Por Ángeles de la Flor, voluntaria técnica en Gran Chimú, Perú, y socia fundadora de Aflora Consulting.
Estoy en Cascas, Gran Chimú, Trujillo.
El polvo del camino, se mezcla con el color de los vestidos de las mujeres que, hacendosas, cargan con la comida de sus animales y los niños corren a subirse al primer coche que encuentran para que les acerquen a la escuela.
Allí, en la escuela, todo se transforma. Se encuentran con sus vecinos, amigos, primos, hermanos y su profesora. Muchos saben que esa es la vía que desean tomar, el túnel con una salida clara a la pobreza y condiciones precarias con la conviven. Ellos siempre sonríen. Confían en que sumando todos esos días, llevados mejor gracias a su ración de arroz, legumbres y proteínas que el estado les regala a diario, llegarán a ser “personitas” tan especiales como lo son ahora, pero con un futuro bien distinto del que tuvieron sus papás.

Vengo de España, Madrid, donde el reloj corre tanto que sólo dedicamos unos minutos al documental de los domingos a ver estas realidades y, cuando nos molesta mucho, …. tan fácil como apretar al off y FIN DE LA PELÍCULA!
Cuando alguien llega acá, lo primero que le sorprende es la hospitalidad de la gente, amabilidad en mayúsculas. Dan lo que no tienen, tan real como eso.
Tengo la sensación de que fue sencillo llegar a los docentes y a los niños introduciendo nuevas metodologías. Ellos son realmente perceptivos y saben ver cuando alguien siente un interés real por echar una mano. Lo que Yo llamo “un acto de amor”. Pretendí acercarles nuevas metodologías utilizadas en mi país, enfocadas mayormente para que los niños adoren ir a escuela, ese lugar donde se le premia por lo que hacen, se le exige, se le estimula, se le escucha, se les pone límites. Donde los niños son lo más importante. Y para ello nos centramos en trabajar con los papas y profes estrechando lazos y fomentando una mayor relación entre ellos.
Introduje a SERGIO, el muñecote español, que cada dos días se lleva el niño premiado a sus casas y lo muestran a papás, hermanos y amigos como símbolo del buen trabajo. Además han de ser solidarios y devolverle al cole para que otros compañeros tengan la misma oportunidad que ellos tuvieron para llevarse a SERGIO, porque también fueron muy competentes ese día en la escuela y la profe le premió con la compañía de Sergio durante ese par de días glorioso.
También hicimos un panel de “caritas felices” para que todos quisieran ganar una carita feliz y generar así una competitividad sana entre todos y tener nuevos temas para hablar con sus familias.
Trabajamos también el juego y el vínculo con mamás para favorecer el apego y construir muchachotes más “armados y sólidos”, niños confiados desde su más tierna infancia que se respetan y respetan a los demás. Esto sólo era posible si con las mamás mismas trabajábamos la potencia de sentirse queridas, cosa que, en algunos casos, por simple que parezca no era tan simple en comarcas donde el maltrato familiar está a la orden del día.
Definimos también actividades con los papás, campesinos todos de la zona, para fomentar el espíritu asociativo y generar una comarca más fuerte y productiva. Sabíamos que todos ellos debían de unirse, asociarse, para eliminar intermediarios y ganar más plata para tener mucho más que ofrecer a sus necesitadas familias. Familias donde sus hijitas son mamás a los 13 ó 14 años y muchas, cuando cumplen los 17, ya tienen 3 hijos. Eso cuando la situación no se complica, y estos papás-abuelos han de cuidar de sus nietos porque sus hijas se ven obligadas a cambiar de pareja, bien porque sufren maltrato o porque les abandonan sus parejas.
Allá en España, gerencio una empresa, Aflora Consulting, donde apoyamos y capacitamos a profesionales en sus empresas para convertirles en excepcionales trabajadores y, cuando son despedidos, ayudarles a encontrar empleo.
Ahora, a tres días para finalizar mi experiencia como voluntaria, pido más, más y más. Al mundo, a las instituciones, a las personas porque los niños merecen la pena, ellos tienen nuestro futuro en sus manos.
Todos tienen el derecho de tomar o desechar una oportunidad. ¿Estas seguro de que todos ellos tienen esa oportunidad que tu tuviste o te hubiera gustado tener?