendemos que todos y todas somos parte de la solución. Desde el reciclaje a las medidas de prevención contra la COVID-19, pasando por la solidaridad con las personas más vulnerables o la exigencia de actuación a los líderes mundiales. Cada gesto cuenta. Juntos es como realmente #SomosAyuda para conseguir un mundo más justo y sostenible.
Aún no sabemos cuándo ni cómo terminará la crisis del coronavirus. Lo que está claro es que el nuevo escenario deberá tener dos adjetivos fundamentales para no dejar a nadie atrás: humano y sostenible. Nos tocará repensar nuestro modo de estar en el mundo: qué uso hacemos de los recursos naturales, cómo nos transportamos, cómo consumimos… Hoy nos detenemos en este último aspecto, el consumo. Y lo hacemos para hablarte del comercio justo, que se propone como nuevo modelo de consumo sostenible tras la COVID-19.
Comercio justo: ¿nuestro modelo de consumo favorito tras la COVID-19?
Cada vez más voces coinciden: si no queremos repetir los mismos errores, el nuevo horizonte tras la crisis de la COVID-19 debe tener un objetivo claro: la sostenibilidad. Para no dejar a nadie atrás, necesitamos repensar todas las esferas de la vida cotidiana y asegurar que se respeten los derechos y la dignidad de todas las personas.
No estamos ante una tarea fácil ni rápida, pero ya hay caminos interesantes que podemos seguir explorando para construir un mundo mejor en todos los sentidos. Uno de ellos es el comercio justo, que cada segundo sábado de mayo celebra su día internacional. ¿El objetivo de la efeméride? Recordar la importancia de impulsar modelos económicos más sostenibles y humanos, ahora más que nunca.
Claves para entender cómo funciona el comercio justo
¿Qué es el comercio justo?
El comercio justo es un sistema comercial alternativo que busca que, cuando compremos un producto, estemos asegurando que su producción, comercialización y distribución se haga en condiciones justas tanto para productores como para consumidores.
Este tipo de comercio, que ya se ha convertido en un movimiento global, se centra en garantizar los derechos de la infancia, de los trabajadores y trabajadoras, así como del medio ambiente. La Organización Mundial del Comercio Justo (WFTO) lo define como:
“Una relación de intercambio comercial basada en el diálogo, la transparencia y el respeto, que busca una mayor equidad en el comercio internacional y contribuye al desarrollo sostenible ofreciendo mejores condiciones comerciales y asegurando los derechos de personas productoras y trabajadoras marginadas”.
Además, es considerado como una herramienta de cooperación para el desarrollo. La razón es que busca mejorar el acceso al mercado de los productores y productoras más desfavorecidos del Sur, así como cambiar las reglas del comercio internacional que fomentan la desigualdad y la pobreza.
¿Cuál es el objetivo del comercio justo?
Como ves, el comercio justo posee muchas diferencias con respecto al comercio tradicional. Una de las principales tiene que ver con su objetivo último. Mientras que el comercio tradicional quiere siempre obtener el máximo beneficio económico, el comercio justo pone por delante a las personas y sus derechos. Y si la crisis de la COVID-19 nos ha enseñado algo, es que los derechos de las personas deben primar ante cualquier otro interés.
¿Qué criterios sigue?
Para asegurar que todas las personas involucradas en la cadena puedan ejercer sus derechos y vivir en dignidad, deben cumplirse una serie de principios del comercio justo. En total, son 10 mandatos y, como ves, están estrechamente relacionados con el cumplimento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible:
¿A quién beneficia el comercio justo?
La respuesta es tanto a productores como a consumidores. Por ejemplo, en el comercio tradicional, el precio al que se venden algunas frutas y verduras no permite a muchos agricultores y agricultoras generar beneficios suficientes para que su actividad sea rentable. El comercio justo fija un precio acordado entre las partes, que evita esta situación. Lo mismo pasa con el trabajo infantil y la explotación. El comercio solidario prohíbe la venta de productos que hayan sido generados a través del trabajo forzoso de nadie, incluida la infancia.
Los beneficios para quien consume este comercio son innumerables. Uno de ellos es saber que, cuando compramos comercio justo, estamos respetando el medio ambiente. Se usan materias primas sostenibles y procedentes de mercados locales, los alimentos no llevan pesticidas, los embalajes son biodegradables… En definitiva, estamos ante una herramienta poderosa para luchar contra la emergencia climática.
En Ayuda en Acción trabajamos desde 1981 para luchar contra la pobreza y la desigualdad. Se trata de dos amenazas que, tras la crisis del coronavirus, pueden agravarse y poner en riesgo la vida y derechos de cada vez más familias. Frente a la COVID-19, #SomosAyuda. Por ello, el apoyo a pequeños agricultores y el fomento de modelos de mercados más sostenibles como los que defiende el comercio justo juegan y jugarán un papel protagonista en los proyectos que desarrollamos en más de 20 países.
Dice un famoso proverbio africano que “si quieres llegar rápido, camina solo, pero, si quieres llegar lejos, camina con otros”. Si algo nos está enseñando la pandemia actual es que no son tiempos de individualismo ni de planes cortoplacistas, sino de sostenibilidad y trabajo en equipo. Por eso, en Ayuda en Acción trabajamos desde Alliance2015 para hacer frente al coronavirus en 95 países. Descubre en qué consiste esta alianza estratégica de organizaciones y cómo estamos sumando esfuerzos ante la COVID-19.
¿Cómo respondemos al coronavirus desde Alliance2015?
En un mundo global como el nuestro, trabajar en red es fundamental para que nadie se quede atrás a la hora de ejercer sus derechos. La actuación ante la crisis del coronavirus no es una excepción. Por eso, nuestra respuesta humanitaria ante la pandemia incluye el trabajo dentro de una de las plataformas de ONG más importantes de Europa: Alliance2015.
Se trata de una alianza estratégica formada por ocho organizaciones de ayuda humanitaria y cooperación para el desarrollo que trabajamos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Juntas estamos presentes en 95 países de todo el mundo para apoyar a 40 millones de personas a través de más de 1 000 proyectos destinados a poner fin al hambre y la pobreza. Nuestra lucha contra el coronavirus desde Alliance2015 se centra hoy en seis líneas principales de actuación:
Análisis de datos
Contar con la información adecuada es imprescindible para asegurar que la ayuda llega a quien más la necesita y de la forma más eficaz, sobre todo en contextos de emergencias donde hay que adoptar decisiones rápido. Tomemos como ejemplo el acceso al agua, una de las principales herramientas para prevenir la COVID-19: gracias a nuestros avanzados sistemas de monitoreo, evaluación, transparencia y aprendizaje sabemos dónde, cuándo y cómo hacer llegar este recurso a las comunidades más vulnerables.
Agua, saneamiento e higiene
Frente al coronavirus, además de las medidas de distanciamiento y el confinamiento, es fundamental asegurar que las personas tengan acceso a agua, saneamiento e higiene (lo que se conoce como WASH por sus siglas en inglés). ¿Cómo lo estamos consiguiendo? Aquí van algunos ejemplos:
En Camboya y Burkina Faso, los teléfonos móviles son nuestra herramienta fundamental para hacer llegar información sobre salud a las comunidades más remotas y vulnerables.
En países como Etiopía o Siria, estamos reforzando la formación y medidas de higiene en los campamentos de personas refugiadas.
Estamos instalando estaciones de lavado de manos en países como Uganda y Camboya, así como distribuyendo kits de higiene y material sanitario, entre otras medidas. Solo en América Latina, por ejemplo, estamos distribuyendo desde Ayuda en Acción filtros, tanques y/o estaciones de lavado de agua a más de 400 000 personas.
Educación en emergencias
Según la UNESCO, el cierre de centros educativos ante la crisis del coronavirus afecta ya al 90% de todo el alumnado mundial. Para algunos niños, niñas y jóvenes, el derecho a la educación se ha paralizado durante la pandemia y, lo que es peor, corre el peligro de seguir así cuando todo acabe. Desde Alliance2015 trabajamos para garantizar que la infancia más vulnerable pueda acceder estos días a materiales, herramientas y métodos de educación a distancia que les permitan seguir aprendiendo durante el confinamiento.
Más de 822 millones de personas sufren hambre y la crisis de la COVID-19 podría agravar aún más estas cifras. Pensemos en las personas migrantes, refugiadas y desplazadas; en las personas mayores; en los hogares que apenas cuentan con ingresos diarios, en quienes viven del trabajo informal… Nuestros proyectos para frenar la malnutrición infantil o la asistencia alimentaria a través de vales o distribución en especie forman parte de este esfuerzo por garantizar la seguridad alimentaria de quienes sufren la peor cara de la pandemia.
Desarrollo económico
La de la COVID-19 no solo es una crisis sanitaria. Su impacto a nivel social y económico también comienza a notarse. A través de Alliance2015, estamos redoblando esfuerzos para ayudar a las familias más vulnerables para que puedan garantizar los ingresos necesarios para tener una vida digna. El apoyo a los pequeños agricultores y agricultoras de zonas rurales empobrecidas para que mejoren su producción y puedan acceder a los mercados juega aquí un papel fundamental.
Formación y sensibilización
La formación y la sensibilización resultan imprescindibles para prevenir y actuar ante todas las caras del coronavirus, no solo la sanitaria. Así, por ejemplo, estamos prestando especial atención en prevenir la violencia de género y contra la infancia durante el confinamiento, en el que hay más riesgo de que se produzcan estas y otras formas de violencia.
Frente al coronavirus, seguiremos caminando para llegar lejos. Lo haremos de la mano de redes tan importantes como Alliance2015 y con un firme convencimiento: juntos #SomosAyuda.
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personales, haciendo uso para ello de medidas de seguridad técnicas y organizativas apropiadas y
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A los efectos de lo previsto en el Reglamento 2016/679 del Parlamento Europeo y del Consejo de 27 de
abril de 2016 relativo a la protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de
datos personales y a la libre circulación de estos datos y por el que se deroga la Directiva 95/46/CE
('RGPD'), le informamos que Ayuda en Acción tratará los datos de carácter personal que nos haya
facilitado para las siguientes finalidades y bajo la base legal que le detallamos a continuación:
Si usted es...
Finalidad para la cual tratamos sus datos personales
Base legal para tratar sus datos personales
Candidato (demandante de empleo)
Gestionar el proceso de selección al que ha optado y así poder evaluar su candidatura, así como para otras que pudieran abrirse en el futuro.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente, a excepción de Perú en cuyo caso se requiere su consentimiento para el tratamiento de sus datos personales.
Contraparte
Asegurar el conocimiento de la contraparte con la que Ayuda en Acción colabora, puesto que será la que nos ayudará a implementar nuestra intervención en el territorio.
Cumplir nuestras obligaciones legales.
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Identificar a los destinatarios de nuestra intervención para adecuarla a las necesidades y contexto en el que operamos, así como llevar a cabo acciones de sensibilización y rendir cuentas a nuestros grupos de interés con fines formativos y/o de promoción de nuestra actividad.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente. Su consentimiento para el tratamiento de sus datos personales, en los siguientes casos excepcionales: i) cuando se levanten testimonios que incluyan datos sensibles, y/o ii) cuando se transmitan los datos personales de beneficiarios/as de nuestro programa de Acción Social en España a colaboradores, financieras y/o agencias de medios basados fuera de España y/o la Unión Europea y que no ofrezcan un nivel adecuado de protección en materia de privacidad y protección de datos personales.
Destinatario de nuestra intervención (beneficiario/a menor de edad)
Ídem al caso anterior. En el caso de niños/as apadrinados/as también sería gestionar y administrar su vinculación al programa de Vínculo Solidario de Ayuda en Acción.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente. Su consentimiento para el tratamiento de sus datos personales, otorgado por su padre/madre/tutor legal, en el caso de niños/as apadrinados/as.
Embajadores (prescriptores)
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Sensibilizar y rendir cuentas sobre las actividades desarrolladas por Ayuda en Acción.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente.
Empleado/a
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Sensibilizar y rendir cuentas sobre las actividades desarrolladas por Ayuda en Acción.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente, así como aquellas vinculadas al ámbito de la seguridad y protección social, al ámbito laboral y legal, y disponer de medidas necesarias con fines de medicina preventiva o laboral y evaluación de la capacidad laboral de nuestros empleados/as.
Empresa colaboradora
Rendir cuentas sobre su colaboración.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente.
Interesado/a
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Su consentimiento para el tratamiento de sus datos personales.
Informante y/o afectado (denuncia)
Gestionar las denuncias interpuestas a través del canal de denuncias.
Cumplir nuestras obligaciones legales.
Informante (consulta, sugerencia y queja)
Gestionar las consultas, sugerencias y quejas recibidas a través de los canales de comunicación habilitados.
Cumplir nuestras obligaciones legales.
Miembro del Patronato o Consejo Asesor
Gestionar su nombramiento como miembro del órgano al que pertenece, así como facilitar el buen funcionamiento del mismo.
Acreditar su condición como miembro del Patronato o Consejo Asesor en términos de idoneidad y honorabilidad.
Publicar su trayectoria profesional en la Web.
Sensibilizar y rendir cuentas sobre las actividades desarrolladas por Ayuda en Acción.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente, así como cumplir nuestras obligaciones legales.
Proveedor
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Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente.
Socio/a
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Compartirle información institucional, incluso a través de correo electrónico, para mantenerle informado sobre nuestras actividades.
Dar a conocer la labor de nuestros socios/as, así como sensibilizar y rendir cuentas sobre las actividades desarrolladas por Ayuda en Acción.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente.
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Gestionar incidencias que pudieran surgir con la vinculación del/de la socio/a.
Su consentimiento para el tratamiento de sus datos personales.
Voluntario/a
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descritas anteriormente en función de las bases jurídicas que habilitan el tratamiento. Sin perjuicio de
lo anterior, la conservación también se efectuará por el periodo que resultase necesario para la
formulación, el ejercicio o la defensa de potenciales reclamaciones y/o siempre que lo permitiese la
legislación aplicable. En este último supuesto, sus datos personales sólo serán tratados a efectos de
acreditar el cumplimiento de obligaciones legales o contractuales a las que estamos sujetos.
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En ningún caso comunicaremos, explotaremos tus datos personales o los destinaremos a un fin distinto del
detallado anteriormente. Cabe mencionar que los datos podrán ser comunicados a los empleados y
colaboradores de la Fundación AYUDA EN ACCIÓN que necesiten conocer información sobre usted para llevar
a cabo labores relacionadas con las finalidades indicadas anteriormente.
Con este fin, le informamos que sus datos personales podrán ser transferidos a otras oficinas de la
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para garantizar el tratamiento adecuado de sus datos personales. En el supuesto de que desee apadrinar a
niños/as residentes en México, le informamos que sus datos serán comunicados para gestionar su
apadrinamiento a la entidad Ayuda en Acción de México Asociación Civil, la cual dispone de garantías
suficientes.
Algunas organizaciones que colaboran con Ayuda en Acción, tales como agencias de medios de comunicación,
agencias de viajes, o financieras, entre otras, pueden tener acceso a los mismos como encargados de su
tratamiento, para que así podamos llevar a cabo nuestra labor. En ocasiones este tercero puede
encontrarse en países situados fuera del Espacio Económico Europeo que no ofrecen un nivel de seguridad
adecuado de acuerdo al RGPD. En estos casos, firmamos un contrato por escrito entre ambas partes en el
que se incluyen las cláusulas contractuales tipo según estándares aprobados por la Comisión Europea para
la transferencia de información personal fuera del Espacio Económico Europeo. En todo caso, la
transferencia, la conservación y la gestión que realicemos de su información personal seguirán
rigiéndose por la presente Política de Privacidad.
Igualmente le informamos que los datos relativos a su aportación serán comunicados a la Agencia
Tributaria con la finalidad de tramitar sus beneficios fiscales, así como a aquellas otras autoridades
de control que nos soliciten sus datos siempre que se respeten todos los preceptos previstos legalmente.
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Ayuda en Acción le informa sobre la posibilidad que te asiste de ejercitar los derechos de acceso,
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y firmada dirigida al Responsable de Datos Personales de Ayuda en Acción, a través de:
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concreta la solicitud. En el caso de representación, deberá probar la misma mediante documento
fehaciente. Para enviar esta solicitud puede hacer uso de los modelos puestos a disposición por parte de
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procedimiento más arriba descrito, sin que dicha retirada de consentimiento afecte a la licitud del
tratamiento anterior a la retirada del mismo, y sin que en ningún caso condicione el tratamiento de
datos personales efectuado en virtud de otra base legal. Ayuda en Acción podrá continuar tratando sus
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En general, respondemos las solicitudes en el plazo de un mes, aunque según la complejidad y el número,
se podría prorrogar el plazo otros dos meses más, en cuyo caso se lo notificaremos.
Finalmente, te recordamos que tienes derecho a presentar una reclamación ante la autoridad de control pertinente.
VI. MODIFICACIONES A LA POLÍTICA DE PRIVACIDAD
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abril de 2016 relativo a la protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de
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('RGPD'), le informamos que Ayuda en Acción tratará los datos de carácter personal que nos haya
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Candidato (demandante de empleo)
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Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente, a excepción de Perú en cuyo caso se requiere su consentimiento para el tratamiento de sus datos personales.
Contraparte
Asegurar el conocimiento de la contraparte con la que Ayuda en Acción colabora, puesto que será la que nos ayudará a implementar nuestra intervención en el territorio.
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Destinatario de nuestra intervención (beneficiario/a mayor de edad)
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Destinatario de nuestra intervención (beneficiario/a menor de edad)
Ídem al caso anterior. En el caso de niños/as apadrinados/as también sería gestionar y administrar su vinculación al programa de Vínculo Solidario de Ayuda en Acción.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente. Su consentimiento para el tratamiento de sus datos personales, otorgado por su padre/madre/tutor legal, en el caso de niños/as apadrinados/as.
Embajadores (prescriptores)
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Empleado/a
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Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente.
Tercero que da de alta a un(a) socio/a
Gestionar incidencias que pudieran surgir con la vinculación del/de la socio/a.
Su consentimiento para el tratamiento de sus datos personales.
Voluntario/a
Gestionar y administrar el voluntariado de Ayuda en Acción.
Acreditar su condición como voluntario/a en términos de idoneidad y honorabilidad.
Dar a conocer la labor de voluntariado, así como sensibilizar y rendir cuentas sobre las actividades desarrolladas por Ayuda en Acción.
Cumplir las obligaciones contractuales derivadas de la relación existente, así como cumplir las obligaciones vinculadas al ámbito de la seguridad y protección social.
En algunos casos, trataremos datos personales en relación con su imagen, para lo que se recabará su
consentimiento cuando así se considere necesario y el tratamiento no se encuentre amparado en ninguna de
las anteriores finalidades y bases legales.
Ayuda en Acción pone en su conocimiento que en caso de ser usuario de nuestro website podremos crear un
archivo automatizado con los datos personales que a través del mismo nos proporcione, los cuales podrían
ser utilizados con la finalidad de efectuar estadísticas, la gestión de incidencias o la realización de
estudios de mercado, entre otras actividades. Dicho tratamiento se basará en los intereses legítimos de
Ayuda en Acción.
La no cumplimentación de ciertos datos de carácter personal nos impedirá prestar todos aquellos
servicios para los que dichos datos sean necesarios.
III- PLAZO DE CONSERVACIÓN DE LOS DATOS
Conservaremos sus datos personales durante el tiempo necesario para el cumplimiento de las finalidades
descritas anteriormente en función de las bases jurídicas que habilitan el tratamiento. Sin perjuicio de
lo anterior, la conservación también se efectuará por el periodo que resultase necesario para la
formulación, el ejercicio o la defensa de potenciales reclamaciones y/o siempre que lo permitiese la
legislación aplicable. En este último supuesto, sus datos personales sólo serán tratados a efectos de
acreditar el cumplimiento de obligaciones legales o contractuales a las que estamos sujetos.
IV.- DESTINATARIOS DE LOS DATOS
En ningún caso comunicaremos, explotaremos tus datos personales o los destinaremos a un fin distinto del
detallado anteriormente. Cabe mencionar que los datos podrán ser comunicados a los empleados y
colaboradores de la Fundación AYUDA EN ACCIÓN que necesiten conocer información sobre usted para llevar
a cabo labores relacionadas con las finalidades indicadas anteriormente.
Con este fin, le informamos que sus datos personales podrán ser transferidos a otras oficinas de la
Fundación AYUDA EN ACCIÓN, las cuales aplicarán las mismas medidas de seguridad técnicas y organizativa
para garantizar el tratamiento adecuado de sus datos personales. En el supuesto de que desee apadrinar a
niños/as residentes en México, le informamos que sus datos serán comunicados para gestionar su
apadrinamiento a la entidad Ayuda en Acción de México Asociación Civil, la cual dispone de garantías
suficientes.
Algunas organizaciones que colaboran con Ayuda en Acción, tales como agencias de medios de comunicación,
agencias de viajes, o financieras, entre otras, pueden tener acceso a los mismos como encargados de su
tratamiento, para que así podamos llevar a cabo nuestra labor. En ocasiones este tercero puede
encontrarse en países situados fuera del Espacio Económico Europeo que no ofrecen un nivel de seguridad
adecuado de acuerdo al RGPD. En estos casos, firmamos un contrato por escrito entre ambas partes en el
que se incluyen las cláusulas contractuales tipo según estándares aprobados por la Comisión Europea para
la transferencia de información personal fuera del Espacio Económico Europeo. En todo caso, la
transferencia, la conservación y la gestión que realicemos de su información personal seguirán
rigiéndose por la presente Política de Privacidad.
Igualmente le informamos que los datos relativos a su aportación serán comunicados a la Agencia
Tributaria con la finalidad de tramitar sus beneficios fiscales, así como a aquellas otras autoridades
de control que nos soliciten sus datos siempre que se respeten todos los preceptos previstos legalmente.
V.- TUS DERECHOS
Ayuda en Acción le informa sobre la posibilidad que te asiste de ejercitar los derechos de acceso,
rectificación, supresión, portabilidad y limitación del tratamiento de los datos personales que tenemos
recogidos.
De manera adicional, tendrá el derecho a oponerse al tratamiento de sus datos personales en los
supuestos recogidos en la normativa de protección de datos aplicable.
Dichos derechos podrás ejercitarlos, por ti mismos o por quien te represente, mediante solicitud escrita
y firmada dirigida al Responsable de Datos Personales de Ayuda en Acción, a través de:
Dicha solicitud debe contener los siguientes datos: su nombre y apellidos, domicilio a efectos de
notificaciones, fotocopia de tu Documento Nacional de Identidad o Pasaporte, y petición en que se
concreta la solicitud. En el caso de representación, deberá probar la misma mediante documento
fehaciente. Para enviar esta solicitud puede hacer uso de los modelos puestos a disposición por parte de
la Agencia Española de Protección de Datos, los cuales pueden ser firmados electrónicamente. Además de los anteriores derechos, en caso de que sea la base jurídica del tratamiento de sus datos
personales, también tiene derecho a retirar el consentimiento otorgado en cualquier momento mediante el
procedimiento más arriba descrito, sin que dicha retirada de consentimiento afecte a la licitud del
tratamiento anterior a la retirada del mismo, y sin que en ningún caso condicione el tratamiento de
datos personales efectuado en virtud de otra base legal. Ayuda en Acción podrá continuar tratando sus
datos personales en la medida en que la ley aplicable lo permita.
En general, respondemos las solicitudes en el plazo de un mes, aunque según la complejidad y el número,
se podría prorrogar el plazo otros dos meses más, en cuyo caso se lo notificaremos.
Finalmente, te recordamos que tienes derecho a presentar una reclamación ante la autoridad de control pertinente.
VI. MODIFICACIONES A LA POLÍTICA DE PRIVACIDAD
Ayuda en Acción se reserva el derecho de modificar su Política de Privacidad de acuerdo con la
legislación aplicable en cada momento. En todo caso, podrá consultar cualquier modificación de la
Política de Privacidad en nuestra página Web.